El plan estratégico de vacunación contra el COVID-19 en la Argentina cumplió hoy un año. Empezó el 29 de diciembre del año pasado y avanzó lentamente por la escasez de dosis de vacunas provistas por las empresas productoras desde el exterior. Recién en abril pasado se llegó a aplicar más de 1 millón de dosis semanal. Se aceleró más en julio y agosto, y hoy más del 71% de la población general del país recibió el esquema de dos dosis. Por ese nivel de cobertura en cuanto al esquema completo, Argentina está en el puesto 31° a nivel mundial, según el sitio OurWorldInData, desarrollado por expertos de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.
Pero aún hay personas que no se han acercado para inmunizarse o no han completado con la segunda dosis, y el desafío es que se alcance una mejor cobertura frente a la amenaza de la variante de preocupación Ómicron y ante la posibilidad de que surjan otras y extiendan aún más la pandemia. El grupo que más falta vacunar es el de las niñas y los niños de 3 a 11 años: son más de 2,4 millones de personas. Tampoco 1,4 millón de personas que tienen entre 18 y 49 años se han aplicado aún la primera dosis. En los otros grupos, hay más 806.000 adolescentes y más de 600.000 mayores de 50 años sin la primera dosis, según informó hoy a Infobae el Subsecretario de Estrategias sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, Juan Manuel Castelli.
De acuerdo con el funcionario, “Argentina logró una alta adherencia de la población a la vacunación contra el COVID-19. La etapa final de una campaña de vacunación para cualquier enfermedad generalmente resulta ser la más difícil. Se está tratando de vacunar a más personas con la descentralización de los vacunatorios, más disponibilidad de horarios y con la implementación de los pases sanitarios que habilitan a realizar actividades a los ya vacunados”.
También el hecho de que los casos de afectados por el COVID-19 estén aumentando hace que se cambie la percepción del riesgo y que algunas personas tomen más conciencia sobre la necesidad de vacunarse, según Castelli. Los casos de COVID-19 en el país aumentaron un 313% durante los últimos 15 días. Esta semana, 13 de las 24 jurisdicciones de Argentina se encuentran en riesgo epidemiológico alto (se sumaron Catamarca, Corrientes, Salta, San Luis, Santa Cruz y Santa Fe), y el resto en riesgo medio.
“Hoy con la circulación en el mundo de la variante de preocupación Ómicron, hay una diferencia sustancial entre estar y no estar vacunados”, remarcó Castelli, y destacó: “Una buena señal es que durante las últimas 8 semanas iniciaron la vacunación más de 720.000 personas que tienen más de 18 años”.
Según una estimación del equipo del doctor Ali Mokdad, director de Estrategia de Salud de la Población del Instituto de Evaluación y Métricas de la Salud, en Seattle, Estados Unidos, la tasa de vacunación con el esquema de dos dosis en Argentina llegará al 78% en abril próximo. Pero desde el Ministerio de Salud tienen la esperanza de que el ritmo vaya más rápido.
El plan estratégico de vacunación empezó por los grupos priorizados como el personal de la salud, las personas mayores de 60 años y las personas con factores de riesgo. Pasó los dos millones de dosis semanales en la última semana de mayo. En agosto, batió los récords con más de 2,5 millones de dosis semanales, cuando ya predominaba la aplicación de segunda dosis y se sumaba a los adolescentes con factores de riesgo, según el análisis de datos del físico Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham. Durante la última semana se aplicaron 1.150.373 dosis de vacunas contra el COVID-19. El 48% se usaron como tercera dosis de refuerzo en personas que ya habían completado el esquema.
Emiratos Árabes es el primer país que alcanzó una cobertura del 93% de la población con el esquema completo. Después le siguen Brunei, Portugal y Chile. ¿Qué debería hacerse en la Argentina para alcanzar una cobertura mayor al 90%? Expertos en inmunología, infectología y vacunología dieron sus opiniones al ser consultados hoy por Infobae.
Desde la Sociedad Argentina de Inmunología, Rubén Motrich, consideró que “hay que diferenciar entre las personas que no se vacunan porque están en desacuerdo en general, las que tienen dudas y vacilan y las que sí recibieron la primera dosis pero aún no fueron a aplicarse la segunda. En este último grupo, generalmente hay una subestimación del riesgo de la enfermedad”.
Entre los que vacilan -precisó Motrich. quien es profesor de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, investigador del Conicet y forma parte del grupo Vacunate_arg en Instagram-, “algunos creen que las vacunas son productos que aún están en experimentación. Sin embargo, deberían tener en cuenta que la investigación clínica sobre las vacunas contra el COVID-19 siguió todos los pasos correspondientes. No se salteó ninguno. En algunos casos, se hicieron pasos de manera simultánea. Además, la aplicación masiva de las vacunas en todo el mundo ha demostrado su alta efectividad y seguridad”.
De acuerdo con el doctor Motrich, entre las estrategias que se deberían implementar más para lograr que la gente que aún no se vacunó o completo su esquema lo haga, se incluyen los vacunatorios en lugares turísticos que funcionen hasta las 22 horas, campañas de información y desmitificación de las vacunas en centros turísticos, dar ayuda a los mayores para obtener el pase sanitario, y solo permitir actividades en gimnasios, teatros, estadios, cines, shoppings, con el pase sanitario.
Alejandra Gaiano, responsable del programa de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, comentó: “Para seguir vacunando a la población es necesario profundizar la confianza en la vacuna y generar más acceso como ir casa por casa, clubes, escuelas. Se hará mayor difusión de la posibilidad que se ofrece en la provincia de Buenos Aires sobre la vacunación libre sin turno en cualquier posta. También hay que trabajar en las falsas creencias sobre las vacunas”.
Para Andrea Uboldi, miembro del comité central de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y miembro del comité de infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, “hay que hacer una búsqueda activa sobre las personas que aún no se vacunaron. Habría que revisar por qué no accedieron aún. Si le falta la segunda dosis, también debería estudiarse. Es el último tramo que requiere una búsqueda activa y debería adaptarse a las edades de las personas que aún no se vacunaron. En función del diagnóstico, hay que desarrollar estratégicas específicas”.
En tanto, Florencia Cahn, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología, consideró que se debería “empezar a vacunar sin turno en todas las jurisdicciones para incentivar y evitar barreras en el acceso. También se debería mejorar la comunicación para llegar más y mejor a los jóvenes y adolescentes, y que todos los médicos pediatras recomienden la vacunación”.
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