"Zapatillas verdes": la sorprendente historia los runners que luchan por el medio ambiente y llevan recolectadas 7 toneladas de plástico

Se trata de un proyecto que llevan adelante corredores argentinos. Están enfocados en el reciclaje de botellas plásticas: separan y acopian los envases para entregarlos limpios y listos a recolectores urbanos

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La ONG nació en el ámbito del running y tiene como premisa generar conciencia ambiental
La ONG nació en el ámbito del running y tiene como premisa generar conciencia ambiental

El programa tiene nombre: Zapatillas Verdes. En su concepción, tiene varios fines: la promoción de principios sostenibles, el despertar de la conciencia social por el cuidado ecológico, la construcción de una conducta solidaria. Y, por su activo compromiso, ya tiene también conclusiones contables: llevan recolectados siete mil kilos de plástico.

Fueron el enojo, la incomodidad y una incipiente preocupación los motores que allá por 2012 impulsaron el proyecto solidario y sustentable cuya consigna madre es incentivar a los corredores a no tirar botellas en el camino durante sus travesías, a reciclarlas y a recoger todas las que se encuentren en su ruta.

La iniciativa ambientalista se comenzó a gestar dentro de un grupo de running que hasta hoy se reúne para correr en los bosques del barrio porteño de Palermo. A siete de ellos se les ocurrió mientras practicaban la actividad y examinaban el escenario: se cansaron de hacer actividad física entre tanta basura, principalmente residuos que los propios atletas producían por la necesidad de hidratarse.

Los runners ya recolectaron en siete años siete toneladas de botellas de plástico
Los runners ya recolectaron en siete años siete toneladas de botellas de plástico

"Con quejarnos no se conseguía nada. Había que hacer algo", pensaron en aquel momento. Entonces pasaron a la acción: consiguieron un contenedor puesto a disposición en la sede del equipo, donde empezaron a guardar las botellas que recogían en el parque.

Lo recolectado tendría luego dos destinos: por un lado, la fundación Banco de Bosques, que trabaja con los objetivos de combatir el cambio climático y la extinción de las especies, y de salvar bosques nativos en riesgo. Por otra parte, distintas cooperativas de recuperadores urbanos. Ese fue el puntapié de un programa que se amplió y actualmente subsiste bajo tres ejes fundamentales: promover el reciclaje, preservar los espacios verdes y brindar ayuda a los trabajadores que participan en el circuito del reciclaje.

"Hoy, siete años después, llevamos recolectadas casi siete toneladas de plástico, a razón de una por año en promedio", comenta en diálogo con Infobae María José (o "Majo", como es conocida en el mundillo runner) Rutilo, una de la emprendedoras de Zapatillas Verdes.

Rutilo corre desde hace quince años. En su extensa trayectoria cuenta con participación en maratones internacionales, en Nueva York, Melbourne, Berlín, San Sebastián o Madrid, además de una larga lista de recorridos en el interior del país. En varias de ellas corrió en ámbitos naturales: en la montaña, en la selva, en la playa, todas alejadas del asfalto urbano. Precisamente en estas pruebas fue donde, asegura, tomó conciencia de la problemática. "En esas carreras te das cuenta del daño que el plástico produce en la naturaleza, terminando enterrado en rellenos sanitarios o en nuestros océanos, con aves comiendo el microplástico y botellas que tardan más de 500 años en biodegradarse", explica.

La preocupación dio lugar al proyecto que se congenió con el grupo de running FC Max como soporte. "Zapatillas Verdes es una organización abierta, que trabaja esparciendo la semilla de la conciencia ambiental en cada rincón donde puede. De diferentes formas colaboran muchísimas personas, de las que un par de decenas somos los que nos encargamos de las cuestiones más organizativas por llamarles de alguna manera. Pero de la iniciativa ya participan cientos en todas partes", cuenta Rutilo.

El propósito del proyecto es promover el reciclaje, preservar los espacios verdes y brindar ayuda a los trabajadores que participan en el circuito del reciclaje

En la sede del equipo separan y acopian el plástico para entregarlo limpio y listo para reciclar, a las cooperativas de recuperadores urbanos. Mediante la contribución tripartita alcanzan beneficios multidireccionales, para el cuidado del ambiente, para el espacio público y para la integración de las personas que trabajan recuperando residuos sólidos urbanos.

Hoy, comenta la corredora, aquel impulso de recoger botellas de plástico en los bosques de Palermo es parte de una tarea mucho más amplia: "Salimos a limpiar playas, damos charlas de concientización y capacitación, tenemos programa de radio propio. También un sitio web que estamos construyendo y nuestros perfiles en redes encabezados por Instagram".

Postal de la costa de San Isidro, donde la agrupación trabajó con las organizaciones afines Vamos A Hacerlo Argentina y la Iniciativa estudiantil-medioambiental de la Universidad de San Andrés
Postal de la costa de San Isidro, donde la agrupación trabajó con las organizaciones afines Vamos A Hacerlo Argentina y la Iniciativa estudiantil-medioambiental de la Universidad de San Andrés

Para Rutilo, la actividad deportiva tiene que "cumplir un rol ecológico". Considera de vital importancia la conexión deporte-ambiente, "ya que son muchísimos los kilos de plástico que generamos y es necesario tratarlos con responsabilidad, para ser parte de la solución y no del problema".

En la evaluación de los fundadores, el mensaje de cuidado ecológico tuvo recepción positiva. "Por suerte cada vez más gente se va acoplando a este cambio de actitud. Hay varias organizaciones con las que trabajamos en equipo como, por ejemplo, Vamos a Hacerlo Argentina, con quienes salimos varias veces a limpiar las costas del Río de la Plata. Y no solo con ONG's y el sector público, sino también con empresas privadas que nos convocaron para concientizar a empleados y corredores de sus equipos".

El progreso se hace evidente a partir de los resultados. La meta de concientizar y reflexionar consolidó el hábito ambiental. No obstante, Rutilo recalca que aún falta mucho camino por recorrer. "Recién estamos comenzando a transitar la ruta de la sustentabilidad y el respeto a la naturaleza y el ambiente. Pero estoy muy esperanzada. Donde vamos con nuestro mensaje siempre somos bien recibidos. Creo que la semillita del cambio está comenzando a germinar".

En ese sentido, la deportista enumera una serie de consejos para los corredores, útiles para aportar a la causa a través de pequeños cambios. "Siempre proponemos primero reducir, utilizando botellas reutilizables que además son térmicas y representan un ahorro importante. En segundo lugar y cuando no podemos dejar de consumir plástico, asegurarnos que sean dispuestos limpios y secos en los lugares destinados a su recolección y reciclaje, como por ejemplo los 'puntos verdes' que hay en la ciudad de Buenos Aires", subraya.

"Y es importante que este cambio vaya más allá del entrenamiento y las carreras. En cada una de nuestras casas y nuestros trabajos debemos separar los residuos. ¡Si se recicla no es basura!", agrega Rutilo y cierra con la que afirma es su mejor recomendación para la carrera por un mundo mejor: "Enamórense del planeta".

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