Los pilotos de la Fuerza Aérea que comandan los Hércules C130: “Con inmensa alegría, los traemos de vuelta a casa”

A pocas horas de regresar de Ecuador con 150 argentinos que estaban varados, el Vicecomodoro Néstor Bruneta y el Capitán Mauricio Vela dialogaron con Infobae y brindaron detalles sobre los operativos de repatriación que llevan a cabo

Dos aviones Hércules C-130 se encuentran empeñados en la repatriación de cientos de argentinos.

Ingresar a la 1ª Brigada Aérea de El Palomar implica adentrarse en un destino militar que se debate entre la reducción de personal concordante con la actual política de “cuarentena obligatoria” y un ritmo laboral frenético. Allí, pilotos, mecánicos de aeronaves y técnicos trabajan a paso vivo en el alistamiento de los poderosos y legendarios “Hercules C130”, que hace pocas horas aterrizaron en el sector destinado a vuelos comerciales de la base aérea, procedentes de Guayaquil (Ecuador). Y pronto volverán a levantar vuelo para cumplir una nueva misión de repatriación de argentinos varados en Ecuador.

Los pilotos de la Fuerza Aérea encargados de la repatriación - Parte 1 - #Entrevista

El rol de la Fuerza Aérea frente a la pandemia

El Comodoro Ricardo Cappabianca es el Oficial Superior de la Fuerza Aérea Argentina que en la actualidad se desempeña como Jefe de la histórica 1ª Brigada Aérea de El Palomar, cuna de la institución militar más jóven del país. En diálogo con Infobae brindó detalles acerca de estos operativos, que permiten que miles de argentinos puedan regresar al país. “El involucramiento de la FAA en la repatriación de compatriotas desde el exterior surge a partir de un requerimiento de la Cancillería Argentina, canalizado por intermedio del Ministerio de Defensa. Estas operaciones en particular son realizadas por fuera de lo que es el control operacional del Estado Mayor conjunto, pero bajo su mando por ejemplo se encuentra el despliegue del hospital reubicable, que fue replegado desde Haití y se ha emplazado frente al Hospital Aeronáutico de Pompeya", explicó Cappabianca.

El Comodoro Ricardo G Cappabianca es el actual jefe de la 1ª Brigada Aérea, con asiento en El Palomar.

- La pandemia sorprendió al mundo y es de suponer que la FAA es una de las tantas instituciones que no contaban con experiencia previa en este tipo de situaciones. ¿Considera usted que a partir de esta situación la fuerza está incorporando nuevas capacidades operativas?

- Realmente y tal como lo ha expresado el Presidente de la Nación, el COVID-19 ha llevado a la FAA a un nivel de exigencia operativa equivalente a una verdadera acción de combate contra un enemigo invisible. Esto resulta ser así toda vez que el ritmo de las operaciones es extremo y coloca a toda una generación de pilotos y técnicos de la fuerza en un nivel operativo que no se vivía desde hace muchos años.

- ¿Cómo ha tomado el personal de la fuerza la asignación de una tarea que implica un alto riesgo para su propia salud?

- El involucramiento y compromiso en este tema es total, desde la conducción superior de la fuerza hasta los más bajos niveles. En esta unidad en particular el nivel de actividad es máximo, tanto por parte de los pilotos como en lo que respecta a mecánicos, técnicos y personal de apoyo. Además, tal como le pasa al resto de la humanidad, nos estamos adaptando a un nuevo escenario en donde combatimos contra un enemigo no solo invisible sino además de una peligrosidad extrema.

150 argentinos abordaron en las últimas horas los dos C130 que los trajeron de regreso al país.

- Estamos recién empezando este “combate”. Como Oficial Superior ¿cual es su apreciación de la respuesta que desde la institución se está dando a los requerimientos de las autoridades políticas?

