Uno de los estudios científicos preventivos contra el COVID-19 más importantes y grandes de la región avanza a pasos firmes y busca voluntarios para demostrar que un simple compuesto presente en el aceite de pescado, el omega 3, puede ser eficaz para prevenir la enfermedad por el nuevo coronavirus, causada por el SARS-CoV-2.
Dos equipos de científicos transdisciplinares, uno radicado en la ciudad de Rosario y el otro desde la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, trabajan en un estudio clínico denominado PREPARE-IT, que busca estudiar los efectos de un componente del omega-3 en la prevención del COVID-19 en el personal de salud e individuos con alto riesgo de contraer el nuevo coronavirus.
“Estudiamos drogas simples, universalmente aplicables, de bajo costo, escasos y con conocidos efectos adversos. Eso tiene una lógica para abordar una pandemia. Es difícil hacerlo con drogas de elevado costo y/o efectos adversos”, explicó a Infobae el médico cardiólogo Rafael Díaz que, junto a Andrés Orlandini, encabeza el equipo de investigadores argentinos perteneciente a ECLA (Estudios Clínicos Latinoamérica) y al Instituto Cardiovascular de Rosario.
“Intentamos demostrar si la administración durante 60 días de una dosis alta de omega 3 (EPA) en sujetos en riesgo reduce la tasa de infección y la enfermedad COVID-19. Actualmente hemos ingresado 1100 individuos al estudio. No hemos finalizado aún y la tarea restante sigue siendo importante: debemos sumar 900 voluntarios más para finalmente lograr la población de 2000 sujetos que proveerán los datos para un resultado inequívoco”, precisó Díaz.
El omega 3 es un aceite esencial, un ácido graso poliinsaturado, que ha demostrado beneficios en la prevención de eventos cardiovasculares graves en pacientes de riesgo. En modelos experimentales posee actividad antimicrobiana así como antiviral. Trasladar el modelo experimental a la investigación clínica es lo que estamos desarrollando en este momento.
Los ácidos grasos poliinsaturados en altas dosis, tipo omega 3, poseen propiedades que los hacen potencialmente beneficiosos en el contexto de pandemia. podrían reducir las tasas de infección por SARS-Cov-2 y modular el proceso inflamatorio y de reparación en pacientes COVID-19.
Sobre el estudio, el investigador detalló: “Es uno de los estudios clínicos más grandes hasta el momento. No conozco cuántos sujetos deben incluir los estudios de vacuna en Argentina. Pero conozco el resto de las investigaciones clínicas que se hacen en la Argentina y ninguna tiene este tamaño. Tenemos más de 1100 sujetos incluidos y vamos por 2000. Es un estudio de gran magnitud Y con un diseño correcto. Sin duda, no nos faltará potencia para contestar correctamente a la pregunta científica que nos hicimos. ¿Una dosis alta de omega tres reduce las posibilidades de contagio por este virus? Una pregunta clínica importante se contesta con un estudio de igual características”.
Al ser una variante nutricional no posee protección de patente y por lo tanto sus costos son abordables desde la perspectiva poblacional. Esto significa que es universalmente aplicable. Sus efectos adversos son escasos, por lo cual aumenta su aplicabilidad y potencial universalidad de utilización.
“Estamos orgullosos de ello. PREPARE-IT es uno de los estudios argentinos que tiene un diseño y una potencia suficiente para contestar correctamente una pregunta científica relevante. Son pocos los estudios en el mundo que superan el millar o dos millares de individuos o pacientes. Argentina está en ese camino”, reflexionó Díaz, y adelantó a Infobae: “Si logramos estos objetivos, en los próximos meses tendremos disponible una herramienta simple que podría beneficiar sustancialmente a la población”.
La expectativa que tiene este grupo de investigadores es que, como mínimo, se reduzca un 30% el riesgo de contagio. Díaz explicó: “Nosotros conocemos que los ácidos grasos poliinsaturados, llamados también omega 3 básicamente se agrupan en dos grupos: EPA (eicosapentaenoic acid) y DHA (docosahexaenoic acid), ambos formatos químicos, y son los dos componentes más importantes del omega 3”.
“La interpretación de cómo juegan desde el punto de vista mecanístico es muy completa, es muy básico, mecanismos moleculares muy íntimos, pero el efecto final podría estar relacionado a que tienen una función antiinflamatorio y antitrombótico”, agregó.
Según especificó el director de ECLA, “el efecto antiinflamatorio se ve a través de la modulación de muchos sistemas y ahí aparentemente el EPA pareciera ser mucho más poderoso que el DHA. Hace muchos años que se investigan los omega 3 en cardiología y en patologías de alto riesgo como diabetes, de hecho hay entre 10 y 11 estudios clínicos previos, la mayoría de ellos no demostraron beneficios, pero es importante destacar que en todos esos estudios la dosis de omega fue alrededor de 1 gramo por día, y en la mayoría de esos estudios omega contenía EPA y DHA”.
Los científicos creen que partiendo de la base de que estos compuestos tienen mecanismos moleculares antiinflamatorios y antitrombóticos que se han demostrado en experimentación básica a nivel celular: un nuevo estudio clínico que fue presentado a fines del año 2018, denominado REDUCE-IT, fue planificado con altas dosis de omega 3, de un derivado etílico del EPA, solamente EPA en una alta dosis, de 4 gramos.
“Los participantes están haciendo un trabajo enorme al voluntariamente ayudar a encontrar resultados científicamente correctos para combatir esta pandemia. Por primera vez investigadores, científicos y la comunidad en general trabajan mancomunadamente para encontrar una solución a un problema sanitario de inusitada gravedad”, destacó Díaz.
Los interesados en ser voluntarios de PREPARE-IT ARGENTINA pueden conectarse vía WhatsApp +5493416 907846 o a la web del ensayo www.prepare-it.org
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