Un estudio revela que la mitad de los casos de demencia podrían evitarse o retrasarse abordando estos 14 factores de riesgo

Investigadores sostienen que modificaciones en hábitos de vida desde la infancia, como la actividad física y la reducción del consumo de alcohol, son cruciales para prevenir la enfermedad

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La demencia afecta a más de 55 millones de personas en el mundo y las cifras podrían triplicarse para 2050 (Imagen Ilustrativa Infobae)
La demencia afecta a más de 55 millones de personas en el mundo y las cifras podrían triplicarse para 2050 (Imagen Ilustrativa Infobae)

La demencia es una enfermedad que afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo, una cifra que, según las proyecciones, casi se triplicará para 2050, Sin embargo, abordar 14 factores de riesgo a lo largo de la vida, comenzando desde la infancia, podría prevenir o retrasar casi la mitad de los casos, según un amplio informe realizado por 27 expertos en demencia.

Según la investigación publicada por The Lancet Commission on dementia prevention, intervention and care (La Comisión Lancet en demencias), se identificaron 14 factores de riesgo cuya modificación podría ayudar a prevenir o retrasar hasta el 45% de los casos de demencia. Estos factores incluyen la educación insuficiente, las lesiones en la cabeza, la inactividad física, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la hipertensión, la obesidad, la diabetes, la pérdida de audición, la depresión, la contaminación del aire y el escaso contacto social.

A estos se suman dos nuevos factores identificados en el último informe: el colesterol alto y la pérdida de visión. La investigación revela que el colesterol alto en la mediana edad, alrededor de los 40 años, está relacionado con el 7% de los casos de demencia, mientras que la pérdida de visión no tratada en la vejez está asociada con el 2% de los casos. Los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de demencia a nivel mundial son el colesterol alto, la pérdida auditiva, la falta de educación en la infancia y el aislamiento social en la vejez.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

La educación juega un papel crucial en la prevención de la demencia por varias razones. En primer lugar, fortalece el cerebro, haciéndolo más resistente a los daños. Además, una mejor educación permite a las personas tomar decisiones informadas basadas en evidencias, como mantener un estilo de vida saludable y acceder a mejores empleos y servicios de salud.

Según la autora principal del informe, la Dra. Gill Livingston, profesora de psiquiatría de personas mayores en el University College London, “la educación ayuda a las personas a tomar buenas decisiones y está relacionada con obtener mejores trabajos y más opciones de vida, como el acceso a servicios de salud”.

Los 14 factores de riesgo evitables

1. Menor nivel educativo

La educación en la infancia juega un papel crucial en el desarrollo del cerebro. Un menor nivel educativo se asocia con un mayor riesgo de demencia, ya que la educación fomenta la resiliencia cerebral y facilita la capacidad de tomar decisiones informadas sobre la salud a lo largo de la vida.

2. Pérdida auditiva

La pérdida de audición en la mediana edad es otro factor de riesgo significativo. Las personas con problemas auditivos tienen una mayor probabilidad de desarrollar demencia, posiblemente debido a la reducción en la estimulación cognitiva y la interacción social.

3. Lesiones en la cabeza

Las lesiones traumáticas en la cabeza pueden aumentar el riesgo de demencia. Los daños físicos al cerebro pueden desencadenar una serie de procesos degenerativos que llevan a la demencia.

4. Hipertensión

La hipertensión arterial, especialmente en la mediana edad, es un factor de riesgo clave. La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro, lo que contribuye a la demencia vascular.

5. Consumo excesivo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol está relacionado con una serie de problemas de salud, incluida la demencia. El alcohol puede causar daño neuronal y afectar las funciones cognitivas.

6. Obesidad

La obesidad, particularmente en la mediana edad, está vinculada a un mayor riesgo de demencia. El exceso de peso puede llevar a enfermedades metabólicas y vasculares que afectan la salud cerebral.

7. Tabaquismo

Fumar es otro factor de riesgo importante. Las toxinas del tabaco pueden dañar los vasos sanguíneos y el cerebro, aumentando la probabilidad de demencia.

8. Depresión

La depresión es un factor de riesgo tanto en la mediana edad como en la vejez. Los cambios en el cerebro asociados con la depresión pueden aumentar la vulnerabilidad a la demencia.

9. Inactividad física

La falta de actividad física es un factor de riesgo modifiable. El ejercicio regular ayuda a mantener una buena circulación sanguínea y salud cardiovascular, esenciales para un cerebro saludable.

10. Diabetes

La diabetes, especialmente cuando no se controla adecuadamente, puede causar daño a los vasos sanguíneos del cerebro, lo que aumenta el riesgo de demencia.

11. Aislamiento social

El aislamiento social y la falta de interacciones significativas pueden contribuir a la demencia. La interacción social estimula el cerebro y promueve la salud mental.

12. Contaminación del aire

La exposición prolongada a la contaminación del aire puede afectar la salud cerebral. Las partículas contaminantes pueden contribuir a la inflamación y al daño neuronal.

