El cáncer de vejiga suele afectar a millones de personas en el planeta, ya que las medidas preventivas son poco conocidas. En 2020, se registraron 573,278 nuevos casos, con Grecia convirtiéndose en el país con la tasa más alta de incidencia: se calcula que por cada 100,000 habitantes hay un prevalencia del 21.2%. Los hombres son quienes suelen verse más afectados, con 440,864 víctimas, mientras que las mujeres sumaron 132,414. Por otro lado, Egipto tuvo el mayor porcentaje de muertes relacionadas con esta condición, con el 14.1% de las 158,785 muertes a nivel mundial, según World Cancer Research Fund International, dedicada e la prevención del cáncer relacionada con la dieta, el peso y la actividad física.
En este contexto, es esencial estar informado sobre esta afección y tomar medidas proactivas para mantener un buen estado de salud. Uno de los principales factores a considerar es el reconocimiento de los síntomas. Sangre en la orina, dolor o sensación de ardor al orinar y urgencia urinaria son algunas de las primeras señales que indican la necesidad de acudir a un especialista.
En cuanto a la prevención, existen adicciones a evitar, como el tabaquismo, que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga. Además, llevar un estilo de vida saludable que incluya una dieta rica en frutas y verduras, así como la ingesta adecuada de agua y vitamina E, también puede desempeñar un papel crucial en la prevención de esta enfermedad, según American Cancer Society.
El impacto de la vitamina E y el selenio en el cáncer de vejiga?
La vitamina E suele encontrarse para consumo humano en el aceite de germen de trigo, girasol, cártamo, maíz y soja. Otras fuentes alternativas son los frutos secos, semillas y hortalizas de hojas verdes como la espinaca y el brócoli. Los productos de origen vegetal suelen poseer altas cantidades de este nutriente para el organismo. También puede ingerirse en los maníes, avellanas y, en particular, las almendras, según National Institutes of Heath de Estados Unidos.
Tanto la vitamina E como el selenio tienen efectos protectores contra el cáncer de vejiga. La baja incidencia de esta enfermedad está vinculada a niveles elevados de selenio, un mineral traza esencial para el cuerpo. Las mujeres son las más beneficiadas por esta correlación, según una investigación publicada en la American Association for Cancer Research (AACR).
Esta asociación inversa se calculó a través de un modelo estadístico de efectos aleatorios, detallando un menor riesgo relativo en la población femenina (0,55) frente a la masculina (0,95).
Aunque las evidencias preliminares sugieren un efecto protector del selenio contra el cáncer de vejiga, los investigadores aclaran que aún se requieren estudios adicionales y de mayor envergadura para respaldar estas conclusiones de forma más sólida. Por otro lado, resaltan la necesidad de analizar otros factores que podrían estar causando variaciones en los resultados, como el consumo de tabaco y el diseño particular de cada estudio.
Además del selenio, la vitamina E ha sido estudiada debido a que su consumo disminuye el riesgo de padecer cáncer de vejiga.
Un metaanálisis publicado en la revista médica Hogrefe y disponible en la National Library of Medicine muestra que en 11 estudios con la participación de más de medio millón de individuos, se observó cómo la probabilidad de desarrollar la enfermedad para los consumidores de altas cantidades de este nutriente era un 11% menor que para los que ingerían menores cantidades de esta vitamina.
Sin embargo, los expertos consideran que es fundamental realizar investigaciones adicionales para confirmar estos resultados y explorar más a fondo el potencial de la vitamina E en la prevención de esta patología, ya que cuando el cáncer ya ha aparecido, la historia es diferente para los pacientes.
Un estudio clínico en el Reino Unido, publicada en JAMA Network, ha revelado hallazgos sobre los efectos ambos componentes en los pacientes con cáncer de vejiga no músculo-invasivo (NMIBC). El selenio nunca mostró un efecto significativo en la reducción del riesgo de recurrencia del cáncer de vejiga, mientras que la vitamina E se asoció con un aumento del riesgo de recurrencia.
A pesar de estos hallazgos, ni el selenio ni la vitamina E parecen influir en la progresión del cáncer de vejiga ni en la supervivencia general de los pacientes. Además, se informaron pocos eventos adversos relacionados con los tratamientos, lo que sugiere que la suplementación con estos compuestos es segura en general.
Síntomas y prevención del cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga es una enfermedad que afecta a miles de personas. Aunque también está relacionado con la predisposición genética, existen hábitos que, si son frecuentes, ponen en peligro la salud. Se ha demostrado que el consumo de tabaco es uno de los factores de riesgo más significativos. La obesidad es otro factor modificable que debemos tener en cuenta. Mantener un peso saludable y adoptar un estilo de vida activo pueden ayudar a prevenir la enfermedad, según un estudio publicado en el European Journal of Epidemiology.
Además, la exposición a productos químicos en el lugar de trabajo, como tintes y productos químicos utilizados en la industria del cuero, también puede aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. La precaución en estos contextos laborales y el uso adecuado de equipos de protección son esenciales.
En cuanto a los síntomas del cáncer de vejiga, resalta la presencia de sangre en la orina, que puede manifestarse como orina rosada, roja o marrón. La necesidad frecuente de orinar, la sensación de ardor al orinar y la micción dolorosa son otros síntomas que pueden indicar la presencia de esta enfermedad. La necesidad de ir al baño durante la noche y la incapacidad para contener la orina también son señales de alerta, según Mayo Clinic.