Más que los críticos especialistas, en el denominado "género de superhéroes" que año a año gana más espacio en Hollywood, son los fanáticos los que tienen mayor influencia para el futuro de las estrellas interpretando a sus personajes favoritos. En ese sentido, Ryan Reynolds es uno de los que más elogios cosecha por su encarnación como el antihéroe Deadpool.
Cuando se adentra en el papel, el actor canadiense de 41 años se transforma en el cómico, histriónico, transgresor y frívolo personaje de Marvel que se gana al público con sus modos de afrontar cada situación que se le presente por delante. Así lo demostró en el estreno -allá por febrero de 2016- y lo vuelve a ratificar en estos tiempos, con la segunda entrega de la saga.
Pero Reynolds no solo aprueba en cuanto al desempeño actoral delante de las cámaras, sino que también cumple con la premisa de la similitud corporal. Para el caso del desfigurado Deadpool, tuvo que ponerse a tono físicamente para cumplir con las destrezas que demanda la tarea. No cualquiera puede enfundarse el traje de un superhéroe, antihéroe o villano de las afamadas historietas. No todo es CGI y efectos especiales.
El galán no es un ajeno a la actividad física. Debajo del atuendo rojo y negro con el que el intérprete se luce en la pantalla grande se esconde pura fibra muscular que construyó a lo largo de una década de esfuerzo y dedicación bajo las órdenes de reconocido instructor Don Saladino, quien puso en forma a otros actores como Sebastian Stan, David Harbour o Liev Schrieber.
Sin embargo, para cada filme que le exija una cuota de facultad atlética, Ryan debe prepararse especialmente. En una entrevista con el sitio Mens Health, Saladino habló de la ardua preparación de su pupilo. "Mucha gente no sabe que Ryan ha hecho la mayoría de las escenas de acción en la película. Quería que todo fuera lo más realista posible, así que trabajamos especialmente los movimientos".
Básicamente su rutina se trató de ejercicios de resistencia, movimientos con pesas y uso de cargas. Repitió durante cinco días a la semana (cuando disponía del tiempo necesario) una serie de ejercicios como caminar sosteniendo dos pesas rusas a los costados, realizar estocadas con el mayor peso posible o rebotar el balón de crossfit, entre distintas variantes.
"Antes de hacer esta película, siempre empezábamos haciendo una serie larguísima de abdominales, pero hemos eliminado una gran cantidad de entrenamiento abdominal", dijo Saladino. Pero esta vez fue diferente. En el pasaje previo a la etapa de grabaciones, el actor trabajó la zona media, pero de forma indirecta a partir de otros movimientos, explicó el entrenador.
Debido a que Reynolds debe cumplir con viajes, presentaciones, reuniones y demás obligaciones laborales, cuando tiene tiempo para entrenar Saladino busca sacar el mayor rédito posible. "Los ejercicios siempre cambian por estas diferentes tensiones en su cuerpo". De tal manera, no todos los días trabaja con la mayor intensidad. Depende de cómo el alumno se sienta en cada jornada.
Así, en ocasiones, las sesiones son más livianas. "Realmente me siento un poco como un anciano en el gimnasio, recostado sobre rodillos y entrenando con pelotas de béisbol", aseguró Reynolds sobre estas jornadas, aunque admitió que es una cuestión consecuente de la edad: "No es lo mismo entrenar con 40 años que cuando tenía 25, es normal. Tengo que ser más cuidadoso, pero la realidad es que si tengo que entrenar duro, lo hago".
Saladino ejemplificó una clase regular del actor. Detalló que consistía de un calentamiento, que dura de 10 a 15 minutos. Inicia con tres minutos de respiración elevada, recostándose de espaldas con los pies hacia arriba en un ángulo de 90 grados y respirando durante cuatro segundos, luego hacia afuera durante ocho para abrir el diafragma y preparar sus costillas.
Luego, se utiliza un rodillo de espuma para estirar las pantorrillas, la espalda y cualquier punto dolorido del cuerpo, antes de completar con tres estiramientos: la pose de yoga gato-vaca (30 segundos), rotaciones torácicas (10 repeticiones en cada lado) y un estiramiento del círculo de la cadera (10 repeticiones en cada lado).
Tras ello, continúa una serie de cinco ejercicio, con cinco repeticiones de cada una e intervalos breves entre cada repetición: balanceo de pesa rusa, sentadilla frontal, press de banca, dominadas y caminar con peso.
Otro variante que emplearon son las estocadas con rotación, usando un peso de 40 libras (18 kilos) para mayor dificultad y vistiendo un chaleco con peso de 30 libras (13 kilos). "Me gusta usar estos movimientos tradicionales con pequeños giros. Este en particular, no solo mantiene la fuerza, sino que también fomenta la estabilización y el equilibrio", explicó Saladino.
Al final, el esfuerzo para Reynolds valió la pena. Al menos para llegar al parecido físico en línea con los deseos de los acérrimos fans. Después está el guión, la dirección, la actuación, el reparto, la banda sonora y demás componentes de un filme, que lograron que la respuesta del público en los primeros días de proyección haya conformado el mejor estreno para una película clasificación R, con más de 300 millones de recaudación global.
Pero además de ello, volvieron los elogios para el trabajo del canadiense, a quien definen como el actor ideal para el personaje, así como sucede con Robert Downey Jr. con Iron Man o con el ya retirado Hugh Jackman, en el papel de Wolverine.
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