Muchas son las preguntas una vez finalizada la pandemia de COVID-19. La realidad indica que una vez superada la crisis mundial a través de la vacunación masiva, cuales serán sus secuelas. Problemas de ansiedad, trastornos de toda índole podrían manifestarse en la población en general. Especialistas de distintas disciplinas ya lo están planteando. Pero la realidad indica que todo deberá ser transitado como la pandemia del coronavirus.
En este contexto y en diálogo con Infobae, el psicoanalista y médico psiquiatra José Abadi (M.N. 44.946), afirmó: “Este año estamos atravesando sin duda una pandemia que se ha convertido en un gran desafío para toda la humanidad, para todos aquellos hombres y mujeres que la conformamos. Un desafío que nos ha exigido empezar a reconocer a nuestros semejantes de un modo pleno, íntegro, cuidándolo, y sabiendo que cuidar es una manera de generar y de entregar amor. Amor y cuidado tienen que ver con seguridad. Tienen que ver con futuro, con generosidad y con ética”.
El desarrollo de una vacuna en tiempo récord solo ha sido el puntapié inicial ante la gravedad de la situación. La pregunta es saber si este no será el último virus que amenace a la humanidad. Seguramente, con el correr del tiempo aparecerán otros más. La globalización y la exposición “ayudan” a esta pandemia. El gran desafío estará en saber como enfrentarla y estar mejor preparados para ello.
Por otra parte, el prestigioso y reconocido psiquiatra señala: “Si bien esto nos ha como puesto en un reconocimiento del otro de una forma distinta, también aparece como el segundo gran reto que tenemos. Después de esta pandemia, haber convertido todo lo que aprendimos en sabiduría y toda la experiencia adquirida plasmarla de un modo que podamos construir variables mejores. No van a surgir éstas por generación espontánea ni de la casualidad, ni porque sí, sino que solamente serán y pueden ser producto de nuestro esfuerzo, de nuestra humildad, de nuestra capacidad de aprender, de nuestra permeabilidad para poder hacer de lo que recibimos una riqueza”.
El tiempo y la incertidumbre son conceptos que se asocian al desarrollo de la vacuna. Pero hay una realidad, otras patologías que devienen del coronavirus ya están afectando a un porcentaje considerable de toda la población. Es por ello que son cada vez más los médicos ligados a la neurociencia que estudian y determinan el incremento de enfermedades poco frecuentes y que han resurgido en el último año a causa del COVID-19.
“Si logramos que esta nueva conciencia en nuestra condición de hermanos predomine en esta humanidad, tendremos seguramente, un porvenir y un futuro distinto. En cuanto a la pandemia, no cabe duda que fue y es dramática. Pero al mismo tiempo, es la oportunidad de maduración y crecimiento. Esa es la gran esperanza que nos deja como ventana al mañana. Sería una verdadera pandemia el fracaso. Sería una verdadera pandemia la repetición de lo que no sirve, de lo innecesario, de lo dañino. Una nueva pandemia sería no haber hecho de lo vivido una sabiduría. En cambio sería un proyecto vital, nuevo, diferente y alentador disolviendo el ego para que nazca el yo, fortificándolo a través de la unión entre nosotros y podamos construir alternativas mejores”, manifiesta el reconocido psiquiatra.
De acuerdo a la información oficial recopilada por la Universidad Johns Hopkins, la cantidad de casos confirmados por COVID-19 en todo el mundo asciende a 65 millones, los muertos por el virus SARS-CoV-2 son más de 1.5 millones y 42.2 millones son los recuperados.
Entrevista: Marco Diz
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