La Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue hablando de pandemia en la actualidad. Pero no se trata del coronavirus, sino de la resistencia a los antibióticos (RAM).
Es que según información de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NHI), las infecciones bacterianas se asociaron a más de 7 millones de muertes en todo el mundo. Y de ellas, al menos 1,3 millones fueron resultado directo de bacterias resistentes a los fármacos.
“La resistencia a los antibióticos (RAM) constituye un problema de salud global y complejo, ubicándose Argentina entre los países que presentan mayor número de aislamientos clínicos multidroga resistentes en el mundo. Esta resistencia a antibióticos es crítica en el ambiente intrahospitalario debido a las llamadas ‘superbacterias’, que son cepas bacterianas capaces de acumular cientos de genes de la RAM, persistir en el nicho intrahospitalario y diseminarse a nivel global. La gran amenaza es que estas superbacterias se dispersen entre los pacientes de la comunidad, de lo cual ya hay varios registros”, explicó este fin de semana a Infobae la doctora Daniela Centron, Investigadora Principal del CONICET y Profesora Adjunta de la Cátedra de Microbiología, Parasitología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Los modelados matemáticos predicen que en el año 2050 la mayor causa de muertes será por bacterias resistentes a los antibióticos, superando otras patologías que hoy en día son más frecuentes. También, algunos referentes en el tema, consideran que ya estamos en una “pandemia silenciosa” que en pocos años va a explotar”, agregó la experta microbióloga que dirige el Instituto de Investigaciones en Microbiología y Parasitología Médica (IMPaM, UBA/CONICET).
En pos de detener esta amenaza, la OMS en Europa busca frenar la resistencia a los antibióticos y anticipó que puede dejar de ser “una pandemia silenciosa” si se habla más de ello. “Solo es silenciosa mientras nosotros permitamos que lo sea. Tenemos que hacer más ruido”, advirtió Robb Butler, director de la División de Enfermedades Transmisibles, Medio Ambiente y Salud de la (OMS) en Europa, durante la 73.ª reunión del Comité Regional de la OMS para Europa.
En este encuentro participaron los ministros de Sanidad y los delegados de los 53 Estados miembros de la OMS en Europa, que han respaldado la nueva Hoja de ruta europea sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Con ello, buscan ayudar a los países de la Región de Europa de la OMS a identificar, priorizar y aplicar intervenciones de gran impacto para hacer frente a la RAM.
Estas acciones se abarcan concretamente desde medidas tradicionales, como la mejora de la higiene y la vacunación, hasta el uso de muestras de genoma completo para mejorar la vigilancia ambiental. Los expertos de la OMS Europa proporcionarán orientación técnica y apoyo para el desarrollo de capacidades. Desde el organismo, recuerdan que la RAM es una preocupación mundial tanto para la salud humana como para la salud animal. De hecho, en 2019 se asoció con la muerte de unas 500.000 personas en Europa. La RAM se acelera por el mal uso y el uso excesivo de medicamentos antimicrobianos.
En la actualidad, los patógenos resistentes se propagan cada vez más rápidamente debido a factores como la contaminación ambiental y los viajes y el comercio mundiales. Aunque se han hecho progresos, se necesitan más recursos. Casi todos los Estados miembros de la Región han elaborado planes de acción nacionales sobre la RAM, pero solo el 25 por ciento de ellos han recibido financiación.
Butler insistió en que, con una actuación rápida, podría evitarse “un desenlace desastroso” . “La RAM es un asunto de todos, ya que existe el peligro de que el asunto de todos se convierta en responsabilidad de nadie. El camino que tenemos por delante no es fácil, pero estamos dispuestos a avanzar como una sola región, guiados por la nueva hoja de ruta regional de la RAM”, advirtió el funcionario.
Y agregó: “No se trata tanto de llamar a la puerta del jardín como de martillear nuestra puerta principal. El camino que tenemos por delante no es fácil, pero estamos dispuestos a avanzar como una sola región, guiados por la nueva hoja de ruta regional de la RAM, trabajando para alcanzar nuestra visión de que en 2030 las personas y los animales estarán más seguros frente a infecciones resistentes difíciles de tratar y se beneficiarán de entornos más saludables”.
