Ser médico es tener actitud ante esta elección, es reconocer que, a diario, esta profesión te llena de pasión, de inquietudes, de necesidad de conocimientos de manera permanente y veloz. Gracias a los recursos tecnológicos podemos estar en contacto con colegas de otras partes del mundo y, de esta manera, acceder a las últimas actualizaciones y realizar interconsultas.
Ser médico es conocer nuestros límites y saber que en muchas oportunidades debemos trabajar en equipo y de manera interdisciplinaria con colegas de otras especialidades
Significa mucho más que abrazar el arte de curar: es escuchar, contener, acompañar y empatizar con el enfermo que te necesita y brindar apoyo a la familia (este es un espacio que no puede faltar).
El “padre de la medicina”, Hipócrates, dijo: “Donde hay amor, hay arte médico”.
Un médico necesita:
· Un cerebro lúcido.
· Un corazón tierno y piadoso.
· Humildad.
· Saber escuchar.
· Usar un lenguaje claro.
· Y, claro, de algo de humor.
Todos estos valores humanos son tan importantes como el dominio científico.
Debemos tener presente, todos los días, la definición de la relación médico-paciente de von Weisaecker: “El paciente es una persona que necesita ayuda, el médico es la persona capaz de dar esa ayuda” con respeto, responsabilidad y comprensión.
El crecimiento exponencial de la ciencia médica nos obliga a actualizarnos permanentemente. Esto suele “robarle” tiempo a nuestras familias y a nuestros afectos, pero la profesión que abrazamos nos exige ser más eficientes y brindar calidad de cuidados a quien nos necesita. Mas allá de las vicisitudes de nuestro sistema de salud, no se debe perder la esencia humana y ética.
Ser médico significa recordar que debemos superarnos, e implica entrega, sacrificio, preocupación por quien nos necesita, generosidad, lealtad y honestidad. Es entregar al enfermo lo mejor de nosotros, es acompañar en la muerte digna, y esto excede nuestra formación científica y académica.
Ser médico es saber que debemos ponernos en el lugar del otro, de esta manera comprenderemos lo que el paciente necesita, sin esperar nada a cambio. Es cuidar, pero también cuidarnos evitando el desgaste, y es saber que algún día podemos estar sentado del otro lado del escritorio. La mejor manera de celebrar nuestro día es trabajando y honrando la profesión. ¡Salud a todos los colegas!
Dra. Stella Maris Cuevas MN: 81701 Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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