La artritis reumatoidea a menudo comienza de manera lenta, con dolor articular leve, rigidez y fatiga. La rigidez matutina, que dura por más de 1 hora, es común. Las articulaciones pueden sentirse calientes, sensibles y rígidas cuando no se usan durante una hora. Hoy 12 de octubre es el día mundial dedicado a sensibilizar y brindar apoyo a pacientes con esta enfermedad y a sus familiares.
Muchos pacientes le llaman “reuma” a esta patología, mientras que otros la confunden con artrosis. En América Latina, las tasas de incidencia y prevalencia de la artritis reumatoidea varían considerablemente. En México, se observó una prevalencia del 1,6%. En Brasil, un estudio la estimó en 0,46% y otro entre 0,2% y 1,0%.
Otro trabajo realizado en cinco ciudades de Colombia mostró una prevalencia de 0,15%, mientras que en Chile fue del 0,46% Los expertos coinciden en que la prevalencia en Argentina es de aproximadamente 1%, y su tasa de incidencia cercana a 20 por cada 100.000 personas, según un trabajo de investigadores del Departamento de Evaluación de Tecnología Sanitaria y Economía de la Salud del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS).
En diálogo con Infobae, el doctor Mario Cardiel, del consejo directivo de la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (PANLAR) y experto del Centro de Investigación Clínica de Morelia, en México, comentó que hoy uno de los principale problemas del manejo actual de la artritis reumatoidea “es la falta de un diagnóstico temprano”.
Es deseable -resaltó Cardiel- “que el paciente llegue al reumatólogo en su primer año de evolución, una etapa conocida como la ventana de oportunidad que ofrece la posibilidad de acceder a un tratamiento oportuno para evitar el daño estructural y la discapacidad futura”.
Además, otra dificultad en América Latina es que aún “hay una pobre concientización de la población y capacitación de los médicos de primer contacto para lograr esas metas del diagnóstico temprano”.
Qué tan grave es tener artritis reumatoidea
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida que afecta, principalmente, las articulaciones, aunque puede comprometer otros órganos del cuerpo.
Sus síntomas son progresivos: la rigidez por la mañana, el dolor y la hinchazón articular (manos, pies, rodillas, tobillos y codos) dominan el cuadro; algunos presentan, además, debilidad generalizada, fatiga y fiebre. La rigidez mejora con el movimiento y la actividad física, y empeora con el reposo prolongado.
Si bien es más frecuente en las mujeres de entre 20 y 50 años, también la padecen los hombres y niños pequeños. Se trata de una enfermedad que trae consigo comorbilidades asociadas, como diabetes e hipertensión. Por eso, los especialistas destacan la importancia de un abordaje multidisciplinario.
Hasta el momento se desconoce con exactitud la causa de esta patología, aunque se sabe que está vinculada con el sistema inmune. Este sistema es el encargado de proteger al organismo ante factores desconocidos y/o agresivos, por eso reacciona ante infecciones, traumas, órganos trasplantados, entre otros.
En los pacientes con artritis reumatoidea, el sistema está alterado y deja de reconocer algunos tejidos; en consecuencia, produce una respuesta inflamatoria defensora contra ellos y así es que aparecen el dolor, la hinchazón y la rigidez en las articulaciones.
La progresión de la enfermedad limita a quienes la padecen e impacta en su calidad de vida. La rutina de los pacientes se ve afectada cuando el diagnóstico y el abordaje terapéutico se demoran: muchos deben faltar al trabajo, reorganizar sus responsabilidades o pedir ayuda a otros para llevar adelante sus actividades diarias.
“El dolor y la discapacidad asociados a la artritis reumatoidea pueden afectar el trabajo y la vida familiar de una persona. La depresión y la ansiedad son frecuentes, al igual que los sentimientos de impotencia y la autoestima baja. El grado en que la enfermedad afecta las actividades diarias va a depender en parte de cómo se sobrelleva. También afecta al círculo más íntimo del paciente, ya que todos deben aprender a convivir con la discapacidad de la persona que la padece y ayudarlo psicológicamente”, explica el doctor José Luis Velasco Zamora, médico reumatólogo y coordinador del grupo de estudios para artritis reumatoidea de la Sociedad Argentina de Reumatología.
Cómo se diagnostica la artritis reumatoidea
El diagnóstico se realiza a través del examen clínico del reumatólogo, que debe confirmar la presencia de artritis con la ayuda de estudios de sangre y de radiología y/o ecografía. Es importante la consulta inmediata al médico ante la presencia de dolor, rigidez y/o hinchazón articular, para que la enfermedad sea enfrentada a tiempo.
Cuanto antes se realiza el diagnóstico, el pronóstico es mejor, ya que el tratamiento se inicia a tiempo y la inflamación y el daño articular pueden detenerse. “Es fundamental recibir un diagnóstico precoz y el inicio de un tratamiento adecuado cuanto antes, para prevenir el daño y la discapacidad física; y preservar la salud psicosocial del paciente. Tratando a tiempo la enfermedad y realizando controles periódicos, la calidad y expectativa de vida pueden no verse alteradas y la persona puede realizar sus actividades diarias sin mayores dificultades” expresó Velasco Zamora.
“El principal objetivo al que apuntamos con el tratamiento es poder llegar a la remisión sostenida o baja actividad de la enfermedad. Esto es esencial para que el paciente no se sienta limitado en sus actividades diarias. El avance de las opciones terapéuticas durante la última década ha posibilitado un aumento progresivo de las tasas de remisión, en aquellos casos donde la artritis es diagnosticada de manera temprana” explica el doctor Hernán Maldonado Ficco, médico reumatólogo, jefe de la sección reumatología del Hospital San Antonio de Padua.
Cómo se trata la artritis reumatoidea
Existe un gran abanico de opciones terapéuticas aprobadas. Entre ellas se encuentran: medicamentos modificadores de la enfermedad, terapias biológicas y tratamientos orales inhibidores de JAK, con un buen margen de seguridad y eficacia clínica.
Una de las necesidades más importantes para las personas con artritis reumatoidea es vivir como si no tuvieran la enfermedad, es decir, poder tener controlados los síntomas. Y en la actualidad, si se la trata de manera temprana, las tasas de remisión pueden superar el 60 por ciento.
“Los avances en los tratamientos han revolucionado el concepto de la enfermedad”, puntualizó Velasco Zamora. Con respecto a la importancia de la remisión como objetivo terapéutico, comentó que “tiene que ver con la búsqueda de la desaparición de los síntomas y los signos durante un tiempo prolongado. Esta remisión sostenida, también disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular, frecuente en personas con artritis”.
En la actualidad, “se deben vencer barreras culturales y generar accesibilidad a los servicios de salud entrenados para el diagnóstico y el tratamiento de la artritis reumatoidea”, dijo el doctor Miguel Albanese, presidente de PANLAR. “Se debería generar acceso a los diferentes tratamientos efectivos que permiten la remisión”.
En América Latina algunas de las terapias efectivas pueden estar limitadas fundamentalmente por razones económicas o por la falta de cobertura. También hay que tener una vigilancia epidemiológica, saber el número de pacientes y desarrollar políticas de salud en las que se priorice el acceso equitativo y buscando siempre la remisión de la inflamación”, subrayó Albanese en diálogo con Infobae.