La segunda ola del COVID-19 en Argentina fue creciendo desde marzo hasta llegar a un pico de casos confirmados de COVID-19 en junio y ya lleva 15 semanas de descenso. En este contexto, el próximo 12 de septiembre la mayoría de los argentinos participarán en las elecciones Primarias Abiertas Obligatorias y Simultáneas (PASO) para elegir los candidatos a diputados y senadores. Este será el primer evento nacional organizado por el Estado y funcionará como ensayo para ver si la situación sanitaria y la vacunación incide o no en los votantes para acercarse a sufragar. Serán las primeras elecciones nacionales que se realizarán bajo el contexto pandémico.
El plan de vacunación empezó a fines de diciembre, y se demoró por la escasez de dosis. Hubo retrasos en las entregas desde el exterior, especialmente con la vacuna Sputnik V. Durante los últimos tres meses, el ritmo del plan se aceleró. Hasta hoy, el 62,4% de la población recibió solo una dosis de la vacuna. El 35,6% completó el esquema de vacunación. Pero aún faltaría vacunar contra el COVID-19 a 4,3 millones de adultos y a 12,7 millones de niñas, niños y adolescentes en base a las proyecciones poblacionales que hace el INDEC.
Durante los primeros cuatro meses, el plan de vacunación fue avanzando lentamente el plan de vacunación con los grupos priorizados -como las personas mayores de 60 y las personas con factores de riesgos- y luego con el resto de la población. Ese ritmo lento fue generando críticas de la oposición al Gobierno y de personas preocupadas por los riesgos de contagiarse el coronavirus en un momento en que aparecieron más variantes de preocupación.
Para realizar las elecciones, la Dirección Nacional Electoral (DINE), que depende del Ministerio del Interior, elaboró un Protocolo sanitario de Prevención Covid-19 que tiene por objetivo “minimizar la posibilidad de transmisión” de la enfermedad“ durante el desarrollo de los comicios nacionales del año 2021, en el marco de las previsiones del Código Electoral Nacional y demás legislación vigente”. Allí están contenidas las pautas que se deberán respetar con un diseño que apunta a mantener la distancia social y que haya un mínimo contacto entre los participantes de los comicios.
Una de las principales novedades será que en cada establecimiento destinado a la votación habrá un facilitador sanitario, que es un agente del Comando General Electoral. Su misión: hacer cumplir las nuevas disposiciones desde que la gente llega a sufragar hasta que se retira a su domicilio. Para que no haya aglomeraciones se dispuso aumentar de 14.800 a poco más de 17.000 la cantidad de establecimientos en todo el país en los que se podrá votar, un 30% más que en 2019. En cada uno de esos establecimientos la cantidad de mesas será inferior a la de elecciones anteriores. Desde el Ministerio del Interior advirtieron que una de cada cuatro personas cambiará su lugar de votación por lo que recomiendan consultar el padrón electoral online. Así también se intenta reducir la cantidad de gente frente al listado de los padrones impresos.
El plan de vacunación en Argentina empezó el 29 de diciembre. Primero, se enfocó en los grupos priorizados: los mayores y las personas con comorbilidades como diabetes, y en el personal esencial, como el personal de la salud, los docentes y las fuerzas armadas y de seguridad. En agosto pasado, el plan de vacunación aplicó más dosis para completar el esquema especialmente en las personas mayores de 60 años. Por esto, hoy el porcentaje de personas con las dosis de vacunas (35,6%) es mayor al de la personas con una sola dosis (26,8%), según el análisis del bioquímico de la UBA Santiago Olszevicki, quien realiza un monitoreo de los datos abiertos del Ministerio de Salud de la Nación y fue consultado por Infobae.
Los especialistas en virología e infectología consideran que completar los esquemas es una instancia clave para prevenir la enfermedad sintomática cuando la persona se contagia el coronavirus. Pero aún el 64% de la población del país no tiene la segunda dosis. El 37,58% de la población argentina no recibó la primera dosis. Esa proporción de la población está compuesta por 12,7 millones de menores (28% de la población total) y 4.3 millones de adultos (9.46% de la población total).
Según las diferentes edades, el grupo que más completó el esquema de vacunación es el que tiene entre 70 y 79 años. El 86% de las personas con esa edad ya recibió las dos dosis. Entre los grupos de adultos que menos completaron sus esquemas, están los más jóvenes. Solo el 36% de los que tienen entre 30 y 39 años y el 23% de los que tienen entre 18 y 29 años recibieron las dos dosis.
En tanto, siguen habiendo diferencias significativas en el ritmo de la aplicación de las vacunas entre las 24 jurisdicciones de Argentina. Mientras la Ciudad de Buenos Aires ya alcanzó el 72% de la población con una dosis, aún hay provincias que no llegaron a más del 60% de su población inmunizada con una sola dosis. Esto último pasa en Chaco, Mendoza, Salta, Santa Cruz, Tucumán, y Misiones, según el Monitor Público de Vacunación, de la cartera de salud nacional.
