En Colombia, durante el año 2015, la bacteria llamada wolbachia era vista como una esperanza de la comunidad científica en la lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por la picadura del mosquito Aedes aegypti.
Pero ocho años después, esa esperanza es una realidad en las ciudades colombianas de Medellín, Bello e Itagüí, donde la enfermedad no constituyó ningún brote y tuvo una disminución notable de los contagios en un 90%. Y la enfermedad grave en más de un 95%. Todo esto ocurrió luego de la implementación del World Mosquito Program que utilizó la estrategia de liberación de mosquitos infectados con esta bacteria que impide la replicación de distintos virus que afectan a los humanos.
Así lo expuso este martes el médico infectólogo colombiano Iván Darío Vélez, que coordina la investigación en su país y es graduado de la Universidad de Antoquía en Medellín, Colombia y doctorado en Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Granada, España.
“Durante muchos años hemos advertido que la prevención del dengue mediante el descacharro de objetos contenedores de agua y la fumigación no bastaban para frenar el avance de esta enfermedad mortal ni tampoco los brotes que la misma causaba cada vez con mayor intensidad y casos”. Por eso, implementamos este innovador programa sanitario de la mano del World Mosquito Program que consiste en crear mosquitos con la bacteria wolbachia que es efectiva para impedir que el insecto pueda transmitir enfermedades virósicas al ser humano”, explicó el experto a Infobae luego de la exposición en el Seminario de Mundo Sano que se comenzó ayer en el Centro Cultural de la Ciencia y culminará hoy.
Vélez precisó que la iniciativa internacional, que tiene el apoyo de la Fundación Melinda y Bill Gates, se replica también en otros países latinoamericanos y asiáticos. Y consiste en la alteración en el laboratorio de ejemplares de aedes aegypti para que finalmente no puedan transmitir distintos virus.
Utilizando agujas microscópicas, los científicos colombianos extrajeron la bacteria Wolbachia de moscas de la fruta y la inyectaron directamente dentro de huevos jóvenes del mosquito transmisor del dengue. “Para hacerlo esto construimos un insectario grande y muy prolífero. Es una verdadera fábrica ya que puede producir 40 millones de huevos con Wolbachia por semana”, indicó Vélez. Después de varios intentos, lograron que los mosquitos macho fueran portadores de la bacteria, que luego fue pasada naturalmente a su descendencia sin necesidad de nuevas inyecciones. Posteriormente, esos mismos insectos fueron infectados con dengue y los científicos hallaron que el virus no podría crecer dentro y no podía ser transmitido a las personas.
La Wolbachia se encuentra en aproximadamente la mitad de todas las especies de artrópodos, incluidas moscas de la fruta, polillas, libélulas y mariposas. Pero no en mosquitos. Vive dentro de las células y pasa de una generación a otra a través de los huevos, pero como en el Aedes no vive de manera natural, de ahí surge la idea de modificar en laboratorio a los mosquitos o sus larvas para que no puedan transmitir enfermedades a un ser humano.
“Si un insecto macho tiene Wolbachia y se aparea con una hembra que no la tiene, los huevos no eclosionarán. Y si la hembra la tiene y el macho no, ella pondrá huevos y todos eclosionarán, pero toda su descendencia será portadora de la bacteria. Al cabo de algunas generaciones, casi todos los individuos ya son portadores y, por tanto, no transmiten nada”, resumió el doctor Vélez.
Los resultados del estudio del equipo de Vélez en la ciudad de Medellín indican hoy que se ha registrado una caída de las infecciones de un 89% desde que comenzaron con el proyecto, en 2015. Todo gracias a esos 40 millones de mosquitos por semana que se gestan y modifican para que nazcan portando una bacteria de origen natural llamada Wolbachia que los hace incapaces de transmitir el virus.
“Tras ese paso clave, se decidió probarlo en la comunidad. Para ello debimos realizar una consulta masiva para liberar mosquitos en 3 ciudades. Y encontramos buena aceptación de la ciudadanía. Se liberaron ejemplares con Wolbachia una vez por semana durante 20 semanas en Medellín, y en el lapso de unos pocos meses, cerca del 100% de ellos portaba la bacteria. Años después, sigue siendo así. “Los resultados son claros. Los casos han disminuido dramáticamente y tenemos la esperanza de que este método de control pueda proteger la salud de casi 4.000 millones de personas en el mundo que viven en situación de riesgo”, concluyó Vélez.
