No hay fiesta venezolana sin tequeños. No hay desayuno sin empanadas de pabellón. ¿Y las arepas? Otro infaltable del colorido menú venezolano. Todos estos sabores, aromas y texturas ya coparon las calles de Buenos Aires. Y son furor entre los porteños.
Por el colapso político, social y económico de Venezuela, en 2018 la migración venezolana a Argentina se incrementó en más de 100%. Según registros del Ministerio del Interior, a lo largo de 2018 fueron otorgadas 70.531 radicaciones temporarias o permanentes. Se prevé que lleguen unos 100 mil venezolanos más. Con ellos se instalaron sus platos insignia. Lo que en algún momento fueron recetas algo exóticas, hoy se vuelven localmente porteñas.
“El mapa gastronómico de Buenos Aires se plagó de propuestas. Personalmente no lo recorro, pero en el área laboral tengo mucho contacto tanto en mi restaurante como en el de amigos”, reconoce el prestigioso chef Pablo Massey. Por otra parte, la cocinera Laura Di Cola afirma sobre el poder de la comida como herramienta social: “El oficio de la cocina es trasladable a cualquier parte del mundo”.
Arepas en Tu Arepa
Sabrina Aguilera (32) y José Enrique (32), son un matrimonio venezolano que emigró a Buenos Aires en 2017. “La situación económica del país, sumada a una extrema crisis social nos obligó a dejar nuestra tierra”, le cuenta Sabrina a Infobae.
Con algunos ahorros, dos valijas y algunos contactos decidieron emprender en “este bello país que nos abrió las puertas”. Lo hicieron en Barrio Norte, montaron Tu Arepa, al que definen como “un rinconcito de Venezuela en Buenos Aires”.
Las arepas son un plato popular de la región latina. La clave está en su masa: una mezcla de harina P.A.N. y maíz natural. La preparación es simple, primero se hacen a la plancha y, una vez cocidas, se las rellena de pollo desmechado, palta, carne, porotos negros y hasta platano frito. Antes de ser servidas, un paso por el horno para que adquieran una textura crocante.
"Al principio los ingredientes no eran tan fáciles de conseguir. Con el boom creciente el panorama es otro. “Cada vez más argentinos se enganchan con nuestros sabores. Ya tenemos clientes fieles”, reconoce Sabrina.
Dónde: Agüero 1199, Barrio Norte
Sabores: Carne, pollo mechado, reina pepiada (pollo desmechado, palta y mayonesa) y pabellón (banana, palta, porotos negro, queso, carne mechada)
Precio: Desde 220 pesos
Ventas: Alrededor de 100 unidades por día
Tequeños en Teques Listos
A Daniel Mora (28) le faltaba un año para obtener su título de abogado. A su mujer, Sofía Alarcón (27), una materia para recibirse de contadora. Pero la crisis social que se incrementaba en su país los impulsó a dejar todo y volar a la Argentina en 2014.
“Teníamos un niño pequeño, Diego, pensaba en su futuro. En el momento que tomamos la decisión aún se podía vivir en Caracas, pero la verdad es que fuimos visionarios, porque todo empeoró. Investigué mucho antes de viajar. Sabía que la Argentina estaba abierta a la recepción de migrantes, y que podríamos rehacer nuestras vidas legalmente”, dice Sofía emocionada.
Entonces probaron suerte. Sin ahorros, ni conocidos, pero con ganas de cambio, alquilaron un departamento en la ciudad, compraron una cama y una heladera. “No nos alcanzó para más. Por suerte al mes conseguimos trabajo estable”, recuerdan.
En paralelo con su rutina, el matrimonio creó su proyecto: Teques Listos. “Siempre tuvimos la teníamos la añoranza de nuestros sabores. Notamos que aún había poca oferta gastronómica venezolana. Y nos animamos a empezar desde casa con una inversión inicial de 500 pesos”.
Hace un año se sumaron a este proyecto Víctor Mora (62) y Gisela (65) los papás de Daniel. Él cambió su ambo de radiólogo para usar un delantal, ella comerciante y auxiliar de la pre-escolar, dejó la rutina de la oficina para encargarse de la producción. “Yo estiro la masa, y mi mujer hace el famoso enrosque en bastones de queso”, cuenta Víctor. “Nunca estuve en la cocina. Pero me adapté a esta nueva vida”, dice sonriente.
