Los desmayos son pérdidas breves del conocimiento que causan lesiones, pues lo repentino de estos episodios ocasiona caídas y choques dolorosos contra el suelo. Algunos síntomas que anuncian la ocurrencia del problema son mareos, náuseas, visión borrosa y hormigueo en las yemas de los dedos.
Un desmayo, también llamado síncope, sucede con mayor frecuencia en adolescentes y adultos mayores; pero puede ocurrir a cualquier edad. Se ha registrado que las personas con alguna alteración en las funciones cerebrales son propensas a experimentar este problema, también podría ocurrir cuando se reduce el flujo sanguíneo o la sangre contiene niveles insuficientes de azúcar y oxígeno.
Algunas causas que se habían identificado provocan desmayos en cualquier persona eran golpes de calor, problemas cardiovasculares, ponerse de pie de forma repentina, emociones fuertes como el miedo o sensaciones dolorosas y el uso de ciertos fármacos, conforme a los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés). Sin embargo, una investigación publicada en Nature encontró a la neurona que induce la pérdida del conocimiento.
Las neuronas sensoriales vagales desencadenan los desmayos
Los antecedentes médicos apuntaban a que el corazón y el cerebro, con afecciones que los afectan por separado, causaban la pérdida del conocimiento. Con el estudio de los científicos de la Universidad de California aplicado a ratones, se reveló cómo el nervio vago es la pieza clave de los desmayos.
El nervio vago abarca del bulbo raquídeo al tórax y es el responsable de la relajación del cuerpo. Funciona como un interruptor que, cuando se activa, desencadena un conjunto de respuestas que incluyen disminución del ritmo cardíaco, baja presión arterial y hasta la pérdida de conocimiento.
Este regulador, según los científicos, se encuentra en las llamadas neuronas sensoriales vagales (VSN) que expresan el receptor Y2 del neuropéptido Y (NPY2R).
Los investigadores utilizaron la secuenciación de ARN unicelular para mapear estas neuronas en el corazón de los roedores. Se descubrió que estas VSN NPY2R están conectadas a la pared ventricular del corazón, y cuando se activan, desencadenan lo que llaman el reflejo de Bezold-Jarisch (BJR), asociado con desmayos en humanos.
Los experimentos incluyeron la estimulación óptica de estas neuronas, lo que provocó una tríada de respuestas típicas de un desmayo: disminución de la presión arterial, bradicardia (ritmo cardíaco lento) y supresión de la respiración. Los ratones se desmayaron en consecuencia a estos estímulos. También hubo una supresión generalizada de la actividad neuronal en diferentes regiones del cerebro.
Además, al bloquear el sistema nervioso parasimpático con atropina, los investigadores intentaron prevenir la frecuencia cardíaca baja inducida por la estimulación de estas neuronas, pero el desmayo aún ocurrió con un retraso. Esto sugiere que hay más factores en juego que solo la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Lo anterior sugiere que el corazón y el cerebro están interconectados en estas reacciones.
¿Qué hacer en caso de desmayos?
El síncope deja al cuerpo en un estado en el que la respiración y el pulso cardíaco son bajos. Aunque el estado parece ser algo absoluto, el cuerpo se recupera con rapidez en menos de 60 segundos. Si una persona pierde el conocimiento por más de cinco minutos, será necesario solicitar asistencia médica a la brevedad, pues se corre el riesgo de tener repercusiones negativas en las funciones cerebrales, de acuerdo con los especialistas de la Clínica Mayo.
En caso de que una persona sienta que está a punto de desmayarse, la clave es actuar con rapidez y precaución. Recostarse o sentarse es crucial para evitar caídas bruscas y lesiones. Al sentarse, debe colocarse la cabeza entre las rodillas para mejorar la circulación. Un aspecto clave es evitar levantarse demasiado rápido para reducir la probabilidad de perder el conocimiento de nuevo.
En el caso de que alguien más se desmaye, habrá que colocar a la persona de espaldas, levantar sus piernas por encima del nivel del corazón si es posible, y aflojar cualquier prenda ajustada. Si no hay mejoría en un minuto, llamar al número local de emergencias, como recomienda el Ministerio de Salud de Argentina.
Es esencial verificar la respiración y el pulso. Si la persona no respira, debe iniciarse la reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras se contacta a los números de emergencias. Si hay lesiones o cortaduras a causa de la caída, deberá aplicarse presión directa para controlar el sangrado.
¿Cuándo hay que acudir al médico por un desmayo?
Los desmayos son considerados de baja gravedad para la salud, pero hay causas serias como trastornos de las válvulas del corazón, frecuencia cardíaca irregular, obstrucción de las arterias pulmonares por coágulos sanguíneos y problemas del músculo cardíaco, como el infarto de miocardio. Estos trastornos pueden afectar la capacidad de este órgano para bombear sangre de manera eficiente, lo que puede provocar frecuentes pérdidas del conocimiento.
Será necesario acudir al médico si se experimentan desmayos durante el ejercicio, múltiples episodios en un corto periodo, o si los síncopes están precedidos o seguidos de síntomas cardíacos como dolor torácico, palpitaciones o dificultad para respirar. La edad avanzada, lesiones significativas como resultado del episodio y antecedentes familiares de muerte súbita o pérdida de conocimiento también son motivo de preocupación.
La evaluación médica es crucial para distinguir entre causas inofensivas y problemas más serios. Si han ocurrido desmayos con los signos de alarma mencionados, será necesario buscar ayuda médica de inmediato para obtener una evaluación pertinente y detectar alguna otra condición de salud peligrosa para el bienestar.