La iniciativa World Mosquito Program está presente desde 2011 en varios países de Oceanía, Europa, Asia y América Latina. Además del éxito colombiano, se probó que en Indonesia se logró reducir la incidencia de dengue en un 77% y la mortalidad en u n 86% en la ciudad de Yogyakarta, lugar donde se liberaron los mosquitos transgénicos.
Los proyectos pilotos en Latinoamérica se llevan a cabo desde 2015 en Medellín, Cali, Bello, Itagüí (Colombia), Niterói (Brasil) y La Paz (México), donde también se aprecia una reducción en los casos de dengue, una enfermedad que en Esas regiones son endémicas.
Globalmente, el World Mosquito Program estima que se han protegido a 10 millones de personas y han evitado 300.000 casos y 20.000 hospitalizaciones en 11 países: Brasil, Colombia, México, Indonesia, Sri Lanka, Vietnam, Australia, Fiji, Kiribati, Nueva Caledonia, y Vanuatu.
El Grupo Asesor de Control de Vectores (VCAG por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó en su 13er reunión en diciembre de 2020 que las evidencias de los estudios desarrollados por el World Mosquito Program (WMP), utilizando cepas de Wolbachia wMel para la interrupción de la transmisión, tiene valor en salud pública contra el dengue.
Es decir, que esta tecnología sirve para disminuir la capacidad del A.aegypti de transmitir el virus dengue. Y Vélez confirmó que en las próximas semanas publicarán en la revista científica internacional PLOS las conclusiones de la reducción del dengue en las tres ciudades colombianas.
El panel de presentación del doctor Vélez fue conducido por el médico infectólogo Tomás Orduna que consultado por Infobae, habló sobre las estrategias de gestión integral del dengue.
“Hay estrategias que son de prevención de la transmisión y ahí está el mosquito fuertemente presente. Hay estrategias que son de la contención de una epidemia o de un brote epidémico y hay una estrategia fundamental, que es el manejo mitigación cuando ya tenemos la transmisión y estamos en una epidemia. Es como mirar una flor con todos sus pétalos, como el equipo de salud con una buena infraestructura sanitaria, el recurso humano, la capacitación, los insumos, la prevención con el descacharreo, la implementación de nuevas vacunas, y la atención urgente e implementación rápida del una contención con dos objetivos primero tener siempre en la cabeza en cuenta, el tema del triage para quienes pueden estar ya progresando hacia un cuadro grave”, sostuvo Orduna.
Y agregó: “En el último tiempo teníamos la vacuna CYD-TDV aprobada y recomendada en seropositivos. Ahora se aprobó en Argentina y varios países la TAK-003 y próximamente habrá una nueva que están fabricando Brasil y EEUU de una sola dosis. Está claro que no vamos a estar pudiendo controlar el dengue solamente con descacharrado, entonces bienvenida a las estrategias de control de vector de otra manera”.
En el mismo panel del doctor Vélez, también habló el doctor Pablo Bonvehí, jefe de infectología del CEMIC, que indicó a Infobae que habló sobre el reciente brote epidémico en Argentina en la última temporada con más de 160.000 infecciones y 65 fallecidos.
“Si uno ve los brotes de dengue que hemos tenido en nuestro país, cada uno fue mayor en el número de personas involucradas o afectadas y también en cuanto a la extensión territorial eso ha sido así y pasa en otras partes del mundo. Esta extensión de los brotes nos genera también desafíos como mejorar la capacitación del personal de salud, tener mayor capacidad de diagnóstico de laboratorio, mejorar la vigilancia, implementar las nuevas vacunas, seguir con campañas para incrementar del descacharreo, fumigar en algunos sitios, etc”, comentó Bonvehí.
“Yo creo que ahora si uno quiere ver la fase optimista de estas situaciones, es que tenemos ahora herramientas para controlar mejor el vector y herramientas para prevenir la enfermedad en las personas que son picadas por el mosquito, con lo cual tenemos dos elementos, que no nos tienen que hacer bajar el compromiso con las otras herramientas de prevención y de manejo de la enfermedad”, concluyó el experto.