“Los argentinos son bellos, hemos hecho grandes amigos. Estamos muy agradecidos”, asegura la familia, que ya es oficialmente residente en la Argentina.
Después de dos o tres minutos de cocción en aceite sale una docena de tequeños dorados, crocantes y frescos. “No hay fiesta venezolana sin teques. Se comen solos o acompañados por salsa alioli”, cuentan los cocineros.
“Así como en la pizza, el secreto está en la masa”, dice Francisco (18), estudiante de sistemas en la Universidad de Buenos Aires encargado del local, que vive desde hace ocho meses en Barrio Norte junto a sus padres, y hermana mayor. “¡Qué país mágico tienen!”.
Dónde: Niceto Vega 4626, Palermo
Sabores: Queso llanero, chocolate y banana frita con queso
Precio: 235 pesos
Ventas: De 30 a 45 docenas por día. El fin de semana llegan a 50.
Grulla Amarilla Cachaperia
“Cuenta la leyenda que el divino para de las cachapas atrajo el vuelo de la legendaria grulla”, dice el slogan de una de las pocas cachaperías que se instalaron en la Ciudad.
Ivanova Hidalgo, 35 años, ilustradora de profesión, salió de Caracas a sus 25 años para vivir una experiencia en el exterior, pero jamás volvió.“Quise probar en Buenos Aires, y me enamoré de esta ciudad, y de su gente”, cuenta la dueña de Grulla Amarilla.
No vino sola, lo hizo con su marido Simón Rodríguez, su primer hijo venezolano de 11 y el más chico, porteño, de un año. “Nos instalamos en Colegiales. Logramos rehacer nuestras vidas tanto en lo social como en lo laboral. Este país es un maravilla".
En esa búsqueda de oportunidades, Ivanova, relacionada con el mundo de la cocina, se animó a crear sus recetas venezolanas para un feria gastronómica: “Me fui muy bien. Tímidamente armé mi catering que hace tres meses se transformó en un local propio plagado de clientes argentinos”.
Las cachapas -algo así como crepes a base de maíz- son un plato típico de venezolano. “Son difíciles de hacer por eso son pocos los lugares que las preparan. Hay que desgranar el maíz, pasarlo por la licuadora para luego cocinarlo en la plancha. Se rellenan con queso telita, o pollo", reconoce la experta.
La costumbres venezolanas indican que se comen a cualquier hora del día. “Recuerdo como mi abuela nos levantaba los fines de semana para ir a desayunar cachapas”. Adaptados a las tradiciones argentinas, Ivanova las vende para el almuerzo y la cena.
Dónde: Juan Ramirez de Velasco 1493, Colegiales
Sabores: Con queso, pollo desmechado o forradas
Precios: Desde 230 pesos
Ventas: 20 al día
Empanadas en La Carbonera
“Son muy grandes, tiene más relleno y son fritas”, aclara a Infobae Lucía Arias, dueña de este restaurante con sede en Palermo y Belgrano. “Entran y nos piden cuatro. Les aviso que con un empanada venezolana estás satisfecho”.
Arias se casó con Ramón, que hoy es su socio, y estudió Licenciatura en Economía. Pero dejó atrás toda una vida armada en su país natal. “En 2010, vendí mi auto y casa para poder mudarme. Por suerte conseguí trabajo como camarera en un restaurante, para luego tener el puesto de encargada. Aunque sabía que era algo temporal, porque la idea del emprendimiento siempre la tuve. Crecí en una familia donde vi ese ejemplo y mi esposo siempre se visualizó siendo dueño y no empleado".
A base de esfuerzo hace cuatro años dieron vida a La Carbonera, lugar que se dedica a la elaboración de uno de los platos más típicos. "La masa es 100% artesanal y libre de gluten. Cuando empezamos no había harina pan en Argentina, entonces revivimos la antigua técnica, y el resultado es mejor”.
En diez minutos salen del aceite listas para comer con la mano. El resultado: empanadas tamaño xxl, super crujientes, donde se fusiona el sabor del maíz con el relleno. Para los más osados se acompañan con salsas, guasacaca, una mezcla de morrón verde, cilantro, perejil y limón; salsa de ajo y picante casero.
Dónde: El Salvador 4401, Palermo
Sabores: Son ocho: pabellón, cazón, pollo, tajada y queso (entre otros)
Precios: Desde 230 pesos
Ventas: 250 por día
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