Los espasmos en los párpados son una molestia común que afecta a muchas personas, especialmente en momentos de estrés, falta de sueño o consumo excesivo de cafeína. Aunque estos tics musculares pueden resultar extraños, en la mayoría de los casos son inofensivos y desaparecen por sí solos en cuestión de segundos.
Stephanie Marioneaux, oftalmóloga y portavoz de la Academia Estadounidense de Oftalmología, explicó que el músculo del párpado encargado de abrir y cerrar el ojo, conocido como el orbicular de los párpados, “es el músculo que trabaja más rápido en el cuerpo humano”. Por ello, cuando este músculo entra en espasmo, lo hace de manera rápida e intensa.
El mecanismo exacto que provoca estos espasmos no se entiende completamente, pero se sabe que pueden desencadenarse de manera aleatoria y suelen resolverse por sí mismos. Sin embargo, en casos raros, los espasmos pueden volverse más persistentes y debilitantes. Por ejemplo, un blefaroespasmo provoca el cierre involuntario de uno o ambos ojos de forma crónica, lo que puede interferir con las tareas diarias.
Andrew Carey, profesor asociado de oftalmología y neurología en la Universidad Johns Hopkins, comentó que en casos severos de blefaroespasmos que no responden a inyecciones de toxina botulínica (conocida comercialmente como Botox), se puede considerar la implantación de estimulación cerebral profunda. Esta opción es especialmente útil para aquellos que tienen miedo a las agujas.
Otra condición relacionada es el espasmo hemifacial, un trastorno neuromuscular en el que el espasmo del párpado progresa hasta abarcar la ceja y los músculos de la parte inferior de la cara, a menudo tirando de la boca hacia un lado. Para tratar esta condición, se puede considerar la cirugía de descompresión microvascular para aliviar la presión sobre el nervio facial que causa los espasmos, aunque esta intervención es invasiva y conlleva ciertos riesgos, según los oftalmólogos.
Los espasmos en los párpados se distinguen claramente de los espasmos en los globos oculares. Este último tipo de espasmo puede afectar la percepción visual, haciendo que el entorno parezca moverse. En tales casos, es aconsejable consultar a un oftalmólogo o neurólogo.
Para manejar y prevenir los espasmos palpebrales, los profesionales médicos recomiendan intentar reducir el estrés, asegurarse de dormir lo suficiente y disminuir el consumo de cafeína. Si bien la mayoría de los tics en los ojos no requieren tratamiento médico, los episodios persistentes o que afecten otros músculos de la cara deben ser evaluados por un oftalmólogo.
Aunque los espasmos en los párpados suelen ser benignos, existen tratamientos para los casos más graves, desde inyecciones de toxina botulínica hasta opciones quirúrgicas.