En el caso de Misiones, la vacunación viene más estancada desde julio pasado. Si bien había avanzado rápido en los primeros meses con la población priorizada, el ritmo de aplicaciones se desaceleró con el resto de la población. Sólo el 48,8% de la población de Misiones se vacunó con una dosis. Desde el gobierno de Misiones habían argumentado ante la consulta de Infobae en julio que la gran cantidad de población joven que tiene la provincia (la mitad de los habitantes es menor de 22 años) es una de las dificultades que enfrentan, ya que es más complicado que acudan a los centros de vacunación.
Para los próximos meses, el Ministerio de Salud de la Nación anunció que espera avanzar con la segunda dosis en los grupos que faltan, consolidar la primera dosis a los adolescentes sin factores de riesgo en octubre y se están evaluando las opciones para empezar con la vacunación en niños, que aún no hay vacuna autorizada en el país.
El temor es que la circulación persistente de la variante Delta del coronavirus, que ya fue detectada en el AMBA, Córdoba y otras jurisdicciones, produzca un repunte de casos. “No se podrá evitar la tercera ola, pero se busca que los casos sean leves”, dijo el Ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós.
Consultado por Infobae, el investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, el doctor Rodrigo Quiroga, quien monitorea la situación epidemiológica y el ritmo de la vacunación, explicó que “Argentina viene registrando 15 semanas de descenso de casos confirmados de COVID-19. Esto se logró por una combinación de diferentes factores: la vacunación, la inmunidad por la misma infección en las personas que ya se contagiaron, las restricciones en la movilidad y la adherencia a los cuidados como el uso de los barbijos y la ventilación. A medida que la vacunación fue avanzando, se posibilitó que disminuyan los cuidados y las restricciones, pero que los casos de COVID-19 siguieran bajando”.
Sin embargo, el doctor Quiroga advirtió: “Por ahora todo indica que Argentina tendría una tercera ola de casos de COVID-19 por la variante Delta. Su magnitud dependerá bastante de cuánto se logre vacunar en las próximas semanas a los adultos, de la incorporación de las niñas, los niños y los adolescentes al plan de vacunación, y del sostenimiento de la adhesión a los cuidados minímos por parte de la población. Aunque las personas ya estén completamente vacunadas, hoy tienen que seguir usando los barbijos, adoptar la ventilación permanente en espacios cerrados, como hospitales, oficinas y escuelas, y evitar reuniones sociales en espacios cerrados con no convivientes”.
También el doctor Quiroga hizo un llamado de atención para proteger a las infancias: “Es clave seguir cuidando a los menores y adolescentes, porque una gran proporción de los casos de infecciones en vacunados ocurren por contagio desde un conviviente no vacunado. También hay que implementar más el sistema de rastreo de casos y contactos estrechos para evitar que la variante Delta predomine y para que el número de casos se mantenga bajo”.
La variante Delta del coronavirus se volvió mayoritaria en Reino Unido con el 58% de la población con una dosis y el 38% con dos. Con eso, el impacto en muertes de esa ola está siendo muy limitado. En Argentina, donde todavía Delta no predomina, hoy el 62,4% de la población tiene una dosis y el 35,6% tiene las dos dosis.
“Esta semana llegaremos a los 10 millones de argentinos sin comorbilidades entre 18 a 59 años con al menos una dosis (sin considerar a los trabajadores de la salud, educación y seguridad que tienen esas edades)”, informó Martín Barrionuevo, senador provincial de Corrientes, quien lleva a diario un análisis de datos y gráficos sobre la situación del COVID-19 en Argentina. “El plan de vacunación se aceleró a partir de junio, con 8,4 millones de dosis, y se setiembre se aplicarían 10 millones. Por ahora se ha demorado la circulación persistente de Delta en el país. Ya el 75% de los mayores de 50 años tienen ambas dosis, y eso nos puede dejar mejor protegidos en comparación con lo que pasó en otros países”, sostuvo Barrionuevo.
En tanto, el doctor Ernesto Kofman, doctor en Ingeniería y vicedirector del Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario, comentó a Infobae: “Hay bastante incertidumbre sobre qué puede pasar en Argentina con la variante Delta. Tenemos a favor el gran avance reciente de la vacunación y los factores estacionales que permiten realizar más actividades al aire libre. Además, el relativo bajo número de casos diarios abre la oportunidad de reforzar estrategias más efectivas de rastreo y aislamiento. Sin embargo, queda todavía sin vacunar la mayor parte de la población menor de 18 años. Si bien no es esperable que ese grupo etario padezca la enfermedad de manera severa, puede transmitirla sobre todo a sus convivientes mayores aunque estén vacunados. La manera en que impacten estos factores a favor y en contra definarán el momento, la magnitud y la gravedad del efecto de la variante Delta”.
Para setiembre, la Ministra de Salud Carla Vizzotti anticipó días atrás que se espera incluir en la vacunación a los adolescentes sin factores de riesgo. “En el último trimestre de este año, o sea entre octubre, noviembre, diciembre tendríamos el total de esas 20,5 millones de dosis que Argentina ha adquirido al laboratorio Pfizer”. “La perspectiva es que durante este mes”, dijo en referencia a setiembre, “se trabaje con los planes estratégicos provinciales para que esa vacuna se pueda utilizar para completar esquemas de vacunación y luego ya en octubre escalar la vacunación en forma universal a los y las adolescentes de entre 12 y 17 años”, puntualizó.
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