América no solo ha sido golpeada dramáticamente por el virus del dengue. Otro patógeno, que también se transmite por la picaduras de hembras de mosquitos, se ha expandido territorialmente. Es el virus que causa la fiebre chikungunya.
Se trata de una enfermedad que había sido descrita por primera vez en Tanzania, África, en 1952, y luego se fue propagando hacia Asia, Europa y Oceanía. En diciembre de 2013 se informó el primer brote de casos autóctonos de chikungunya en la isla de Saint Martin, en la región del Caribe, y desde entonces la circulación del virus continuó: alcanzó a la población de 50 países y territorios de América.
En 2023 produjo en la región el mayor impacto cuando se reportaron 402.159 casos de personas diagnosticadas con chikungunya y 403 muertes, según informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a Infobae.
“Brasil y Paraguay reportaron la mayor cantidad de casos el año pasado. Registraron 397.832 casos. Argentina y Bolivia registraron brotes importantes (1.746 y 1.455 casos, respectivamente), y Uruguay notificó transmisión local por primera vez este año”, contó a Infobae la epidemióloga Thais dos Santos, asesora regional en Vigilancia y Control de Enfermedades Arbovirales de la OPS. En la Argentina, hubo epidemia por la circulación viral autóctona en 9 de las 24 jurisdicciones.
Cuáles son los síntomas de fiebre chikungunya
Las personas afectadas por chikungunya suelen tener una aparición repentina de fiebre mayor a 38° y dolor en las articulaciones. Ese síntoma influyó en el nombre de la enfermedad. Chikungunya significa “aquel que se encorva” en la lengua makonde. Otros síntomas pueden ser dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y erupción cutánea.
“El chikungunya también puede provocar manifestaciones graves, incluidas complicaciones neurológicas y la muerte. Actualmente, chikungunya es un importante problema de salud pública en las Américas, donde causa una gran carga económica debido a los costos directos e indirectos”, escribieron un grupo de investigadores de Brasil, Estados Unidos, Reino Unido y Trinidad y Tobago, que acaban de publicar un artículo en la revista The Lancet Regional Health Americas.
El primer autor del artículo, el doctor William de Souza, de la Universidad de Kentucky, Estados Unidos, explicó los motivos por los cuales la enfermedad avanzó en América en diálogo con Infobae: “La propagación del virus chikungunya depende de tres factores principales. Uno es el virus en sí mismo. Otros dos son los mosquitos que lo portan y la susceptibilidad de la población”.
Si bien la enfermedad se identificó por primera vez en Tanzania en 1952, permaneció restringida a África hasta 2006. Luego, el virus se propagó. En América, dos linajes virales distintos de chikungunya son responsables de epidemias. Uno fue introducido en el Caribe, llamado linaje asiático, y un segundo fue introducido en Brasil, llamado Este-Centro-Sudáfrica, detalló el científico.
Cuáles son las razones de la propagación de chikungunya en América
El chikungunya no se transmite por abrazos, besos, por los alimentos o por el aire que se respira. El ciclo de transmisión se inicia cuando los mosquitos Aedes pican a una persona con chikungunya en los días que tiene fiebre. Luego de 10 días el virus se multiplica en las glándulas salivales de los mosquitos y está listo para transmitir la enfermedad cuando pican a personas sanas.
“El virus afecta principalmente a personas que nunca antes han sido infectadas, lo que hace que América sea particularmente vulnerable debido a la falta de inmunidad preexistente. Este factor contribuyó a los más de 3,5 millones de casos notificados en la región durante la última década”, señaló el doctor de Souza.
El cambio climático también influyó en que haya más áreas con presencia de los mosquitos que pueden transmitir el virus. “La epidemia en la Argentina como en el resto de América probablemente ocurrió porque los viajeros infectados que regresaban a casa iniciaron brotes al transmitir el virus a personas susceptibles. Además, el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, como el del año pasado, puede crear condiciones aún más adecuadas para los vectores y la transmisión viral”, remarcó el científico.
“A medida que sufrimos cambios en las temperaturas de nuestros países, es mucho más fácil que el mosquito puede aparecer y multiplicarse. A temperaturas más cálidas más posibilidades para los mosquitos”, dijo a Infobae Jorge Luis Acosta Reyes, profesor y coordinador Maestría en Epidemiología Clínica de la Universidad del Norte en Colombia, quien ha realizado investigaciones sobre chikungunya.
También se suma que hay un escaso control de los criaderos de larvas y mosquitos dentro y en los alrededores de los edificios. “Se requiere una política más activa de las autoridades sanitarias y participación de las comunidades para eliminar los criaderos que dan lugar a mosquitos que pueden transmitir chikungunya”, afirmó la doctora en biología Claudia Filomatori, investigadora del Conicet en el Instituto de Química y Fisicoquímica biológicas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, quien estudia el virus con miras a encontrar blancos que puedan servir para desarrollar tratamientos específicos.
En 2023 la situación de chikungunya fue la peor desde que se detectó la presencia del virus en la región. “En 2023 hemos visto cambios en la magnitud y el momento. La epidemia es mucho más temprana y con más casos que en los últimos años. El cambio climático es uno de los factores que contribuyen a la propagación de la chikungunya”, expresó la doctora dos Santos.
“Las temperaturas inusualmente altas, la previsión o el aumento de las lluvias y la consiguiente humedad han hecho que los mosquitos estén presente en zonas donde antes no podía sobrevivir. La urbanización creciente y no planificada también puede estar impulsando su propagación, ya que los Aedes prefieren los entornos urbanos y cálidos, y buscan puntos que acumulan agua dentro de los hogares -como recipientes para plantas o floreros- para reproducirse”, comentó la experta.
“Las restricciones de movimiento durante la pandemia de COVID-19 también pueden haber influido en los métodos de control de vectores, al limitar las actividades como las visitas de control domiciliario para eliminar los criaderos, junto con la resistencia a los insecticidas”, agregó dos Santos como otras de las razones que hicieron posible el avance de la fiebre chikungunya en América.
Soluciones frente al avance de la fiebre chikungunya
Frente al problema de salud pública, hay recomendaciones para poner en marcha. De acuerdo con la asesora de OPS, “actualmente, la mejor protección es evitar las picaduras de mosquitos, con la aplicación de insecticidas, el uso de mosquiteros y la eliminación de los criaderos de mosquitos. La vigilancia de la enfermedad también es fundamental”.
Para el doctor de Souza, se debería “reforzar la vigilancia molecular y el diagnóstico de los casos de chikungunya para hacer un seguimiento preciso tanto de la transmisión endémica como de los brotes, con el fin de mejorar la evolución de los pacientes y alertar a tiempo a la salud pública”.
Además, se deberían aplicar “estrategias de control de vectores tanto de vanguardia como tradicionales para reducir eficazmente las poblaciones de mosquitos competentes y, en consecuencia, disminuir la incidencia del chikungunya”.
A medio y largo plazo —según el especialista de la Universidad de Kentucky— se debería desarrollar e implementar programas de inmunización para las poblaciones vulnerables para controlar y potencialmente eliminar la transmisión de chikungunya en las Américas.
En noviembre pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (conocida por su sigla FDA) de los Estados Unidos aprobó la primera vacuna contra chikungunya. “Ofrece una herramienta prometedora para futuros programas”, opinó el doctor de Souza.
Otra cuestión pendiente es mejorar el diagnóstico temprano. A veces chikungunya puede confundirse con dengue u otros síndromes febriles agudos. “Tanto chikungunya como dengue pueden generar dolor de cabeza y fiebre. Pero en chikungunya domina el cuadro de dolor de las articulaciones y la erupción cutánea es más precoz que en dengue”, explicó a Infobae Susana Lloveras, ex presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero y médica infectóloga del Hospital Muñiz de Ciudad de Buenos Aires.
Cuál es el tratamiento para chikungunya
También hay investigación en curso sobre potenciales tratamientos específicos para chikungunya. “La terapia actual se centra en aliviar los síntomas, como la inflamación y el dolor, ya que no existe un tratamiento específico para esta enfermedad”, contó a Infobae Mariela Bollini, investigadora del laboratorio de Química Medicinal del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION) del Conicet en la Argentina.
Junto con el doctor Diego Álvarez del Conicet y la Universidad Nacional de San Martín, el equipo de Bollini llevan adelante el desarrollo de una terapia potencial en la fase preclínica. “Hasta ahora los resultados obtenidos respaldan la seguridad y eficacia de nuestro fármaco. Este proyecto pudo prosperar hacia etapas más avanzadas gracias a la inversión pública a través del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) y la Producción Pública de Medicamentos (PPM)”.