La duración de la infectividad del SARS-CoV-2 en niños ha sido objeto de debate y preocupación en la comunidad educativa y de salud. Una investigación reciente destaca que niños con la variante Ómicron continúan siendo infecciosos en promedio tres días después de dar positivo, sugiriendo una revisión de las políticas de cuarentena escolar actuales.
Las políticas de cuarentena y autoaislamiento por la COVID-19 continúan interrumpiendo la educación. Estas políticas, aunque suelen ser más estrictas que las que se aplican a las enfermedades virales habituales, se basan en pocos datos; Se desconoce en gran medida la duración de la infectividad del SARS-CoV-2 en niños. Ahora hay más precisiones gracias a un nuevo estudio que revela los pequeños infectados con la variante Ómicron siguen siendo infecciosos durante una media de tres días después de dar positivo por el virus.
Investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad de Stanford en EE.UU. señalaron que las políticas escolares que exigen a los estudiantes con COVID-19 permanecer fuera de las aulas durante cinco días, y ese plazo es más que suficiente.
“Básicamente estamos diciendo que los líderes de salud pública y educación pueden considerar duraciones más cortas”, afirmó el coautor del estudio, Neeraj Sood, director de la Iniciativa COVID-19 e investigador principal del Centro Schaeffer de la USC.
El estudio, que acaba de ser publicado en la revista JAMA Pediatrics, encontró que el tiempo medio de infectividad fue de tres días, con apenas un 18,4% y un 3,9% de niños todavía infecciosos el día cinco y la jornada 10, respectivamente.
Los investigadores tampoco encontraron asociación entre cuánto tiempo estuvieron infecciosos y si estaban vacunados, lo que sugiere que las políticas de regreso a la escuela pueden no necesitar discriminar por estado de vacuna o refuerzo.
Clases seguras
El nuevo documento busca informar a quienes desarrollan las políticas de salud, quienes se enfrentan al dilema sobre cuánto tiempo deben aislarse los niños cuando contraen COVID-19. Estas políticas de autoaislamiento, destinadas a detener la propagación del virus, pueden interrumpir negativamente la educación de los niños.
”Queremos proteger a todos los que en la escuela podrían potencialmente infectarse, pero al mismo tiempo, no queremos interrumpir la educación del niño infectado, dada la cantidad de ausencias que ya han ocurrido -explicó Sood-. La duración de la infectividad es un parámetro importante para determinar cuál debería ser la duración óptima del autoaislamiento”.
Los investigadores se asociaron con una empresa de pruebas de virus y examinaron hisopos nasales de 76 niños en el condado de Los Ángeles que tenían entre 7 y 18 años y dieron positivo por COVID-19.
Los participantes de la encuesta proporcionaron muestras durante cinco visitas domiciliarias por un período de 10 días y las muestras fueron examinadas en un laboratorio para encontrar evidencia de muerte celular, un signo de infectividad. Todos los participantes fueron infectados con la variante Ómicron de COVID-19.
“Queríamos analizar cómo cambió la infectividad durante el período de 10 días”, dijo el autor principal del estudio, Nikhilesh Kumar, estudiante de Doctorado en Medicina en la Facultad de Medicina Keck de la USC.
Los hallazgos son consistentes con relevamientos anteriores en adultos que contrajeron la variante Ómicron, que no mostraron asociación entre el estado de vacunación y el tiempo de infectividad. “Esa investigación mostró que los adultos con Ómicron estaban infectados durante un período ligeramente más prolongado, con una mediana de cinco días”, afirmó Sood.
El equipo sugirió continuar con las investigaciones para que los responsables políticos puedan considerar ajustar el tiempo que los estudiantes deben permanecer fuera del aula.