El brote del dengue en Argentina parece estar fuera de control. Ayer, el Ministerio de Salud de la Nación publicó las últimas cifras: 41.257 infectados en la actual temporada, con el triste récord de 32 muertes, superando el anterior de 2020 con 26 fallecidos.
Las cifras dadas a conocer en el último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), publicado por la cartera sanitaria nacional, es sobre el período de análisis comprendido entre la SE 31/2022 (31 de agosto) hasta la SE 14/2023 (09 de abril) de la temporada 2022-2023. Hasta la SE 14/2023 se registraron en Argentina 41.257 casos de dengue de los cuales 37.914 son autóctonos (adquirieron la infección en su jurisdicción de residencia), 2.757 se encuentran en investigación y 586 presentan antecedentes de viaje (importados).
Los casos acumulados de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti están por encima de los registrados en 2016 (27%) y 2020 (48,4%), lo que genera gran preocupación en las autoridades sanitarias
Al momento, la circulación de este virus se ha identificado en 15 jurisdicciones correspondientes a cuatro regiones:
-Región Centro (Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba; Entre Ríos; Santa Fe)
-Región NEA (Corrientes; Formosa; Chaco)
-Región NOA (Catamarca; Jujuy; La Rioja; Salta; Santiago del Estero; Tucumán) y la provincia de San Luis en la región Cuyo.
Según el BEN, los serotipos circulantes hasta el momento son DENV-2 (10 jurisdicciones correspondientes a la regiones NOA y Centro) y DENV-1 (en 7 jurisdicciones correspondientes a las regiones NEA y Centro). En cuatro jurisdicciones se registra circulación de ambos serotipos: Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Santiago del Estero.
Además se registra co-circulación de Dengue y Chikungunya en Buenos Aires (Berazategui, La Matanza, Tres de Febrero, Quilmes, Merlo, Avellaneda, General San Martín, Florencio Varela, Morón, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Moreno y Vicente López), CABA, Córdoba (Capital), Corrientes (Paso de la Patria), Formosa (Tres Lagunas y Las Lomitas), Santa Fe (Rosario y Santa Fe). Las provincias con mayor incidencia acumulada (más de 100 casos de dengue notificados cada 100.000 habitantes) hasta el momento son: Tucumán, Salta, Jujuy, Santa Fe, Santiago del Estero y CABA.
Respecto a la región Centro, Santa Fe aparece como la provincia más complicada, con 9681 casos confirmados y 12.330 sospechosos. Luego le sigue la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) con 4827 positivos y 11.556 sospechosos. En tanto Córdoba registra 1390 infectados y 2824 sospechosos.
En la región NOA se destaca Tucumán, que cuenta con 9246 casos según el Ministerio de Salud Nacional. Le sigue Salta con 5185 casos y 9444 sospechosos y Jujuy con 2681 infectados y 4040 en estudio. Por último, en la región NEA, Chaco es la provincia con más casos, que suman 347 y hay 836 sospechosos. Y le sigue Corrientes con 181 y Formosa con 127 infectados.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura. La transmisión vertical madre-hijo es posible pero infrecuente.
En tanto, en lo que refiere a fiebre chikungunya, se registran hasta el momento 1.092 casos de los cuales 647 adquirieron la infección en el país; 171 se encuentran en investigación y 274 adquirieron la enfermedad en el exterior. Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en diferentes localidades de 8 jurisdicciones: Buenos Aires; CABA; Chaco; Córdoba; Corrientes; Formosa, Santa Fe y Salta.
La fiebre chikungunya es también una enfermedad viral que, al igual que la mencionada anteriormente, es transmitida por la picadura de mosquitos Aedes infectados y también puede transmitirse de la madre al hijo en el período perinatal.
Vizzotti en Santa Fe
En el marco de su visita oficial a la provincia de Santa Fe, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, encabezó el miércoles último un encuentro junto a su par provincial, Sonia Martorano, en el que se analizó la situación epidemiológica respecto al dengue y se coordinaron distintas estrategias para acompañar y fortalecer desde el nivel nacional el trabajo y abordaje que se está realizando desde la provincia para contener el brote.
“No debe haber patología que requiera un abordaje más integral que el dengue, con la acción de los equipos en el territorio, el trabajo intradomiciliario de la comunidad y la importancia de los medios de comunicación para ayudar a difundir cuáles son las acciones necesarias para la prevención”, aclaró la titular de la cartera sanitaria nacional en primera instancia. “Nuestra gente demostró en la pandemia que sabe cuidarse cuando le decimos cuales son las medidas de prevención. Y también es solidaria cuidando a su comunidad”, prosiguió.
En ese sentido, la ministra subrayó que es fundamental “prevenir las picaduras de mosquitos, principalmente cuando se tiene diagnóstico confirmado de dengue, porque esa es la manera de cortar las cadenas de transmisión”. Además, apuntó a trabajar también en otros ejes como el control del vector con el descacharrado, el uso eficiente del repelente, la consulta precoz al médico ante la aparición de síntomas y fortalecer el manejo de los pacientes. A su vez, puso en valor el trabajo que se está haciendo desde los equipos de salud e informó que desde la cartera nacional se está acompañando a las distintas provincias afectadas por la enfermedad.
El encuentro contó también con la presencia de la directora nacional de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación, Analía Rearte, quien destacó también la importancia de informar y advertir al paciente sobre la probabilidad de presentar en las 48 horas posteriores al cese de la fiebre distintos signos de alarma, que incluyen dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, derrame seroso, sangrado de mucosas, somnolencia e irritabilidad.
A su vez, se refirió a otros aspectos importantes en el manejo de la enfermedad como la prevención de hemorragias y la temprana reposición de líquidos por vía intravenosa.
Síntomas del dengue
Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura.
Su síntoma más frecuente es fiebre, acompañada de uno o más de los siguientes síntomas: dolor detrás de los ojos; de cabeza; muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel y picazón; sangrado de nariz y encías. Ante un diagnóstico de dengue es preciso seguir las indicaciones del personal de salud y asistir a las consultas de seguimiento y control. Si al momento de disminuir la fiebre o en los días posteriores, alguno de los síntomas se agudiza, reaparece o se detectan síntomas nuevos, es pertinente realizar una consulta médica inmediata.
Por su parte, los síntomas de la fiebre chikungunya comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El síntoma más común es la aparición repentina de fiebre, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular; de cabeza; náuseas; fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.
Por todo lo expuesto, ante la presencia de cualquiera de estos síntomas (tanto de dengue como de chikungunya) es muy importante realizar una consulta médica de manera temprana, no automedicarse y tomar medidas para evitar la picadura de mosquitos y de este modo impedir que sigan transmitiendo el virus.
Medidas de prevención de dengue y chikungunya
La principal forma de transmisión de estas enfermedades es por picaduras de mosquitos infectados. Es por ello que la medida más importante de prevención de dengue y chikungunya es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores (baldes; palanganas; tambores; portamacetas; bebederos; botellas retornables, etc.).
Si los recipientes no pueden quitarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas, por ejemplo) o procurar que no acumulen agua dándolos vuelta; vaciándolos y cepillándolos frecuentemente, o bien poniendo los mismos al resguardo bajo techo. También es recomendable colocar tela mosquitera en las rejillas de desagües.
Es de destacar que el mosquito adhiere sus huevos a las paredes de los recipientes, por lo que además se refuerza que es clave, además de cambiar el agua con frecuencia si no se puede eliminar los recipientes que la contienen, cepillar el interior de las paredes para eliminarlos.
Para evitar la picadura del mosquito se recomienda utilizar repelente siguiendo siempre las indicaciones del envase. Así mismo, se sugiere usar ropa de manga larga y colores claros. Para proteger a las y los bebés (que no pueden usar repelente), se deben colocar redes o tules sobre cunas y cochecitos. En relación al hogar, es importante disponer mosquiteros en puertas y ventanas y usar repelentes ambientales como tabletas, aerosoles (interior) o espirales (exterior).
La aplicación de insecticida mediante fumigación sólo sirve para eliminar mosquitos adultos siempre y cuando entren en contacto con el insecticida en el momento que es aplicado ya que el mismo no tiene poder residual y tampoco elimina formas inmaduras del mosquito (huevos, larvas y pupas); por lo que no es suficiente para controlar estas enfermedades si no se erradican los criaderos de nuevos mosquitos.
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