- Impecable. El compromiso es total. Medios materiales y humanos están ciento por ciento dedicados a la tarea de ayudar a aliviar la situación de muchos compatriotas en el exterior.

Los pilotos de la Fuerza Aérea encargados de la repatriación - Parte 2 - #Entrevista

Los vuelos

Entre el Vicecomodoro Néstor Bruneta y el Capitán Mauricio Vela hay diez años de diferencia de edad y dos jerarquías del escalafón militar. No obstante, exhiben con idéntico orgullo su condición de ser comandantes de Hércules C-130 y protagonistas principales de los dos últimos vuelos de repatriación de ciudadanos argentinos procedentes de Ecuador.

“La programación de un vuelo de este tipo tiene además de todos los ingredientes propios de cualquier vuelo, el condimento adicional de tener que cumplir con todas las medidas de protección sanitaria que la pandemia exige. Claramente, la tripulación se divide en dos. Piloto, copiloto, mecánico de vuelo y navegador no tomamos contacto con el pasaje y en todo momento permanecemos en la cabina de vuelo, ya que no podemos darnos el lujo de tener que someternos a una cuarentena post vuelo, porque no tenemos tantas tripulaciones de recambio. Luego, el personal médico y demás personal ubicado en la cabina de carga, es el que interactúa con los pasajeros con los equipos de bioseguridad reglamentarios”, señaló el Capitán Vela.

El Vicecomodoro Néstor Bruneta y el Capitán Mauricio Vela, protagonistas de los dos últimos vuelos de repatriación de ciudadanos argentinos procedentes de Ecuador.

Además, destacó que, al margen de cualquier revisación médica que hubieran realizado las autoridades ecuatorianas, el personal médico de la FAA hace un control del estado general de los pasajeros y tanto sus ropas como sus pertenencias son desinfectadas antes de abordar por parte de personal de la tripulación.

“Al llegar a Palomar, al margen de los trámites migratorios y aduaneros, los repatriados son examinados una vez más, en este caso por parte de personal de Sanidad de Fronteras. Si no se registran novedades, son conducidos a los respectivos lugares en los que cumplirán la cuarentena de 14 días”, completaron los pilotos.

Cuando los pasajeros descubren el interior del Hércules, se sorprenden. Luego lo viven como una gran aventura.

“Cuando los repatriados se acercan al avión, no saben exactamente qué es un Hércules. Los observamos desde la cabina felices, porque al fin pueden regresar, y vivando a la Argentina. Cuando descubren el avión con su configuración preparada para el transporte de tropas se sorprenden, pero lo terminan tomando como una gran aventura. Cuando por altoparlantes les informamos que comenzamos a sobrevolar suelo argentino la euforia es total", confió el Capitán Vela.

Durante el diálogo del Vicecomodoro Bruneta con Infobae, se planteó la particularidad de estas misiones, que si bien podrían enmarcarse como humanitarias tienen una sensible diferencia con las tradicionales ayudas que los militares brindan a personas víctimas de catástrofes naturales. Aquí el personal de la fuerza se traslada a centros urbanos, donde la pandemia está causando estragos e, independientemente de las medidas de bioseguridad que se puedan adoptar, no están exentos de sufrir las consecuencias del virus. “Ciertamente es así. Para cumplir estas misiones conformamos lo que en la jerga militar se denomina grupo de tareas y precisamente se constituye para enfrentar a un enemigo, que en este caso es el virus”, destacó el experimentado piloto militar.

“Resulta más que evidente que las operaciones actuales exceden lo que se conoce como misiones subsidiarias de las FFAA, no son asistencias humanitarias comunes. El cuidado que debemos tener para poder cumplir con lo ordenado sin sufrir bajas propias es equivalente a una operación militar. En una operación humanitaria normal, uno descarta por lo general que la ayuda que brinda a terceros pueda poner en riesgo su propia seguridad. Aquí estamos poniendo en juego toda nuestra vocación de servicio, que es la esencia de la profesión militar. Lo mismo aplica a médicos, policías o bomberos”, expresó. Para el Vicecomodoro Bruneta, hay un objetivo superior que va más allá de los intereses o cuidados personales y consiste en “traer a todos los que puedan de regreso a casa”.

