Las altas temperaturas baten récords en todo el hemisferio norte, en medio de una ola de calor que no cede y ya genera consecuencias en la salud de las personas.
Esta semana, el Valle de la Muerte, en California, alcanzó una temperatura de 53,3°C, mientras que Phoenix, en Arizona, rompió una racha récord de calor con 19 días consecutivos con temperaturas superiores a 43,3°C, acompañados de varias noches que no bajaron de los 32,2°C.
Al otro lado del Océano Atlántico, Europa marcó su récord de 48,8°C registrado en 2021 en la isla de Sicilia, en Italia, que oficialmente es considerado hasta el momento la temperatura más alta registrada en el viejo continente. Pero esa cifra puede ser superada de un momento a otro bajo el sol abrasador de esta nueva ola de calor.
Las temperaturas extremas preocupan en todo el hemisferio norte. Desde California hasta China, las autoridades hicieron un llamado a la población a tomar medidas para protegerse del calor, hidratándose correctamente y cuidándose del sol. Varias regiones están en alerta roja debido al “peligro extremo” que implican las altas temperaturas.
¿Cuánto calor es mucho calor para el cuerpo humano?
Para empezar, vale aclarar que el objetivo del cuerpo es mantener una temperatura central de alrededor de 37° C.
Según explicó el profesor Lewis Halsey, uno de los investigadores de la Universidad de Roehampton detrás de un reciente estudio sobre la temperatura crítica superior, “el cuerpo trabaja mucho para defender su temperatura central, no le gusta que cambie”. Y aseguró que existe una temperatura máxima que el cuerpo del humano puede alcanzar antes de empezar a funcionar mal.
Así, los investigadores hallaron que el cuerpo humano puede tolerar con seguridad una temperatura de entre 40 y 50 grados centígrados. Después de alcanzar esta marca, el organismo experimenta lo que los expertos denominaron “estrés por calor”, una condición que causa confusión, náuseas, mareos, dolor de cabeza y desmayos.
Es que -según precisaron- cuando hace más calor, el cuerpo simplemente trabaja más duro para volver a su temperatura predeterminada, abriendo más los vasos sanguíneos cerca de la piel para transpirar y perder calor.
Halsey y sus colegas no tuvieron que poner en peligro la seguridad de nadie para determinar los límites de nuestro cuerpo. “Lo que estábamos registrando era un aumento en la tasa metabólica”, explicó sobre el experimento realizado en cuatro hombres y tres mujeres, al tiempo que destacó que “la tasa metabólica mide cuánta energía consume el cuerpo humano para seguir trabajando”.
Hay una serie de cosas que suceden cuando el cuerpo se calienta demasiado, dijo Halsey, ya que el calor extremo puede hacer que la temperatura aumente hasta el punto en que genera un peligroso efecto en cascada que podría provocar problemas de salud e incluso la muerte.
“Las proteínas del cuerpo comienzan a desnaturalizarse, dejan de funcionar y los impulsos nerviosos no funcionan tan bien. El sistema nervioso es menos efectivo y eso es parte integral del cuerpo. Comenzaría a afectar el corazón, porque el corazón es un músculo en sí mismo -dijo Halsey-. Si eso genera una arritmia (un ritmo cardíaco anormal) y el corazón no está bombeando sangre de manera tan efectiva alrededor del cuerpo porque está ‘desincronizado’, eso podría causar niveles bajos de oxígeno. Si los niveles de oxígeno en el cerebro no están protegidos, entonces la persona está en un verdadero problema”.
Otro estudio reciente realizado en Nueva York también encontró que el calor puede exacerbar las enfermedades mentales, y los investigadores descubrieron que en los días calurosos había más visitas de emergencia al hospital de pacientes que sufrían ansiedad, esquizofrenia, demencia y abuso de sustancias.
Calor más humedad, un combo peligroso
Al parecer, la respuesta sobre las consecuencias del calor en el organismo va más allá de la temperatura. También se trata de la humedad.
Un trabajo realizado por investigadores del Laboratorio Noll de la Universidad Estatal de Pensilvania en hombres y mujeres jóvenes y sanos en los que estudiaron el estrés por calor en una cámara ambiental controlada brindó más información sobre qué combinaciones de temperatura y humedad comienzan a ser dañinas incluso para los humanos más sanos.
La investigación estuvo diseñada para llegar a la combinación de los dos parámetros, medida como “temperatura de bulbo húmedo”. Juntos, el calor y la humedad ponen a las personas en un riesgo mucho mayor, y la combinación se vuelve peligrosa en niveles más bajos de lo que los científicos creían anteriormente, según vieron los investigadores.
“Nuestros estudios muestran que este límite ambiental superior es incluso más bajo que los 35°C -concluyeron los investigadores-. Ocurre a una temperatura de bulbo húmedo de alrededor de 31°C en una variedad de ambientes por encima del 50% de humedad relativa, lo que equivaldría a 30,5 C al 100% de humedad o 38 C al 60% de humedad”.
Las olas de calor actuales en todo el mundo están superando esos límites ambientales críticos y acercándose, si no superando, incluso a los límites teóricos de bulbo húmedo de 35°C, advirtieron los expertos.
Los resultados de estos estudios ofrecen información crucial para proteger la salud en un momento en que el planeta, y especialmente el continente europeo, está experimentando temperaturas sin precedentes.
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