A lo largo de la actual pandemia por COVID-19 que ya lleva dos años y medio, hemos visto como el coronavirus ha mutado en variantes y subvariantes cada vez más contagiosas.
Sin embargo, los expertos infectólogos en todo el mundo señalan que Ómicron sus derivados como BA.2. BA.4, BA.5, BA.12 y ahora BA.2.75 si bien son más contagiosos, producen una enfermedad más leve y no lleva a los pacientes a padecer cuadros graves, con una suba marcada de internaciones y muertes.
Debido a que los pulmones tienen una respuesta de interferón más pronunciada que el tracto respiratorio superior, la vulnerabilidad de Ómicron a esa reacción puede haber impedido que se propague al órgano más profundo. “Tiene sentido biológico por lo que vemos”, afirmó el doctor Martin Michaelis, biólogo de la Universidad de Kent en Inglaterra, quien analizó cómo Ómicron interactúa con el interferón en un artículo publicado en Cell Research. “Ómicron parece ser menos capaz de penetrar más en el cuerpo y en los pulmones para causar una enfermedad grave”.
Hoy se sabe que Ómicron se multiplica 70 veces más rápido en nariz, garganta y vías aéreas superiores, y se une menos a las células del pulmón, lo que podría explicar los casos más leves hasta ahora, a pesar de que la persona tenga dos o tres dosis de vacunas contra el COVID. Y si bien la sociedad ha debido lidiar con el coronavirus, todos seguimos aprendiendo de este patógeno y los misterios que aún persisten respecto a su comportamiento. Pero los expertos vienen diciendo desde hace rato que el coronavirus llegó para quedarse y que el patógeno se convertirá en una endemia o parte de la nueva normalidad.
Desde siempre se ha insistido que por más variantes y subvariantes que circulen del coronavirus, es imprescindible estar vacunado. Y el último Boletín Epidemiológico Nacional distribuido por el Ministerio de Salud de la Nación, parece validar esa afirmación que sostienen los especialistas. Según este informe, entre la semana epidemiológica 23 y la 26 se registraron 8,15 muertes cada 100 mil habitantes en personas de 60 años y más que no recibieron ninguna vacuna o aquellos que solo tienen el esquema inicial incompleto (solo una dosis en lugar de dos).
En aquellos en los que sí tenían las dos dosis en sus brazos, el número se redujo a 1,2 muertes cada 100 mil habitantes. Y en quienes tiene tres o cuatro dosis (es decir uno o dos refuerzos), baja a 0,38 muertes cada 100 mil habitantes.
Así, la conclusión arriba a que los números demuestran el abrupto descenso de la letalidad cuanto mayor es el nivel de anticuerpos logrado por la vacunación. Por lo que no estar vacunado o estarlo con esquema incompleto, representa un riesgo de morir por Covid 7 veces superior a quienes tienen dos dosis y 21 veces superior que si se ha recibido el refuerzo.
“Las nuevas mutaciones de Ómicron están manteniendo la pandemia y es altamente probable que, en dos años esto esté circulando en forma habitual”, aseguró Ricardo Teijeiro (MN 58065), infectólogo del Hospital Pirovano. En ese sentido, el experto señaló que es necesario “tener en claro que, si bien estamos en pandemia y hay una gran circulación de este virus con gran contagiosidad, no tenemos una repercusión sanitaria y complicaciones”. Al tiempo que advirtió la importancia de que “la gente tenga un nivel más alto de vacunación”.
En diálogo con Infobae el virólogo Mario Lozano, doctor en Ciencias Bioquímicas y experto en Biología Molecular, había afirmado que “BA.5, junto a BA.4, están produciendo un aumento de casos en prácticamente todos los países europeos, incluso con una alta tasa de vacunación. Y eso ocurre por dos razones: aparentemente tiene una capacidad de contagio un poco mayor que la primera Ómicron, que a su vez era mayor que Delta. La segunda es porque escapa un poco más de la protección que nos dan las vacunas, o sea los anticuerpos”.
Otra lectura que hace el Boletín Epidemiológico es que el riesgo de morir fue más de tres veces superior (3,15) en quienes no tienen vacuna o solo tienen una, a quienes ya van por la tercera. Para menores de 60 años solo murieron 0,5 personas cada 100 mil entre las que no tenían dosis alguna o sólo una, mientras que esa proporción fue del 0,07 por ciento entre los que habían recibido el primer esquema completo y de 0,19 entre los que tenían el refuerzo.
Con un alza del 24,5% con respecto al reporte anterior, la Argentina alcanzó la tercera semana con aumentos en los casos de COVID-19, según el último reporte emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, que había registrado los contagios y fallecimientos entre el 3 y el 10 de julio: 36 muertes y 31.845 casos. Ahora, entre el 10 y el 17 de julio, se registraron 57 muertes y 39.656 contagios. De esta manera, el total de afectados desde el inicio de la pandemia se ubica en 9.465.827, mientras que los fallecidos treparon a 129.202. Vacunación y variantes más contagiosas de Ómicron: las razones detrás de este incremento.
El documento oficial señaló que, a la fecha hay 401 personas internadas en Unidades de Terapia Intensiva (8 personas más que la semana anterior, cuando eran 393 los hospitalizados en estas condiciones), con un porcentaje de ocupación de camas, tanto en el sector público como en el privado y para todas las patologías, de 44.0% en el país. Los fallecimientos que se registraron fueron: 25 en Buenos Aires, 7 en CABA, 7 en Catamarca, 1 en Chaco, 6 en Córdoba, 2 en Entre Ríos, 3 en Río Negro, 3 en San Luis, 2 en Santa Fe, y 1 en Tierra del Fuego. Otro dato importante es que en lo que va de 2022, el 43,8 por ciento de las muertes por Covid fueron en mayores de 80 años y el 26,6 por ciento entre 70 y 79 años. El grupo de 60 a 69 años registró el 15,7 por ciento; el de 50 a 59, el 7,1 por ciento y el de 20 a 49, el 5,9 por ciento.
Mientras en el mundo se registran olas de contagio de las subvariantes BA.4 y BA.5, en nuestro país se registraron 12 y 6 casos respectivamente de esas subvariantes de Ómicron, frente a los 914 de BA.2. BA.4 y BA.5 quedaron registradas en la provincia de Buenos Aires, la Ciudad, Catamarca, Mendoza, Santa Cruz y Santa Fe.
El director de Epidemiología, Carlos Giovacchini, destacó que “el boletín es el resultado del proceso de recolección sistemática, análisis y difusión de información que se realiza a lo largo y ancho de todo el territorio argentino realizado por más de 21.000 personas que participan del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud”.
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