Consejos para la vida de una influencer de 94 años: “El rencor es un sentimiento malo, no sirve y enferma la mente”

La española Concepción Alonso Castellano, Piru, para los amigos y las redes sociales, hace menos de un año que publica videos en TikTok, desde su casa en Guaymallén, Mendoza con todo tipo de recomendaciones para maquillarse, vivir mejor, minimizar los problemas, aprender rápido de los errores y hasta convertirse en una buena suegra

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Piru tiene 94 años, vive en Mendoza y comparte los secretos de su felicidad y longevidad en TikTok

“Quiero ser consejera”, se titula unos de los videos de Piru, una influencer de 94 años, que vive en Guaymallén, Mendoza, que llegó a la Argentina cuando tenía dos años, desde Almería, España. Alegre, simpática y siempre súper producida -maquillaje perfecto y peinado con brushing-, la mujer nonagenaria se siente muy feliz con su nueva actividad como influencer en TikTok (@piruabuela) en la que lleva menos de un año y logró viralizar sus contenidos alcanzando cientos de miles de reproducciones.

Su hija Victoria, una abogada de 53 años, fue quien le propuso hacer estos videos. Empezó a grabarla en octubre del año pasado, mientras se estaba maquillando, rutina que repite todos los días, incansablemente. “Le propuse ‘¿hacemos un tutorial?’ Lo hice y lo subí a mi TikTok. “Yo quería compartirla. La tenían que conocer porque en verdad es una topadora”, dice su hija, que va a visitarla todos los días y juntas piensan los contenidos.

Piru disfruta mucho su nuevo
Piru disfruta mucho su nuevo rol en las redes donde tiene fieles seguidores que le piden consejos de todo

La audiencia está compuesta principalmente por mujeres de más de 35 años, de distintas pares del mundo, Argentina, España, Estados Unidos, México, Perú. Victoria está convencida de que la gente que la sigue busca develar los secretos de Piru, porque se la ve estupenda a su edad. También atribuye el interés por su frescura y ternura.

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Piru con su hija Victoria
Piru con su hija Victoria quien la ayuda a hacer los videos y administra su cuenta de Tiktok

Piru no usa rubor. Se pone “colorete”, un sinónimo de antaño que su hija ama. Y en lugar de cremas comerciales, prefiere un aceite de bebé al que le agrega clavo de olor, un “oxidante” que se aplica en la cara. La mujer recomienda su tono de tintura rubio como si fuera Susana Giménez o Mirtha Legrand. Piru se sabe encantadora y es la diva de su cuenta. “No hay que dejarse estar”, alienta esta ferviente defensora del amor propio, del cuidado interior y exterior.

Entre esos cuidados, figura un lugar de privilegio su peluquera que la atiende hace cuarenta años. “Ella me corta, me tiñe, me peina”, explica la influencer que asegura no tener hecha ninguna cirugía estética. “Yo este tengo un cutis lindo y me veo bien según la gente, pero yo no tengo ninguna cirugía. Yo todo lo que tengo son remedios caseros o cremas, pero nada de cremas caras”, destaca.

Piru se maquilla todos los días y su hija lo registró y quiso compartir

En las primeras publicaciones, Piru empezó a contar su historia de vida. Que había dejado su pueblo Cuevas de Almanzora, cuando tenía dos años, y regresó 50 años después en una visita mágica con aroma a naranjos en flor y la melodía de una canción que supo reconocer que le cantaba su mamá cuando era pequeña . “Conté mi vida y a la gente le gustó y empezó a hacer preguntas”, repasa.

Su abuelo que ya vivía en la Argentina y tenía una estancia en el sur de Mendoza, fue a buscar a su abuela, a su tía, a su mamá y a ella. Su padre ya también vivía en el país. “Nos vinimos los cuatro, y mi abuelo nos llevó a la estancia y estuvimos viviendo muy bien durante cinco años hasta que un volcán cercano a la estancia empezó a largar ceniza, mató los campos, el alimento de los animales y nos tuvimos que volver a General Alvear”, explica.

A la izquierda, Piru en
A la izquierda, Piru en el día de su comunión; en el centro el día de su boda y a los dos años, en el barco en que llegó a la Argentina

La mujer nacida del 6 de septiembre de 1928, también cuenta que la empezaron a llamar Piru en la Argentina. A las mujeres que llevan el nombre Concepción como ella en España las llaman Conchita. Diminutivo que desaconsejaron las primas de su mamá que vivían en Mendoza. “Acá ese nombre está mal visto. Entonces, como en esa época se nombraba Pirucha, Pirula, mi mamá me puso Piru”, explica.

“Y después empecé a hablar de mí, de las cosas que me habían pasado a mí en mi vida. Imagínate 94 años debo haber vivido muchas cosas”, dice. Todos las publicaciones de Piru son una guía de ruta para la vida y asegura que podría estar horas podría estar horas contando qué hace para estar mejor. Como la vida es en vivo y no un borrador, propone aprender rápido de los errores. Alejarse de quien te daña. A no ir tan rápido. Parar, observar, para poder elegir mejor. Ser libres y para eso, cultivar el amor propio.

Piru con Rubén con quien
Piru con Rubén con quien estuvo casada 74 años

Ni hablar de los consejos sentimentales que muchos esperan. “Estuve casada 74 años. Mirá si no voy a tener experiencia sobre el matrimonio”. Rubén que murió hace tres años y le dio cuatro hijos, era maestro mayor de obras. “A los 16 años, mi madre me empleó. Fui cajera y empleada de perfumería en una farmacia y a los 16 años conocí al que fue mi marido. Estuvimos cuatro años de novio. Era muy buen mozo. A los 20 años nos casamos. Yo a los 28 ya tenía a mis 3 hijos varones. Y a los 40 nació mi hija”, precisa.

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Piru de 94 años brinda consejos para salir siempre adelante como lo hizo ella

Piru dice que luchó mucho, sin dejar de reconocer que tuvo una buena vida. Fue ama de casa y crió a sus cuatro hijos, hoy todos profesionales (un bioquímico, un politólogo, un enólogo y una abogada). Entre los temas de los que habla menciona el rencor. “Es un sentimiento malo y una cosa que no sirve para nada, es preferible que no le des importancia, porque aparte de que enferma, enferma la mente, te enferma vos. No hay que guardar rencor”. Cree que siempre es mejor tener una mentalidad positiva, aunque las cosas no salgan como uno quiera, y minimizar los problemas. “Viste que hay gente que se le cae una moneda en la vereda y está tres horas ahí llorando, pero por favor, hay que saber poner empeño”, manifiesta.

Piru con sus cuatro hijos
Piru con sus cuatro hijos Ricardo, Raúl, Oscar y Victoria

También da consejos para ser una buena suegra, porque “algunas son muy metidas. Hay madres que son tan posesivas de los hijos que desarman matrimonios, yo conozco muchos casos. Yo quiero ver de que manera yo puedo ayudar y dar mis consejos. Tal vez no sean verdades, pero algo hacen”, expresa.

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