La salud pública de Río Negro transita por estos días un intenso conflicto salarial. Producto del cansancio ante los sueldos bajos que perciben desde hace años, una docena de médicos finalmente resolvió dar el portazo y presentó una carta de renuncia al hospital público en el que trabajan. El texto lleva la firma de puño y letra de cada uno de los profesionales, y se viralizó en las redes sociales, alcanzando una repercusión poco habitual en un reclamo laboral.
“Venimos de asambleas y paros desde la pandemia. Pedimos ser escuchados por el gobierno para tener sueldos acordes a la realidad, no llegamos a fin de mes. Realmente estamos cansados. Sumado a la falta de insumos básicos, nos obligan a renunciar”, contó Mariana Llancaman a Infobae, una de las médicas que resolvió finalizar su contrato de trabajo.
La decisión incluye a un grupo de profesionales de la salud de las áreas de medicina clínica, neumonología, gastroenterología y neurología que prestan tareas en el hospital Artémides Zatti, de la ciudad de Viedma.
La carta, dirigida a la directora del centro de salud Laura Guttman, quien asumió formalmente hace pocos días al frente de la institución, es concisa y formal: “Nos dirigimos a usted a los efectos de presentar la renuncia de los siguientes profesionales del Servicio de Clínica Médica y subespecialidades clínicas, ante la falta de respuesta a la recomposición salarial que se viene solicitando desde 2020″. Ahora solo resta que continúe el circuito formal de la comunicación entre las dependencias gubernamentales de Salud.
El telón de fondo de la carta-denuncia son las condiciones precarias de trabajo de los médicos de Río Negro. La Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa), junto a la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur), están llevando a cabo jornadas de huelga y medidas de fuerza para una recomposición salarial.
Ayer anunciaron un paro de 72 horas para la próxima semana, luego de que el gobierno de Alberto Weretilneck confirmó el pago de un bono de $60.000 para todos los empleados de la administración pública provincial.
Para los profesionales de salud, el aumento es insuficiente y exigen una oferta superadora en el marco de la paritaria con porcentajes que se apliquen a los básicos. Asspur reclamó una convocatoria salarial en carácter de “urgente” con una misiva dirigida a Weretilneck, a la secretaria de Trabajo, María Avilés; la secretaria de la Función Pública, Tania Lastra; y a la ministra de Salud, Ana Senesi.
“Queremos aclarar que el aumento significa en términos reales, una suma informal de 50 a 60 mil pesos más en el bolsillo de los trabajadores que tenemos congelados los salarios desde noviembre. El Gobernador no tiene la decisión de recomponer las condiciones del sector sanitario, desconociendo que hoy el gran conflicto provincial está en la Salud Pública”, señaló Asspur en un comunicado.
“Nuestro sueldo está quieto desde noviembre. Para darte una idea, un médico part-time está cobrando $480.000 y un full-time 550.000 mil″, apuntó Llancaman sobre el ingreso habitual de los médicos de Río Negro.
Los trabajadores de la salud vienen llevando a cabo manifestaciones en toda la provincia. Mientras en Artémides Zatti renuncian, otro grupo de empleados de la salud mantiene en General Roca un acampe frente al hospital Francisco López Lima.
En Bariloche, el personal del hospital Ramón Carrillo aplica un paro por tiempo indeterminado y desde este miércoles los enfermeros anunciaron que no tomarán sus turnos en las guardias. Desde hace semanas hay una alta conflictividad en 17 hospitales de la provincia patagónica.
Las jornadas de protesta ayer incluyeron anoche otra medida simbólica para lograr una mayor visibilidad a sus planteos. Con mantas y velas, los médicos se reunieron en las instalaciones de los centros de salud para celebrar un “velorio” a la salud pública.
“Hoy la Salud Pública de la Provincia de Río Negro sufre un vaciamiento atroz que deja a la comunidad, las instituciones y a sus trabajadores en un estado tan crítico, que ni siquiera puede asegurar la entrega de medicamentos básicos en los CAPS y la provisión de insumos en la guardia de emergencias y en todos los servicios del hospital, lo cual imposibilita brindar una atención de calidad”, plantearon desde la Asamblea de trabajadores de Roca.
Mariana Alberto, otra de las médicas que renunció al Artémides Zatti, describía en su muro de Facebook lo que se está viviendo en el centro de salud de Viedma. El posteo fue en enero pasado, antes que formalizara su salida del hospital. “No hay remedios hace meses, pero ahora ya no hay ni lo básico. No hay insumos. No hay suero. No hay antibióticos. Hubo que suspender cirugías por falta de anestesia. No hay gente capacitada trabajando porque nos faltan cargos. No hay pago digno, entonces nadie quiere entrar a trabajar para ocupar los cargos críticos que nos faltan. Y la verdad con este panorama no es muy tentador. Exigimos soluciones para la población y para nosotros como personal de Salud”, lamentaba.