13. Colesterol alto

El colesterol alto en la mediana edad está relacionado con un mayor riesgo de demencia. El colesterol elevado puede contribuir al desarrollo de placas en los vasos sanguíneos, afectando el flujo sanguíneo al cerebro.

14. Pérdida de visión

La pérdida de visión en la vejez es un factor de riesgo reciente identificado. Similar a la pérdida de audición, puede reducir la estimulación cognitiva y aumentar la aislación social.

Cuáles son las acciones recomendadas por los especialistas

La prevención y manejo de la demencia no solo dependen de los esfuerzos individuales, sino también de cambios estructurales y de políticas que aborden los factores de riesgo identificados. A continuación, se detallan algunas de las recomendaciones clave del informe:

  • Garantizar una educación de calidad para todos: La educación temprana es fundamental para el desarrollo cognitivo y la resiliencia cerebral. Los gobiernos deben asegurar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad desde una edad temprana. Esto no solo mejora la capacidad cognitiva, sino que también ayuda a los individuos a tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar a lo largo de sus vidas.
  • Controlar la contaminación del aire: La exposición a la contaminación del aire se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia. Las políticas públicas deben enfocarse en reducir las emisiones contaminantes mediante la promoción de energías limpias, la mejora del transporte público y la implementación de regulaciones más estrictas sobre las industrias contaminantes. Además, es crucial fomentar la creación de zonas verdes en las ciudades para mejorar la calidad del aire.
  • Regulación del tabaco y el alcohol: Fumar y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo importantes para la demencia. Las políticas deben incluir campañas de concientización sobre los riesgos del tabaco y el alcohol, así como ofrecer programas de apoyo para dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol. Además, la implementación de impuestos más altos sobre estos productos y la prohibición de fumar en lugares públicos pueden ser medidas efectivas.
El informe de The Lancet Commission identifica 14 factores de riesgo modificables para la demencia (Imagen ilustrativa Infobae)
El informe de The Lancet Commission identifica 14 factores de riesgo modificables para la demencia (Imagen ilustrativa Infobae)
  • Acceso a atención médica y tratamientos: Garantizar que las personas tengan acceso a atención médica de calidad es esencial para el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de la demencia. Las políticas deben enfocarse en mejorar la infraestructura sanitaria, formar a profesionales de la salud en el manejo de la demencia y asegurar que los tratamientos sean asequibles y accesibles para todos.
  • Ejercicio regular: La actividad física es crucial para mantener la salud cerebral y reducir el riesgo de demencia. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. El ejercicio ayuda a reducir la inflamación, mejora la circulación sanguínea y aumenta los niveles de proteínas que fortalecen la comunicación entre las células cerebrales.
  • Participación en actividades cognitivamente estimulantes: Participar en actividades que desafíen al cerebro, como leer, aprender nuevos idiomas, jugar a juegos de estrategia o tocar un instrumento musical, puede ayudar a mantener la función cognitiva. Estas actividades estimulan el cerebro y pueden retrasar el inicio de la demencia.
  • Protección de la cabeza: Prevenir lesiones en la cabeza es fundamental. Usar casco al practicar deportes de contacto o al andar en bicicleta, así como tomar medidas para prevenir caídas en el hogar, puede reducir el riesgo de lesiones cerebrales que pueden llevar a la demencia.
  • Mantener una vida social activa: El aislamiento social es un factor de riesgo para la demencia. Mantener relaciones sociales activas, participar en actividades comunitarias y tener una red de apoyo social puede ayudar a reducir el estrés y estimular la función cerebral.
La educación insuficiente y las lesiones en la cabeza figuran entre los principales factores de riesgo (Imagen Ilustrativa Infobae)
La educación insuficiente y las lesiones en la cabeza figuran entre los principales factores de riesgo (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Controlar la presión arterial y el colesterol: Mantener una presión arterial y niveles de colesterol saludables es crucial para la salud cerebral. Se recomienda mantener la presión arterial sistólica por debajo de 130 mmHg a partir de los 40 años y llevar una dieta equilibrada baja en grasas saturadas para controlar el colesterol.
  • Tratamiento de condiciones médicas: Tratar adecuadamente condiciones como la depresión, la pérdida auditiva, la pérdida de visión y la diabetes es esencial. Estos factores de riesgo pueden ser abordados con tratamientos médicos adecuados, como el uso de audífonos o gafas, la gestión de la diabetes y la terapia para la depresión.
  • Uso de filtros de aire HEPA: Para aquellos que viven en áreas con alta contaminación del aire, usar filtros de aire HEPA en el hogar puede ayudar a reducir la exposición a partículas dañinas. Además, evitar el uso de hornos o calefacción a base de madera o carbón puede mejorar la calidad del aire interior.

El informe destaca que, aunque algunas de estas acciones requieren cambios a nivel estructural y de políticas, muchas otras pueden ser implementadas por individuos en su vida diaria. Adoptar un enfoque proactivo hacia la prevención de la demencia es crucial para enfrentar esta creciente crisis de salud pública y mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.

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