Trastorno afectivo estacional: cómo los días oscuros transforman las emociones y la energía vital de las personas

Estudios recientes destacan cómo los cambios en los ritmos circadianos provocados por la falta de luz pueden afectar profundamente el equilibrio emocional

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Los cambios estacionales pueden afectar
Los cambios estacionales pueden afectar la mente y el cuerpo, especialmente durante los meses oscuros (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

El ciclo natural de las estaciones influye profundamente en la vida humana, afectando al bienestar psicológico. Entre estos efectos, el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión relacionada con el invierno, ha captado especial atención científica debido a sus características únicas y a las diversas estrategias propuestas para abordarlo.

El TAE, conocido en inglés como Seasonal Affective Disorder (SAD), es un trastorno psicológico relacionado directamente con los cambios estacionales, especialmente durante los meses de invierno. Según el estudio publicado en la revista Perspectives on Psychological Science, este fenómeno constituye “la punta del iceberg” en lo que respecta a la influencia de las estaciones en la mente humana.

Los síntomas más frecuentes incluyen tristeza persistente, ansiedad, baja energía, aumento de peso por comer en exceso y una tendencia a dormir más de lo habitual. “Muchas personas se sienten aburridas por el estado de ánimo sin que se registren todos los criterios para un diagnóstico clínico de tristeza”, señalan los investigadores en el estudio. Esta “melancolía invernal” afecta a una proporción significativa de la población, particularmente en regiones donde la luz solar es limitada durante el invierno.

Factores como la falta de
Factores como la falta de luz solar y el déficit de vitamina D están detrás de este trastorno emocional (Imagen Ilustrativa, no real, realizada por IA)

Factores que contribuyen al estado mental en invierno

Entre las principales teorías para explicar el TAE se encuentra el impacto de la luz solar en el reloj biológico humano, conocido como ritmo circadiano. Una disminución en la luz durante los meses de invierno puede interrumpir la regulación normal de los neurotransmisores, como la serotonina, lo que afecta directamente el estado de ánimo.

La correlación entre los cambios en la luz del día y el contenido emocional de los mensajes en redes sociales demuestra cómo los días más cortos pueden influir en las emociones humanas. Investigadores de la Universidad de Cornell analizaron 509 millones de tuits de 84 países y encontraron que, a medida que se acortaban los días, disminuía la cantidad de palabras positivas utilizadas por los usuarios.

Otra explicación relevante es el déficit de vitamina D, un nutriente esencial producido por el cuerpo cuando la piel se expone a la luz solar. Dicha escasez en invierno podría contribuir tanto a la depresión como a problemas cognitivos, según Sanne Mooldijk y su equipo de la Universidad Erasmus de Róterdam.

Terapias y estrategias para enfrentar el TAE

El tratamiento para el TAE incluye desde intervenciones médicas hasta enfoques psicológicos. Una solución popular es la terapia de luz, que utiliza lámparas especiales que imitan la luz solar para recalibrar el reloj biológico. Sin embargo, un análisis de la Revisión Sistemática Cochrane de 2019 concluyó: “La evidencia de su efectividad como tratamiento preventivo es limitada”.

Sentimientos de tristeza y cansancio
Sentimientos de tristeza y cansancio durante el invierno podrían ser señales de esta afección (Imagen Ilustrativa, no real, realizada por IA)

Más allá de los tratamientos físicos, la actitud mental también desempeña un papel importante en la adaptación al invierno. Investigaciones realizadas por Kari Leibowitz y Joar Vittersø en Noruega descubrieron que quienes valoran los aspectos positivos del invierno, como la belleza natural o la sensación de calidez, reportan mayores niveles de satisfacción durante esta temporada. Leibowitz afirma a la BBC: “Un cambio de mentalidad no es la panacea, pero puede ayudarnos a superar la tristeza invernal”.

Adicionalmente, las terapias psicológicas, como la cognitivo-conductual, se han mostrado útiles para abordar pensamientos negativos y promover una perspectiva más equilibrada.

Más allá del TAE, el análisis de los efectos estacionales en la psicología humana revela patrones complejos de comportamiento.

Además, datos globales han destacado cómo el entorno social y cultural influye en la respuesta humana a los cambios estacionales. Por ejemplo, durante el invierno, las personas tienden a buscar mayor contacto social y actividades que les brinden confort emocional. Este patrón coincide con investigaciones que sugieren que las temperaturas más frías pueden aumentar la necesidad de interacción social, similar a cómo los animales buscan calor en grupo.

El impacto de las estaciones en el estado mental humano, especialmente durante los meses de invierno, es un tema complejo que combina factores biológicos, sociales y psicológicos. Desde el Trastorno Afectivo Estacional hasta las variaciones en el comportamiento y las emociones, los cambios estacionales revelan conexiones profundas entre la naturaleza y la mente humana. Al comprender estos fenómenos y adoptar estrategias adecuadas, como terapias de luz o enfoques psicológicos positivos, es posible mitigar los efectos negativos y aprovechar los aspectos únicos que cada estación tiene para ofrecer.

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