La obesidad es una enfermedad crónica que se considera la epidemia del siglo XXI y la urgencia por combatirla toma día a día un lugar primordial en la salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 167 millones de personas se volverán menos saludables debido a sobrepeso y obesidad.
Estos suelen ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas y se caracterizan por la acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo humano. Según la OMS, ambas condiciones configuran una epidemia. Frente a ello, el 12 de noviembre es el Día Mundial contra la Obesidad para prevenir y revertir estas dolencias que afectan a la mitad de la población en todo el mundo.
“La obesidad es una enfermedad y ya puede considerarse una epidemia global. Es una afección que se caracteriza por el exceso de tejido adiposo (grasa), que se va depositando y alterando el funcionamiento del hígado, del corazón, de los riñones, de los músculos y así se va extendiendo y se va acumulando en todo el cuerpo”, sostuvo la nutricionista Romina Pereiro en una nota reciente de Infobae.
“Es una enfermedad multicausal y que es muy importante entender que no se trata de falta de voluntad ni culpa de las personas que la padecen. Tampoco te define como persona. No sos obeso. Sos una persona con obesidad. Ahora eso no implica que uno pueda deslindarse de toda responsabilidad. Sí sos responsable de tu tratamiento y para que sea exitoso, es necesario que sea multidisciplinario”, agregó Pereiro.
“La obesidad está caracterizada por tres factores: el primero es ingerir más de lo que el organismo necesita para graduar su equilibrio en el peso normal, siendo generalmente este un exceso. El segundo, una mala utilización de la ingesta que hace que se transforme muy fácilmente en grasa o el tercero, una disminución de la actividad física”, destacó el doctor Alberto Cormillot en Infobae.
“El problema y el mayor desafío es que la obesidad no tiene una causa única. Por el contrario su naturaleza compleja es el resultado de una combinación de diversos factores como los genéticos y metabólicos, el ambiente obesogénico y los llamados factores desencadenantes”, agregó Cormillot.
A nivel mundial, censos y cifras informan que más de 1000 millones de personas son obesas. Esta cifra está repartida en los siguientes grupos etarios:
- Adultos: 650 millones
- Adolescentes: 340 millones
- Niños: 39 millones
“La acumulación anormal o excesiva de grasa en el organismo es distinta en la mujer y el hombre, almacenándose en la primera en la región de la cadera mientras que en el hombre se distribuye en la región abdominal, lo cual se asocia al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión arterial”, señala la doctora Paola Caro, directora médica de Vittal, una organización de urgencias y emergencias médicas extra hospitalarias de Argentina.
En Argentina, la obesidad adquirió proporciones preocupantes: 6 de cada 10 adultos presentan exceso de peso. En niños y niñas en edad escolar 30% tienen sobrepeso y 6% obesidad. Según la Secretaría de Salud de la Nación, el 61,6% de la población tiene exceso de peso y la prevalencia de obesidad pasó de un 14,6% al 25,4% en lo que data del año 2018.
“La población pediátrica presenta un panorama preocupante. Muchos niños crecen actualmente en un entorno que favorece el aumento de peso y la obesidad: cambios en el tipo de alimentos y en su disponibilidad, descenso en la actividad física con mayor tiempo dedicado a actividades sedentarias y que suponen estar frente a una pantalla”, destacó en una nota reciente con Infobae la doctora Marianela Aguirre Ackermann, médica especialista en Nutrición, magister en Diabetes y Coordinadora del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SAN.
El diagnóstico de sobrepeso y obesidad se evalúa por medio de la medición del perímetro de cintura: un perímetro superior a 88 cm en la mujer y 102 cm en el varón son considerados de riesgo. Además, tanto la obesidad como el sobrepeso se pueden calcular utilizando el Índice de Masa Corporal (IMC), que es un indicador de la relación entre el peso de la persona y la altura. Se calcula dividiendo el peso en kilos por el cuadrado de su talla en metros.
“La OMS sostiene que un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso y un IMC igual o superior a 30 determina obesidad”, explica Caro y agrega que un número alto de IMC aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, diabetes, osteoartritis, hipertensión arterial, esteatosis hepática (hígado graso), algunos tipos de cáncer (como de mama, ovario, colon); y otras más de 200 patologías.
En este marco, la experta remarca que para poder llevar adelante hábitos saludables, prevenir el sobrepeso y la obesidad, es importante limitar la ingesta energética de alimentos elevados en calorías, observar una dieta adecuada a las calorías necesarias de acuerdo con edad, sexo e IMC y distribuir los alimentos en 4 comidas y 2 colaciones
Además, afirma que es importante moderar el tamaño de las porciones, consumir frutas, verduras y legumbres, disminuir el consumo de azúcar y alcohol e incorporar 30 minutos de actividad física al día.
