Este martes 13 de diciembre es el Día del oftalmólogo, una jornada promovida para homenajear a la esencial labor de estos profesionales, en el marco de la celebración católica de Santa Lucía, considerada la patrona de la salud visual.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 2.200 millones de personas tienen ceguera o deficiencia visual. A su vez, más de 1000 millones de estos casos podrían haberse evitado o aún no han sido tratados. “Las afecciones oculares y la deficiencia visual están muy extendidas, y con demasiada frecuencia siguen sin ser tratadas”, precisó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien se desempeña como director general de la OMS.
El organismo publicó un informe en el que alertó que muchos pacientes deben recibir atención para problemas como la hipermetropía, el glaucoma, las cataratas y la miopía, entre otros. De ahí surge, esencialmente, la relevancia de los oftalmólogos para la salud mundial. “Incluir la atención oftalmológica en los planes nacionales de salud y en los conjuntos esenciales de servicios es una parte importante del camino de cada país hacia la cobertura sanitaria universal”, consideró Ghebreyesus.
De la devoción a la salud
Para comprender y dimensionar la historia y la importancia de la oftalmología, el doctor Omar López Mato (MN 59216), director del Instituto de la Visión y miembro de la Cámara de Medicina Oftalmológica, indicó: “Originalmente, Santa Lucía fue la patrona de los ciegos y de los mendigos, que en la antigüedad estaban fundamentalmente constituidos por invidentes”. “A medida que progresaba el arte de curar afecciones oftalmológicas, aquellos destinados a tratar problemas de los ojos fueron amparados por las invocaciones a esta santa, a quien se encomendaban tanto pacientes como curadores”, repasó.
López Mato explicó que, si bien esta disciplina “nació como tal en 1863, cuando Hermann von Helmholtz creó el oftalmoscopio, existían desde antes médicos con inclinación a tratar solamente problemas del ojo, como el doctor Jacques Daviel. Este cirujano introdujo la técnica moderna de extraer el cristalino: hasta ese entonces se recurría a la reclinación de la catarata, método primitivo que traía aparejados muchos problemas”.
“Cuando en Argentina se dictó la Ley de ejercicio profesional, se estableció que la prescripción de anteojos fuera competencia exclusiva de los médicos. En ese entonces, hacía casi un siglo que la oftalmología existía como especialidad clínica quirúrgica, y se habían demostrado ampliamente las ventajas de la oftalmoscopia. Por primera vez, se tenía acceso directo a los vasos y al nervio óptico como prolongación del cerebro, y así se podían diagnosticar afecciones propias del ojo pero también muchas enfermedades sistémicas”, agregó el profesional.
En la posibilidad de detectar enfermedades locales y generales a través de los ojos, radica la importancia de que sea un médico quien prescriba, por ejemplo “los anteojos. No por el acto refractivo, sino porque de no hacerlo se pierde la oportunidad de practicar la medicina preventiva, que es la base de la medicina moderna. De todas maneras, no hay que reducir el examen oftalmológico a la sola prescripción de anteojos”, concluyó López Mato.
Por su parte, el doctor Germán Bianchi (MN 98.952), médico oftalmólogo, jefe de trasplante de córnea, cirugía refractiva y cataratas en la Clínica Nano, afirmó: “Hay muchos ejemplos de enfermedades cuyas manifestaciones iniciales se muestran en los ojos. Sólo por nombrar las más comunes: la diabetes, la hipertensión arterial y las dislipemias, pueden expresarse en los ojos”.
La oftalmología en Argentina
Según Bianchi, el auge de la virtualidad y el aumento de las horas de exposición frente a las pantallas “podrían acarrear un incremento de la miopía en el mundo. Además, crecieron los síntomas relacionados con la sequedad ocular y con distintas enfermedades de la superficie de los ojos”. Afortunadamente, el doctor planteó que, en este marco, la oftalmología argentina “goza de prestigio internacional, con profesionales que viajan y se especializan, y que reciben visitantes extranjeros de todo el mundo porque vienen a aprender técnicas quirúrgicas en el país”.
Otra patología muy persistente en el mundo es el glaucoma: se estima que unas 80 millones de personas la sufren. Además, para el año 2040, los pronósticos indican que serán 110 millones los afectados por esta enfermedad, que es la principal causa de ceguera irreversible a nivel mundial.
Anteriormente, el doctor Javier Casiraghi (MN 72429), médico oftalmólogo, jefe de Glaucoma del Hospital de Clínicas y ex presidente del Consejo Argentino de Oftalmología le había señalado a Infobae que en nuestro país, “el 2% de la población general padece glaucoma: toda la gente puede tener esta patología. Incluso, existe el congénito, que aparece en bebés y que ocurre en 1 de cada 30.000 recién nacidos. Esta condición es independiente del sexo, pero no de la edad, y es más frecuente a partir de los 40 años, aumentando progresivamente con el paso del tiempo”.
De acuerdo a Casiraghi, quienes no consultan oportunamente a un profesional, van perdiendo de manera gradual la visión. “Esa visión que se pierde es irrecuperable, por tal motivo el diagnóstico y el tratamiento deben ser realizados tempranamente. La mayoría de los casos avanzados se da en personas que no accedieron al diagnóstico a tiempo. También es muy importante que los familiares se controlen, ya que la incidencia es mayor en aquellos que tienen un familiar con glaucoma”, precisó.
Seguir leyendo: