Cuando hablamos de demencia, estamos haciendo referencia a uno de los trastornos de salud mental más frecuentes en el planeta. De acuerdo a los últimos datos relevados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 55 millones de personas -8,1% de mujeres y 5,4% de hombres- viven con esta patología. Esta cifra podría aumentar, según el organismo, a 78 millones de habitantes para el año 2023 y a 139 millones en 2050.
En ese contexto, la ciencia viene indagando paulatinamente en posibles tratamientos y en hallazgos que permitan agilizar los diagnósticos. Recientemente, un grupo de expertos del Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles, Estados Unidos, analizó una causa hasta el momento inexplorada de la demencia frontotemporal de variante conductual (bvFTD, por sus siglas en inglés), una afección que priva a los pacientes de la capacidad de controlar su comportamiento y hacer frente a la vida diaria, entre otros puntos.
Según estos expertos -que publicaron sus hallazgos en la revista Alzheimer’s & Dementia- la fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR), una sustancia que circula alrededor y en el interior del cerebro y la médula espinal con la función de proteger ante lesiones, es curable y sería uno de los orígenes de este tipo de demencia.
“Si los pacientes tienen una variante conductual de la demencia frontotemporal con una causa desconocida, entonces no hay tratamiento disponible. Pero nuestro estudio muestra que las personas con esta enfermedad que sufren fugas de líquido cefalorraquídeo podrían curarse si podemos encontrar la fuente de esa fuga”, remarcó Wouter Schievink director del Programa de neurocirugía microvascular y profesor de neurocirugía en Cedars-Sinai.
“Algunos de estos pacientes experimentan cambios cognitivos, conductuales y de personalidad tan graves que son internados en hogares para mayores”, añadió el autor. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron una técnica de diagnóstico por imágenes en 21 pacientes con flacidez cerebral y síntomas de la enfermedad, y descubrieron fístulas (NdeR: conexiones anormales) en las venas de nueve de estas personas.
En esas áreas del organismo estaría el origen de la fuga de líquido cefalorraquídeo. ¿Por qué? De acuerdo a lo que plantearon, porque una vez que intervinieron quirúrgicamente en estos problemas, observaron mejoras considerables. “Este es un campo de estudio en rápida evolución, y los avances en la tecnología de imágenes han mejorado en gran medida nuestra capacidad para detectar fuentes de fuga de LCR, especialmente la fístula venosa “, indicó Keith Black, otro de los autores.
Y agregó: “Esta imagen especializada no está ampliamente disponible, y este estudio sugiere la necesidad de más investigación para mejorar las tasas de detección y curación para los pacientes”.
Infobae analizó los resultados de este estudio junto a Ricardo Allegri (MN 63538), jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría del Sanatorio Fleni. “Es interesante enfocarse en la demencia frontotemporal porque es una de las demencias más subdiagnosticadas. En esta patología, el paciente no empieza con problemas de memoria o con un trastorno cognitivo habitual -como ocurre en otros tipos de demencia-, por eso es difícil de diagnosticar”, consideró el profesional.
“En general, esta enfermedad empieza con cambios en la conducta, y lo más frecuente es la apatía o la desinhibición. Desde el punto de vista cognitivo, no hay trastorno de memoria”, profundizó.
En segundo término, el experto añadió: “Muchas veces, la apatía se confunde con depresión, y el paciente es seguido con un criterio depresivo, cuando en realidad podría tener demencia frontotemporal. Por eso es difícil el diagnóstico. En general, este tipo de demencia se produce por la alteración de determinadas proteínas en el cerebro”.
Según detalló Allegri, “la demencia frontotemporal es una enfermedad neurodegenerativa en la que se altera el plegamiento de las proteínas, y tiene una sintomatología que puede ser similar a la de estos cuadros de pérdida de líquido cefalorraquídeo que plantea el estudio científico en cuestión”.
Y sumó: “Hoy por hoy, la demencia frontotemporal es irreversible. Por eso, lo que resaltan en el estudio científico es que si uno encuentra que esta patología se produce por un síndrome por hipotensión (por la perdida de liquido cefalorraquideo) puede llegar a ser tratable. De todos modos, la frecuencia de estos casos en particular no es muy alta: la demencia frontotemporal por fístula en las venas no se da siempre, pero es importante tenerla en cuenta como un diagnóstico diferencial”.
Por su parte, el neuropsiquiatra Nahuel Magrath Guimet (MN 140905), presidente del área de Neuropsiquiatría de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) e integrante del Servicio de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de Fleni, conversó con Infobae y sostuvo: “Este estudio científico habla puntualmente de la demencia frontotemporal, que se debe a la acumulación de ciertas proteínas y no se caracteriza por afectar a la memoria sino ala conducta: genera cambios conductuales”.
¿Cuáles son los síntomas? “Los criterios clínicos que se dan en este caso son desinhibición conductual, apatía, pérdida de empatía (los pacientes se vuelven emocionalmente fríos, distantes, hay alteración en la cognición social), comer en forma voraz, entre otros”, señaló Magrath Guimet. Y agregó: “La demencia frontotemporal se confunde en más de la mitad de los casos con cuadros psiquiátricos como el trastorno depresivo, el bipolar o el obsesivo compulsivo. Hay mucho retraso en el diagnóstico”.
En ese tono, el neuropsiquiatra aseveró: “En el estudio científico, los autores plantean que hay un cuadro en el que, por la fuga de líquido cefalorraquídeo, se puede producir un enclavamiento o un compromiso desde las estructuras frontotemporales del cerebro. Esto genera cuadros clínicamente parecidos a la demencia frontotemporal”.
Otro profesional consultado por este medio fue Guido Dorman, médico neurólogo y miembro del Departamento de Neurogerontopsiquiatría y de la Clínica de la Memoria de INECO. “La demencia frontotemporal es una enfermedad bastante devastadora. Es complicada y tiene cambios conductuales y cognitivos con un impacto funcional muy grande sobre las familias de los pacientes.
“Como generalmente no es curable, este hallazgo de los expertos de Estados Unidos es alentador y prometedor, ya que podría haber una causa tratable y reversible”, destacó Dorman. “Para este tipo de demencia no hay tratamientos aprobados o específicos: se usan estrategias para intentar mitigar síntomas, como por ejemplo antidepresivos, antipsicóticos para controlar la desinhibición, entre otros”, sumó.
De acuerdo a la explicación de Dorman, en algunos casos, “el paciente tiene conductas inapropiadas, dice cosas fuera de lugar y tienen muy poca o nula conciencia de la enfermedad. Hay personas con muchos problemas en el entorno porque pueden propasarse con conductas riesgosas o a veces ilegales: es un tipo de demencia muy complejo”.
Finalmente, la médica neuróloga Celeste Esliman (MN 152999) puntualizó: “El estudio hace mención específicamente a un tipo de demencia en la que diversas proteínas pueden depositarse y generar daño a nivel cerebral. Lo que proponen los autores es que puede haber un ‘mal diagnóstico’ clínico en algunos casos, y que en verdad no sea ésta la patología que explicaría el cuadro sino la pérdida de líquido cefalorraquídeo”.
Según Esliman, el planteo de este trabajo científico “podría investigarse con estudios de imágenes especiales que todavía no se encuentran ampliamente disponibles”.
Un enfoque preventivo
Más allá del cuadro frontotemporal, la demencia es una patología que abarca muchas otras categorías. “La demencia responde a muchas causas diferentes, lo más común es que sea por causa neurodegenerativa como la enfermedad de Alzheimer o una demencia de origen vascular, asociado al daño vascular crónico en el cerebro, o un cuadro mixto que incluya ambas patologías: esto último es muy común”, señaló Esliman.
De acuerdo a lo informado por la profesional, “uno de cada 10 adultos mayores de 65 años tiene demencia en Estados Unidos, y en América Latina y el Caribe viven casi 50 millones de personas con demencia”. Por lo tanto, “lo que tenemos que saber es que si bien la enfermedad se expresa en la tercera edad, la patología subclínica comienza de 20 a 30 años antes, por lo que la prevención debe realizarse en todas las etapas de la vida y es urgente que tengamos un enfoque preventivo”.
Para cerrar, Esliman afirmó: “Existen diversos factores de riesgo para desarrollar demencia, entre los cuales podemos mencionar pocos años de educación formal, diabetes, hipertensión, sedentarismo, depresión, aislamiento social, polución ambiental, consumo de alcohol y una dieta baja en vegetales, frutas, granos, legumbres y aceite de oliva”.
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