La primavera llegó hace rato y se hace notar en flores, en colores y en el clima. El sol acaricia las ciudades y nos invita a disfrutar de su resplandor en armonía con la naturaleza. Así, el simple acto de salir a la calle para aprovechar este contexto que sólo ocurre una vez al año nos puede traer beneficios considerables para la salud.
En general, solemos sentirnos más despiertos durante el día y más somnolientos cuando llega la noche. Esto sucede porque los rayos solares influyen en el ritmo circadiano de nuestro organismo, un proceso de producción de sustancias y de funcionamiento de los órganos que está sincronizado con la luz natural. Aunque la iluminación artificial puede imitar estas condiciones, la luz solar directa tiene 200 veces más intensidad. Así las cosas, en cantidades moderadas, las radiaciones solares son esenciales para la buena salud y desempeñan una función vital en la producción de vitamina D, que fortalece los huesos y el sistema osteomuscular.
En ese marco, según el Instituto para la Política Ambiental Europea, la naturaleza reduce los niveles de estrés y puede tener efectos positivos sobre el bienestar físico y mental, por ejemplo en la concentración y en el estado de ánimo. Sabiendo esto, los planes al aire libre pueden ser divertidos y además beneficiosos.
¿Por qué nos sentimos mejor al aire libre?
Diversos informes científicos indicaron que los espacios con árboles, plantas, flores y espejos de agua mejoran el rendimiento cerebral y la memoria a corto plazo. Esto se debe, entre otras cosas, a que estar al aire libre cambia radicalmente la expresión física del estrés en el cuerpo. Uno de los estudios descubrió que las personas que pasaban dos noches en el bosque presentaban niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés, en comparación con los que pasaron ese tiempo en la gran ciudad.
Si bien la contaminación del aire -un conflicto tristemente frecuente en la actualidad- puede desencadenar alergias, asma y otras enfermedades respiratorias, quizá sorprenda saber que las concentraciones de contaminantes del aire en interiores suelen ser de dos a cinco veces superiores a las del exterior. De este modo, pasar más tiempo en espacios verdes naturales podría ayudar a reducir el riesgo de problemas respiratorios.
Un estudio realizado años atrás examinó la relación entre la vegetación local y el riesgo de mortalidad analizando a 108.630 mujeres durante ocho años. En comparación con las personas con menos verde en sus barrios, las personas que convivían con más naturaleza tenían un 34% menos de probabilidades de morir por enfermedades respiratorias. Por lo general, el aire más fresco se encuentra en lugares con gran circulación de aire.
Los beneficios de hacer deporte en espacios exteriores
Teniendo en cuenta lo anterior, acampar en un campo abierto puede prevenirnos más de la contaminación que descansar junto a una región amurallada por rascacielos y por fábricas. Y si estas propuestas incluyen ejercicio físico, pues mucho mejor. No por nada, en 2022 el American College of Sports Medicine (ACSM, por sus siglas en inglés) incluyó a las actividades al aire libre entre las tres tendencias de fitness más importantes del año, junto a los wearables.
De acuerdo a un informe de Mayo Clinic, la actividad física estimula varias sustancias químicas del cerebro que pueden hacernos sentir más felices, más relajados y menos ansiosos. A su vez, según esta organización, el deporte proporciona oxígeno y nutrientes a los tejidos y ayuda a que el sistema cardiovascular funcione de manera más eficiente. Si la salud del corazón y de los pulmones mejora, tendremos más energía para hacer frente a las tareas diarias. Nada mal para un esfuerzo mínimo como salir de casa y movernos.
SEGUIR LEYENDO