La especialista de Vittal también remarcó que “la clave para prevenir la obesidad es actuar temprano, idealmente incluso antes de que se conciba un bebé. Una buena nutrición durante el embarazo, seguida de lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y continuación de la lactancia materna hasta los 2 años o más, es lo mejor para todos los bebés y niños pequeños”.
Tampoco deja de lado el rol fundamental de la información certera y la prevención: “Los países deben trabajar juntos para crear un mejor entorno alimentario para que todos puedan acceder y pagar una dieta saludable. Los pasos efectivos incluyen restringir la comercialización a los niños de alimentos y bebidas con alto contenido de grasas, azúcar y sal, gravar las bebidas azucaradas y brindar un mejor acceso a alimentos saludables y asequibles. Las ciudades y los pueblos deben crear espacio para caminar, andar en bicicleta y recrearse de manera segura, y las escuelas deben ayudar a los hogares a enseñar a los niños hábitos saludables desde una edad temprana”, enfatizó Caro.
Sensibilización sobre las diversidades corporales
Siete de cada diez argentinos y argentinas sufrieron un hecho discriminatorio, según un estudio realizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), siendo las personas gordas, mencionadas con obesidad o sobrepeso, el grupo más discriminado, de acuerdo a la percepción del 87% de las y los encuestados por el organismo nacional en 2019.
El INADI, a través de encuestas realizadas a 11.700 personas en sus hogares durante 2019, elaboró la tercera edición del Mapa Nacional de la Discriminación, un relevamiento que tiene como objetivo dar a conocer las formas en que se expresa la discriminación en Argentina.
Según el organismo nacional, la discriminación a personas gordas sustenta y reproduce el prejuicio de que las personas son gordas por falta de voluntad o por descuido, por no hacer el esfuerzo suficiente para ser flacas. Desde esta perspectiva, el peso se asume como una expresión de la personalidad, y al mismo tiempo como un supuesto indicador de salud que bajo el argumento del cuidado, termina fortaleciendo el rechazo social. Todos los prejuicios y estereotipos gordofóbicos niegan la diversidad corporal existente y la multiplicidad de factores que inciden en la forma de los cuerpos, tales como: las condiciones económicas, culturales, genéticas, educativas y sociales.
En el marco del Día Mundial contra la Obesidad el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires propone reflexionar sobre las miradas hacía las personas con obesidad y sus corporalidades. “En este contexto sería importante reflexionar sobre nuestro hacer. Siendo muchas veces esta profesión la puerta de entrada al sistema de salud por situaciones de sobrepeso u obesidad o derivaciones por esta causa, debemos reflexionar acerca del acceso a la salud y las conductas discriminatorias que puedan existir en nuestro hacer profesional”, sostuvo Fernanda Delgado, licenciada en Nutrición (MP 2960) y secretaria de la entidad que nuclea a las y los nutricionistas bonaerenses.
En ese sentido, Delgado aseguró que “como profesionales de la alimentación, podemos muchas veces transmitir mensajes discriminatorios o estigmatizantes, vulnerando una serie de derechos y exponiendo a las personas a experiencias violentas, siendo aún más grave el hecho de naturalizar nuestras prácticas al respecto”.
Pesar a alguien sin consultar su deseo; hablar de un “peso ideal” teórico, que no considera la multiplicidad de factores que influyen en el peso de una persona; y otras herramientas que se suelen utilizar en las consultas nutricionales; entre otras, son algunas de las situaciones enumeradas por la nutricionista y “dan cuenta de un hacer pesocentrista que muchas veces deja de lado la integralidad que debería tener la atención en salud”.
“Es necesario repensar nuestra profesión tan influenciada por el modelo médico hegemónico discriminatorio y que deja de lado muchas veces la premisa de que las personas que consultan son sujetos de derecho, algo que nunca debemos olvidar. Por supuesto que siempre que alguien desee bajar de peso debemos acompañar ese proceso, pero siempre teniendo en cuenta priorizar el desarrollo o sostenimiento de un vínculo sano con la comida, con el medio y con los cuerpos, corriéndonos de la idea que el único cuerpo sano posible es el cuerpo delgado”, concluyó la secretaria del Colegio de Nutricionistas bonaerense.
Cormillot profundizó, en una nota reciente de Infobae, en la discriminación que padecen las personas con obesidad de la mano de algunos profesionales que los ven como “perezosos, deshonestos e incumplidores”.
Asimismo, el doctor remarcó que los niños con sobrepeso y/o obesidad sufren bullying en la escuela por parte de sus compañeros y que, además, cargan con el estigma de que para algunos docentes son “desordenados, menos exitosos, muy emocionales y más propensos a tener problemas familiares”.
Para poder bajar de peso, es importante estar bien informado y acompañado. La obesidad es muchas veces consecuencia del estrés y de la dificultad para gestionar las emociones. Por este motivo, se debe mejorar el patrón alimentario sin prohibiciones que puedan disparar un descontrol y adoptar simultáneamente actividad física en el día a día.
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