El temor que tenían las autoridades sanitarias nacionales y provinciales se hizo realidad. Con más de 28.000 contagios y al menos 32 muertos por dengue, Argentina está cursando el peor año de esta enfermedad en su historia.
El aumento sostenido de casos y, ahora, de muertos preocupa a los expertos que no pueden evitar la proliferación del mosquito Aedes aegytpi, vector transmisor de esta enfermedad que afecta a 14 jurisdicciones del país.
La cifra récord de 32 muertos genera preocupación, ya que ello evidencia que más de un serotipo de esta enfermedad está circulando en un mismo territorio, localidad o ciudad.
“El virus del Dengue pertenece al grupo de los Arbovirus (virus trasmitidos por artrópodos). Existen 4 serotipos llamados DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4; que comparten analogías estructurales y patogénicas; por lo que cualquiera puede producir las formas graves de la enfermedad, aunque los serotipos 2 y 3 han estado asociados a la mayor cantidad de casos graves y fallecidos”, explicó a Infobae el doctor Osvaldo Teglia, médico especialista en Clínica Médica e Infectología, y profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
Es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas les transmite esta enfermedad. El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna. Sin embargo, aunque es poco común las mujeres embarazadas pueden contagiar a sus bebés durante el embarazo.
“Cuando el insecto pica a una persona infectada con un virus del dengue, este ingresa al mismo, por lo que, es portador del mismo y al picar a otra persona, el virus entra en el torrente sanguíneo de la víctima. Cuando una persona se cura del dengue, es inmune a ese tipo de virus que la infectó, pero no a los tres restantes. El riesgo de contraer dengue grave, aumenta si se infecta por segunda vez con otro serotipo que puede causar hemorragia grave”, precisó a Infobae la doctora Silvina Ivalo, infectóloga en DIM Centros de Salud y agregó que aquellas personas que tienen una condición de riesgo previa, pueden incrementar el riesgo de agravar el cuadro.
Los serotipos circulantes hasta el momento son DEN-2 (10 jurisdicciones correspondientes a la regiones NOA y Centro) y DEN-1 (en 7 jurisdicciones correspondientes a las regiones NEA y Centro).
En cuatro jurisdicciones se registra circulación de ambos serotipos: Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Santiago del Estero.
Además se registra co-circulación de Dengue y Chikungunya en Buenos Aires (San Martín, Quilmes y Almirante Brown), CABA, Córdoba (Capital), Corrientes (Paso de la Patria), Formosa (Las Lomitas), Santa Fe (Rosario y Santa Fe).
Un vector transmisor a eliminar
Los principales transmisores del virus del dengue en nuestro medio son los mosquitos del tipo Aedes aegypti. Contribuyen a la cría del mosquito vector y al aumento de transmisión del dengue, entre otros factores, los climas con muchas lluvias y elevadas temperaturas, insuficiente provisión de agua potable que obliga a su almacenamiento en recipientes caseros descubiertos y la disponibilidad de reservorios de distinto tipo que funcionan como criaderos. Este mosquito tiene hábitos domiciliarios por lo que la transmisión es predominantemente doméstica, acompañando al ser humano dentro de la vivienda y sus alrededores.
“Para que en una ciudad, región o país se produzca transmisión de la enfermedad tienen que estar presentes en forma simultánea el virus, el vector y el huésped susceptible. Este último, cuando es infectado, se transforma en el reservorio de la enfermedad. Lamentablemente, hoy en gran parte de nuestro país tenemos un número importante de ejemplares del vector, está presente el virus y los huéspedes somos nosotros”, advirtió la doctora Gabriela Ensinck, infectóloga pediatra de la Sociedad Argentina de Pediatría.
“Aquel individuo que ya tuvo dengue por uno de los serotipos y recibe una picadura de un mosquito que le transmite alguno de los otros serotipos, tiene mayores posibilidades de presentar ‘dengue hemorrágico’, una de las formas graves de la enfermedad”, sostuvo Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga pediatra, miembro del mismo comité.
Si bien se puede presentar -sin diferencia por sexo- en cualquier rango de edad, según los reportes es más frecuente en los mayores de 10 años y en los adolescentes, expresando síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor alrededor del ojo (retro-ocular), derrames oculares (inyección conjuntival), manchas rojas en la piel, náuseas, vómitos y alteraciones del sabor de los alimentos y las bebidas. Mientras que en los lactantes suele cursar en forma asintomática (8 de cada 10 casos) o sin diferenciarse de otros cuadros virales que producen fiebre, falta de apetito, fatiga, dolor de garganta y erupciones.
“Como siempre, la aparición de todos o de alguno de estos síntomas mencionados amerita la consulta urgente con el especialista. Particularmente, la presencia de fiebre y erupción en la piel hacen necesario pensar en dengue”, sostuvo Ensinck.
El dengue es considerado por la OMS una de las 20 “enfermedades tropicales desatendidas” (conocidas también por las siglas en inglés “NTDs”), que durante la pandemia han sufrido todavía mayor olvido debido a que muchas de las redes sanitarias han tenido que centrarse en el combate a la COVID-19. La OMS estima que unos 1.700 millones de personas necesitarían tratamiento por al menos una de estas enfermedades al año, aunque los médicos sólo llegan a atender a unos 1.000 millones anualmente.
¿Cómo prevenir el dengue?
-Eliminando todos los recipientes en desuso que puedan acumular agua (como latas, botellas, neumáticos).
-Dando vuelta los objetos que se encuentran en el exterior y pueden acumular agua cuando llueve (baldes, palanganas, tambores, botellas).
-Cambiando el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa, cada 3 días. Recordá frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo a fin de desprender los huevos del mosquito que puedan estar adheridos.
-Rellenando los floreros y porta macetas con arena húmeda.
-Manteniendo los patios y jardines limpios, ordenados y desmalezados.
-Limpiando canaletas y desagües de lluvia de los techos.
-Tapando los tanques y recipientes que se usan para recolectar agua.
-Vertiendo agua hirviendo en las rejillas y colocándoles tela mosquitera.
También es importante para prevenir las picaduras del mosquito:
-Usar siempre repelentes, siguiendo cuidadosamente las recomendaciones del envase.
-Utilizar ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
-Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones.
-Proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras.
-Utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales.
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