Todos los oficiales consultados por Infobae, reconocen que si la FAA hubiera mantenido su parque aeronáutico en condiciones ideales, hoy la institución tendría un avión transoceánico (por ejemplo un boeing 737), que sería de gran utilidad para servicios de transporte de personal o de ayuda humanitaria que las aerolíneas comerciales no realizan. Si bien actualmente se cuenta con un F28, desde que se desprogramaron los Boeing 707 se perdió buena parte de la operatividad de la fuerza.

Volver a casa luego del vuelo

“A mis hijos trato de no contarles demasiado. Saben que papá se fue a volar porque es su trabajo. Con mi esposa sí hablamos bastante de este tema. Uno sabe que está regresando a casa y que no puede permitirse el lujo de poner en riesgo a la familia. El ritual consiste en quitarme toda la ropa de trabajo, lavarla inmediatamente y dejar mis pertenencias fuera del hogar en un cuarto separado. Evito todo contacto directo hasta estar seguro de que me he esterilizado adecuadamente. No obstante, lo tomamos con la mayor naturalidad posible, no queremos caer en situaciones extremas de paranoia que nos terminen perjudicando”, sostuvo el Capitán Vela.

Hércules C130, más de 50 años al servicio del país

El Escuadrón C-130 Hércules es la dependencia funcional de la FAA que contiene a los pilotos, auxiliares y aeronaves de esta serie. Con sostenido énfasis, ambos comandantes le indicaron a Infobae que el más de medio siglo de servicio no implica que el sistema de armas Hércules sea obsoleto. “Los modelos de esta serie fabricados en la actualidad son idénticos a estos que estamos viendo”, indicaron. En la actualidad, la Fuerza Aérea Argentina tiene cinco unidades.

La versatilidad del Hércules lo hace apto para misiones de lo más variadas. El país cuenta con 5 unidades.

Desde hace algunos años se ha encarado la modernización y repotenciación de los mismos. El primero fue aggiornado en Estados Unidos y los restantes en el país. En este momento, dos naves están plenamente operativas. Una está siendo sometida a mantenimiento ligero en Palomar y otras dos están en proceso de conversión en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), de las cuales una está a punto de ser entregada en los próximos días. Los Hércules ganaron prestigio durante la guerra de Malvinas, donde cumplieron tareas propias de su condición y otras que excedieron largamente las características de diseño original. Hombres y máquinas del escuadrón Hércules han sido artífices de buena parte del prestigio que ganó la aviación militar argentina en 1982. Hoy son los únicos aviones militares de la región que están empeñados en la repatriación de ciudadanos argentinos y de otros países hermanos.

Cuando no cumplen misiones de vuelo, los pilotos realizan un entrenamiento permanente en los simuladores existentes en la base aérea.

En diálogo con Infobae, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, ponderó especialmente la labor de todo el personal militar que realiza tareas para el abordaje del COVID-19. “Desde el primer momento en que se declaró la pandemia en nuestro país, el presidente Alberto Fernández me indicó que pusiéramos todas las capacidades de las Fuerzas Armadas a disposición del combate contra esta pandemia. Y eso es lo que hemos hecho a lo largo y ancho de toda la Argentina. Venimos realizando en todo el país alrededor de 550 intervenciones. Toda la capacidad logística que tienen las FF.AA. está puesta para sostener y lograr la mejor respuesta del Estado Argentino y de la sociedad argentina en su conjunto. Desde mi lugar como ministro de Defensa, vuelvo a decir que quiero felicitar especialmente al personal militar por toda la tarea que están haciendo con mucha convicción y mucho compromiso”, afirmó Rossi.

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