La vida da un giro inevitable cuando alguien de nuestro entorno es diagnosticado con cáncer. Está claro que nada vuelve a ser igual ni para el paciente ni para quienes lo acompañan cotidianamente. Si bien es complejo enfrentar el temor y la incertidumbre, a través de pequeñas medidas y decisiones el camino puede ser un poco más llevadero.
En ese marco, la Asociación Leucemia Mieloide Argentina (ALMA) difundió 10 consejos para acompañar a alguien que tiene cáncer, basándose en datos de la organización Blood Cancer UK, del Reino Unido. “Seguramente no podamos resolver todos los desafíos que enfrentan los cuidadores o seres queridos de una persona con cáncer de la sangre, pero sí confiamos en que estas recomendaciones ayuden a suavizar en alguna medida el camino del paciente con una enfermedad oncohematológica como una leucemia, que son las que acompañamos desde ALMA”, aseguró Fernando Piotrowski, director ejecutivo de la asociación.
Cuáles son las 10 claves que pueden orientar a quienes cuiden a un paciente con cáncer de sangre, y que también son útiles para enfrentar otras enfermedades oncológicas. Aquí una serie de recomendaciones:
1. Buscar información. No necesariamente aplica para todos, pero a algunos cuidadores, tras el diagnóstico, puede serles útil conocer más sobre la enfermedad para anticiparse a lo que pueda llegar a experimentar el paciente, entre otros aspectos. “La principal fuente de información puede y debe ser el equipo médico tratante. Si el paciente está de acuerdo, ellos seguramente estén a disposición para dar detalles a los familiares, brindar recomendaciones y responder todas las preguntas necesarias”, sugirió Piotrowski.
Otra opción es hacer una búsqueda en Internet, pero aunque existen muchos sitios serios con información rigurosa, esto no necesariamente aplica a los pacientes por lo individual que es cada diagnóstico y cada experiencia. Por lo tanto, los datos pueden confundir y generar ansiedad o angustia.
En ese tono, desde ALMA reconocieron que las organizaciones de pacientes “también pueden ser una fuente valiosa de información, porque están formadas por pacientes que pasaron por lo mismo y, en parte por eso, con frecuencia saben interpretar necesidades, temores y dudas mejor que los demás”.
2. ¿Qué llevar al hospital? Si el paciente deberá intentarse, al cuidador puede ayudarlo con esta lista de ítems para llevar al hospital, en pos de hacer más amigable esa estadía para ambos.
-Almohadón
-Manta colorida y alegre
-Pijamas, ropa diurna, ropa interior de sobra
-Elementos de higiene personal
-Fotos de seres queridos
-Dibujos de hijos o nietos
-Una taza
-Saquitos de té o café
-Libros o revistas de lectura ligera
-Tapones para los oídos para el descanso nocturno
3-Visitas. Para determinadas enfermedades, se restringen las visitas por la vulnerabilidad inmunológica del paciente. En general, se pueden verificar los horarios de visita en el sitio web del hospital, sus redes o por teléfono. Si no se puede ver a la persona, las videollamadas son una gran solución para estar presente, verse los rostros, conversar y acompañar aún a la distancia. Un mensaje, una nota de voz, un saludo de cualquier tipo también son maneras de transmitir al otro que lo tenemos presente y estamos para lo que necesite.
4-Mantenerse activos. Este punto es importante, tanto en internación como para los pacientes que están en casa. La vida activa hace bien al cuerpo y a la mente, ayudando a la recuperación. Se recomiendan caminatas breves, estirar los músculos, cambiar de posición y desplazarse, aunque sea dentro de la habitación y con ayuda, de ser necesaria.
5-Alimentación. Con frecuencia, el paciente no siente ganas de comer o la comida le cae mal, según el tratamiento que esté siguiendo. Es conveniente, entonces, hablar con los profesionales para que indiquen una medicación que pueda aliviar esos síntomas y hacerle un seguimiento en pos de que no se debilite y que su estado nutricional atente contra su recuperación y su salud.
6-Efectos adversos. Tal como describió el Dr. Cazap, “uno de los efectos de la quimioterapia es la caída de cabello por la quimioterapia. Sin embargo, según el tipo de leucemia, hoy muchas veces se indican terapias dirigidas modernas que no tienen ese efecto. De hecho, para leucemias como la mieloide aguda, hay opciones para los pacientes que tienen contraindicada la quimioterapia por edad avanzada o fragilidad. De todos modos, es bueno conversar con el médico sobre qué efectos adversos esperar y cómo poder manejarlos para minimizar su impacto”.
7-Señales de alerta. Según el tratamiento que esté siguiendo el paciente, las infecciones pueden poner en riesgo su vida. Por lo tanto, es fiundamental que el médico especifique a qué signos y síntomas estar alertas para identificar rápidamente una potencial infección y, ante la duda, consultar y actuar.
8-Rutinas familiares. En ocasiones, acompañar al paciente con cáncer incluye brindar soporte para que el resto de los miembros de la familia puedan continuar con su escuela, su trabajo y sus actividades de esparcimiento. Si en este contexto no damos abasto, conviene pedir ayuda.
En ese sentido, Piotrowski detalló que, por lo general, “los pacientes cuentan que sus amigos, vecinos y colegas de trabajo ofrecen ayuda y tienen la mejor intención, pero sin saber cómo ser útiles. Lo cierto es que aspectos tan concretos como llevar y traer chicos a la escuela, cuidar al perro, lavar y planchar ropa o hacer las compras son formas muy valoradas de ayudar y estar ahí”.
9. Procurar comprensión del entorno. La familia y los amigos deben saber que las visitas a su ser querido pueden cancelarse a último momento si este repentinamente se siente débil o sin ganas de recibirlos. Además, si alguno está resfriado o tiene algún virus estomacal, no debe ir a visitar al paciente, quien tal vez tenga el sistema inmunológico bajo por su tratamiento.
10. Autocuidado de cuidador. Aunque parezca que en estos momentos es difícil pensar en las propias necesidades, es indispensable encontrar tiempo para despejarse y recargar pilas. De lo contrario, el peso emocional puede ser alto y generar consecuencias físicas y sentimentales.
“Atravesar un cáncer, una leucemia, se hace en conjunto, en familia, con el entorno y con el equipo médico, cada uno ayudando desde su lugar y la mayoría de las veces los vínculos salen fortalecidos de toda esta experiencia de servicio, que deja muchos aprendizajes”, agregaron desde ALMA, recordando que días atrás, el 4 de febrero, se conmemoró el Día Mundial del Cáncer.
“El rol del cuidador, familiar o acompañante del paciente es muy importante. Este va a estar influido por el tipo de enfermedad oncohematológica que presente. En el caso puntual de las leucemias, existen varias y son muy diferentes entre sí, como también lo son sus tratamientos. Algunas pueden requerir internaciones prolongadas con frecuentes ciclos de quimioterapia, con sus efectos adversos y riesgos de contraer infecciones o de estar mucho tiempo recostado sin moverse o desplazarse, lo que hace que el apoyo que puedan brindar las personas que acompañen al paciente sea fundamental”, concluyó, por su parte, el doctor Nicolás Cazap, médico hematólogo de CEMIC y de la Clínica Olivos.
Cabe recordar que en las leucemias crónicas como la linfocítica crónica o la mieloide crónica, muchas veces el paciente solo requiere tomar comprimidos o a lo sumo terapias de administración ambulatoria, sin internarse. De este modo, es posible continuar con la vida casi normalmente, realizándose periódicamente controles médicos.
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