Del striptease al deporte: la reinvención del "pole-dance"

Ni una pelota, ni una raqueta, ni un aro: una barra vertical de acero inoxidable entre los 3 y los 5 metros de altura es el elemento protagonista de esta disciplina. Quienes la practican desafían las leyes de la física y los límites del cuerpo realizando trucos alrededor de este "caño" en una majestuosa demostración de fuerza y flexibilidad. Se trata del pole-dance -también conocido como "el baile del caño" o "barra americana"-, una técnica muy exigente con el rendimiento corporal, que pone a prueba todos los músculos en cada rutina. Las poses requieren de una gran concentración y manejo de la barra ya que algunos se realizan con altura y con la fuerza de un solo brazo o pierna. Sí, uno solo. Sin embargo, el pole no es igual que cualquier otra técnica acrobática. Carga a cuestas con una mala reputación: nada más y nada menos que el estigma de haberse dado a conocer mundialmente en clubes nocturnos como una danza sensual muy alejada de cualquier tipo de piruetas y más ligada a la representación erótica del cuerpo femenino, generalmente acompañado de un striptease. Con esa imagen pelean los representantes y practicantes de esta disciplina, que buscan que sea reconocida como deporte y pueda participar en los próximos Juegos Olímpicos.

Historia del caño La historia de los orígenes de esta disciplina mezcla diferentes culturas. Aunque sus verdaderos inicios no están claros, se remontan a África, Europa y Estados Unidos, donde las mujeres desarrollaban desde bailes y ritos de fertilidad para atraer la atención de los hombres hasta convertirse en una técnica de ejercicio. Por un lado, para algunos, la génesis de esta disciplina se originó a partir de las danzas tribales africanas. Las mujeres bailaban alrededor de un poste de madera en frente de los hombres con quienes estaban comprometidas. La danza seductora que llevaban a cabo pretendía mostrar cómo las mujeres deseaban que su futuro marido hiciera el amor con ellas. El otro origen posible se remonta al siglo XII con el "Poste de Mayo"un ritual que apuntaba a incrementar la fertilidad, donde las mujeres bailaban alrededor de un palo vertical de madera que tenía una representación fálica. Se realizaba normalmente en mayo, de ahí su nombre, y duró hasta el año 1547, cuando la tradición fue destruida como símbolo pagano. Una disciplina estrechamente relacionada con "el baile del caño" es la Mallastambha, un entrenamiento de fuerza llevado a cabo en un poste de hierro, conocido como el stambha. Nacido como un deporte antiguo de la India, esta técnica construye el físico igual que el pole-dance pero está diseñado únicamente para hombres. Los participantes se tuercen, giran y realizan posiciones en toda la longitud de la barra, desarrollando destreza y agilidad. Esta técnica desapareció durante varios siglos y resurgió en la década de 1920. Durante la Gran Depresión, en épocas de posguerra, en los circos que viajaban por todo el mundo con sus espectáculos, las mujeres bailaban alrededor de los postes que sostenían las carpas, deslizándose arriba y abajo y posando. Así ganó popularidad y se tornó en un espectáculo frecuente dentro de la escena burlesca a lo largo de la década de 1950. Ya instalado como una danza sensual, el baile en el caño más antiguo registrado en Estados Unidos fue en Óregon, en 1968. La locura por el caño se extendió a la zona roja de Canadá en Vancouver y las mujeres que lo realizaban comenzaron a vestirse con trajes temáticos, utilizar rutinas musicales y bailar sensualmente en sus actuaciones. Más tarde se propagaron en los clubes de striptease en todas partes y perdieron todo el aspecto "musical", pero manteniendo la seducción, la escasa cantidad de ropa y, naturalmente, el caño. Hoy en día el baile del tubo sigue siendo considerado como sensual y erótico por muchos y todavía se encuentra en los clubs de striptease, aunque también ha evolucionado como una forma de danza aeróbica y aspira a ser considerado no sólo deporte sino también deporte olímpico.

