Un rostro serio en una reunión de trabajo. Una palabra más brusca de lo habitual al responder un correo. Estos comportamientos, aparentemente cotidianos, podrían tener una explicación científica más profunda: la fatiga mental. Un nuevo estudio, liderado por Erica Ordali de la IMT Escuela de Estudios Avanzados en Lucca, Italia, afirma que ejercer un autocontrol prolongado desgasta la capacidad de tomar decisiones, puede incrementar comportamientos agresivos y disminuir la cooperación. Este fenómeno, conocido como “agotamiento del ego”, resalta cómo las tareas cognitivas intensas pueden llevar a las personas a actuar de forma impulsiva, incluso hostil.
La teoría del “agotamiento del ego” plantea que la fuerza de voluntad es un recurso limitado que se agota con el uso continuo, lo que afecta la forma en que las personas manejan sus emociones y comportamientos. Según el estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la fatiga mental inducida por tareas prolongadas de autocontrol puede provocar que las personas actúen de manera más agresiva en situaciones sociales.
El concepto, que ha sido objeto de debate desde su aparición en la década del 2000, sugiere que el autocontrol sostenido drena los recursos cognitivos, reduciendo la capacidad de regular las respuestas emocionales y sociales.
Estudio experimental y metodología
Para probar esta hipótesis, el equipo de investigadores diseñó un experimento con dos grupos de participantes. A uno de ellos se le pidió realizar tareas cognitivas de autocontrol durante 45 minutos, como observar videoclips emotivos sin expresar ninguna reacción. El otro grupo, en cambio, no tuvo restricciones similares. La actividad cerebral de los participantes fue medida mediante electroencefalogramas (EEG), detectándose un aumento de las ondas delta, típicas del sueño, en las áreas de la corteza frontal de los individuos sometidos a fatiga mental.
“Estas ondas delta, características del sueño, sugieren que ciertas partes del cerebro ‘se apagan’ tras un esfuerzo prolongado”, detalla el estudio citado por The Guardian. Los investigadores también pidieron a ambos grupos participar en juegos económicos que simulaban escenarios sociales reales, como el juego del halcón y la paloma. Este desafío ponía a prueba su disposición a cooperar o competir agresivamente para obtener recursos limitados.
Los resultados fueron claros: los individuos agotados mostraron una conducta más agresiva, con un 59% exhibiendo actitudes hostiles durante los juegos, frente al 14% del grupo sin cansancio. Asimismo, se registró una significativa reducción en su habilidad para colaborar de manera armoniosa, descendiendo del 86% en el grupo de control a solo un 41% en el de los fatigados.
Por otra parte, el análisis de las ondas delta evidenció que las áreas cerebrales responsables de la toma de decisiones y el control de impulsos parecían desconectarse bajo fatiga, lo que podría explicar la pérdida de control emocional. “El agotamiento metabólico en ciertas áreas del cerebro afecta nuestros procesos de toma de decisiones”, señaló Pietro Pietrini, coautor del estudio.
El papel del “sueño local” en la fatiga mental
La neurociencia aporta un nuevo ángulo al agotamiento mental mediante el concepto de “sueño local”. Este fenómeno, observado en cerebros despiertos pero fatigados, implica la aparición de actividad típica del sueño en áreas específicas del cerebro. Durante el experimento liderado por Erica Ordali, se detectó que las ondas delta—habituales en el sueño profundo—emergían en zonas de la corteza frontal relacionadas con el autocontrol y la toma de decisiones tras 45 minutos de tareas cognitivas exigentes.
“Esto demuestra que ciertas partes del cerebro comienzan a ‘dormirse’ mientras otras permanecen despiertas, lo que afecta directamente las funciones ejecutivas”, explicó Ordali. Este descubrimiento añade un respaldo neurocientífico a la teoría del “agotamiento del ego”, ofreciendo una explicación física de por qué, tras esfuerzos prolongados, las personas actúan de manera impulsiva o agresiva.
Los resultados de este estudio tienen importantes implicaciones para el día a día. Desde transacciones económicas hasta discusiones personales, la fatiga cognitiva puede influir negativamente en decisiones críticas. “Si sientes que estás mentalmente agotado, tómate un descanso. Hazlo otro día”, recomendó la especialista.
A pesar de sus aportes, este trabajo no está exento de críticas. Algunos expertos, como Michael Inzlicht, profesor de psicología de la Universidad de Toronto, piden cautela al interpretar los resultados. “Dada la controversia pasada y la debilidad de algunos datos, me gustaría ver si se replican de forma independiente antes de extraer conclusiones definitivas”, declaró en The Guardian.