Por otro lado, la hoja de ruta aboga por contemplar la RAM desde la perspectiva de One Health, así como por adoptar un enfoque integral que convoque a todos los sectores para reformar sus maneras de trabajar y experimentar con nuevos enfoques a todos los niveles, desde el mundial al local. El directivo enfatizó que el enfoque tiene en cuenta todo el sistema sanitario, fomentando amplias asociaciones y alianzas, y manteniendo al mismo tiempo un punto de vista centrado en las personas.
Las acciones ayudan a promover el intercambio de recursos, datos y conocimientos entre los Estados miembros; pedir una mayor inversión en One Health, basada en políticas que abarquen múltiples sectores para generar mejores datos, profundizar en la comprensión científica y adelantarse a las amenazas actuales y futuras; e integra las consideraciones de salud pública en las políticas medioambientales y de desarrollo para mejorar la salud y la resiliencia de las comunidades en el futuro.
Un mapa contra las bacterias
Así como en Europa trazan una nueva hoja de ruta para combatir la RAM, en Estados Unidos y en Argentina se está creando un mapa completo de las bacterias existentes.
En Estados Unidos, científicos de la prestigiosa Clínica Mayo están creando una extensa biblioteca de prototipos de ADN de especies bacterianas patógenas que conforma una colección única de secuencias genómicas que sirve como base de datos de referencia para ayudar a los médicos a brindar diagnósticos certeros y rápidos. Los investigadores están estudiando este vasto conjunto de datos con el fin de desarrollar nuevos tratamientos personalizados para combatir las enfermedades causadas por bacterias.
“Estamos desarrollando la base de datos de la secuenciación completa del genoma bacteriano porque nuestro laboratorio, a menudo, se encuentra con aislados bacterias no identificables en la práctica clínica, y el desafío se vuelve mayor con el avance de la crisis de resistencia a los antibióticos. No conocer una secuencia bacteriana nos genera un dilema a la hora de intentar determinar lo que sucede con un paciente”, explicó la doctora Robin Patel, directora del Laboratorio de Investigación de Enfermedades Infecciosas de Mayo Clinic.
La base de datos bacteriana, en parte, respaldada por el Centro de Medicina Personalizada de Mayo Clinic, contiene más de 1200 secuencias de ADN de especies bacterianas recuperadas de zonas infectadas, como pulmones, orina, articulaciones y sangre.
Desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, un grupo de expertos infectólogos, en lo que se incluye a la doctora Centron, trabajan en el marco conceptual de Una Sola Salud (OMS, 2010), desde una perspectiva ecológica y con tecnologías de última generación para combatir la resistencia a los antibióticos (RAM).
“Una de las áreas que estamos desarrollando, es la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) a la problemática de la RAM, la cual entre otras características, tiene un alto valor predictivo. La IA en conjunto con aplicaciones estadísticas a la bacteriología clásica, a la biología molecular y al tratamiento antimicrobiano de los pacientes potencia el campo de acción. Para ello estamos desarrollando junto a un hospital privado de comunidad de la ciudad autónoma de Buenos Aires, y al UO Centro Nacional de Genómica y Bioinformática-ANLIS Malbrán, una plataforma que además de asociar factores de diferentes áreas, va a servir de soporte, por un lado, para la investigación multidisciplinaria de los mecanismos asociados a la RAM y por otro, en la toma de decisiones clínicas brindando asesoramiento en la selección de antimicrobianos para cada paciente en particular, dentro del marco de la “medicina de precisión o personalizada”, sostuvo Centron.
Y agregó: “La aplicación de esta plataforma nos permitirá identificar más rápidamente posibles ‘gaps’ o brechas del conocimiento de la RAM que deberían ser investigadas desde la ciencia básica. Ya tenemos secuenciadas más de 350 genomas de ‘superbacterias’ con multidroga resistencia aisladas de pacientes internados entre los años 2019-2023, además de 300 metagenomas del hospital y de las 15 comunas de la ciudad de Buenos Aires que nos permitirán, en su conjunto, delinear un mapa de la RAM a lo largo del tiempo. Nuestra meta es mejorar los tratamientos antimicrobianos administrados y promover un cambio en la práctica de prescripción de antimicrobianos directamente ligada a una actualizada investigación básica sobre la problemática de la RAM”.