En diálogo con Infobae, Maria Luz Escalante, campeona argentina y sudamericana de pole-dance en 2011 y subcampeona mundial en 2010, explicó que la evolución de esta disciplina la transporta en la actualidad a un campo más complejo y desarrollado donde se distinguen tres tipos de formatos para interactuar con la barra. En primer lugar está el conocido como "pole-exótico", donde el caño es un elemento alrededor del cual se realizan poses y figuras sensuales. En este tipo de pole se utilizan tacos, maquillaje y trajes brillantes. Es quizás la técnica más asociada con las raíces anglosajonas del baile. En segundo lugar y como una especie de "híbrido" se encuentra el "pole-coreográfico" donde se combinan la danza y la expresión corporal con la destreza deportiva y acrobática en el caño. Es la rama más asociada a lo artístico y expresivo. Por último, el entrenamiento que pisa cada vez más fuerte y quiere ser deporte: "pole-fitness". En esta disciplina es fundamental la fuerza, la flexibilidad, la destreza y la concentración. Además, los trajes no están repletos de brillos ni se realizan movimientos sexualizados (como frotar la barra). La clave es lograr una conexión total con el caño para poder moverse a través y alrededor de él como si la gravedad no existiese. Personalidades y estrellas del pole de todo el mundo luchan porque esta práctica sea reconocida como deporte y que, quizás en 2020, pueda llevar representantes a los Juegos Olímpicos, ante los ojos del mundo. "Están trabajando para lograrlo. Las federaciones y confederaciones nacionales instan a realizar competencias con instancias de clasificación con requisitos de puntaje y reglamentos unificados", señala Maria Luz Escalante. Ese es uno de los principales desafíos, las organizaciones que nuclean a los artistas de pole-dance deberán crear un reglamento de común acuerdo que establezca el mismo nombre para la misma pirueta en todas partes del mundo y su respectivo puntaje. ¿Cómo sería la irrupción del caño en los JJ.OO.? Muchos se imaginaron que ingresaría como una parte más de la gimnasia artística, que se acople a sus reglas y puntajes, pero parece ser que esa no es la idea. "La Federación Internacional mantuvo reuniones con el Comité Olímpico para comenzar a tratar su clasificación como deporte y más adelante como parte de los Juegos Olímpicos", explicó Escalante. "Pero el comité dejó en claro que el pole deberá ir por fuera de la gimnasia artística, como una actividad independiente".

Pole-dance en Argentina "En Argentina arrancó en 2006 pero su boom fue en 2010", dijo la campeona argentina y sudamericana. Sin embargo, Escalante señaló que el crecimiento fue exponencial y que la aceptación de las raíces de la danza y la mutación hacia lo deportivo pasó por muchas etapas. "Había una rotunda negación desde las escuelas a bailar con tacos, solo se daban clases descalzos o con zapatillas. Algunos incorporaban la danza pero hasta ahí", explicó. "Ahora se conoce más la actividad, hay un montón de escuelas y competencias y se volvieron a insertar las clases donde se baila sexy y se incluyen los tacos". También el público del caño se transformó. Si bien siempre se asoció con una visión sexista de que el público del pole era únicamente femenino y que estaba sólo relacionado con una visión erotizante de la técnica, los seguidores del tubo no son sólo mujeres y se reparten equitativamente entre las diferentes corrientes. No sólo cada vez más mujeres y hombres se atreven como primer acercamiento al caño sino que muchos adeptos a la danza se adentran en el mundo del pole-dance e incluso se animan a su versión fitness. "El tipo de gente que se suma generalmente viene del mundo de la danza o de la gimnasia deportiva, artística y rítmica. Las facilidades físicas que la persona tiene al ya tener un entrenamiento previo le permite otras herramientas para abordar la barra", resaltó Escalante. ¿Sólo mujeres? No. "La participación masculina es impresionante. A diferencia de las mujeres la gran mayoría viene de la danza y en general sucede que la composición de sus coreografías son muchos más ricas a nivel artístico. Muchas mujeres empiezan a hacer pole-dance sin haber hecho nada antes y, aunque se tornan muy buenas, no se comparan con la composición artística que tienen los hombres con dominio del físico y fuerza, al que le suman un gran dominio coreográfico", explicó Maria Luz. "La actividad se ha desarrollado tanto que a los hombres se los aplaude mucho por su desarrollo".

¿Sólo adultos? Tampoco. La práctica juvenil del pole-dance está creciendo cada vez más. "Tengo mis reparos en cuanto a la practica infantil porque creo en lo personal que hay que estudiar el desarrollo físico corporal y muscular de un niño que practica pole. No sabemos cuáles son las lesiones que pueden tener pero, más allá de eso, como técnica de desarrollo del cuerpo es excelente", señaló la experta. "El estigma es desconocimiento, como todo", expresó a Infobae la campeona. "Uno habla de lo que no sabe, entonces si vos solo lo asociás con lo erótico cuando ves a un nene practicándolo, por ejemplo, te querés morir. Pero cuando conocés la disciplina y entendés que no está ligado a lo erótico sino a lo acrobático, no tiene nada de malo". Para concluir, Maria Luz Escalante invita a las personas a que se acerquen a esta disciplina porque los objetivos son a corto plazo y son realizables. "Es muy lindo empezar a controlar tu cuerpo en un barra que al principio no es amigable", expresó. El descubrimiento de una técnica tan rica como ésta está al alcance de la mano, sólo basta con sortear los prejuicios y animarse a disfrutar de una herramienta que tiene mucho para ofrecer al desarrollo corporal.