El cambio climático, fenómeno que se agrava en el transcurso de los años, deriva directamente del impacto de los gases del efecto invernadero de la Tierra. Estos gases, provocan -naturalmente- una elevación constante de las temperaturas, afectando los ecosistemas, la vida animal y humana.
Pero el problema vivenciado en este siglo encuentra su origen hace millones de años. Y esto ocurrió, en gran medida, con las rocas espaciales que se estrellaron contra el planeta, elevando miles de grados la temperatura en ese entonces. Muchos expertos aseguran que en las ciudades del mundo irán acrecentándose las temperaturas, situación que ya puede visualizarse en la actualidad. En 2016, tristemente, se registró el año más caluroso de la historia desde que existen registros.
Sin embargo, el interrogante parte por saber cuál fue la temperatura más alta que jamás se haya descubierto en la Tierra. Y la respuesta llegó: 2.370° C, la mitad que en la superficie del sol espacial. La misma se constató a través de un estudio de la Universidad de Curtin, en Australia, quien llegó a esta conclusión analizando la circonia cúbica, también conocida como zirconita, que es una piedra preciosa que se asemeja por su aspecto al diamante.
En el informe publicado en el Earth and Planetary Science Letters, el autor del mismo, Nicholas Timms, explicó que "el cráter del lago Mistastin, en Labrador, Canadá, dejado por el impacto, alcanzó en un momento una temperatura lo suficientemente caliente como para transformar el mineral común zirconio en la gema zirconita". El meteorito golpeó el suelo hace casi 40 millones de años en el país norteamericano. Debido a las altas temperaturas, este tipo de impactos habría configurado la atmósfera y la corteza terrestre, afectando sin duda su capacidad para albergar vida.
"Estos nuevos resultados subrayan cómo pueden llegar a ser las condiciones extremas tras el choque de un meteorito -explica Timms en un comunicado-. Hasta ahora nadie había considerado utilizar zirconia como un termómetro. Esto demuestra lo extremas que pueden ser las condiciones en los segundos o minutos después de que los asteroides golpeen un planeta".
Entender los límites máximos de las temperaturas durante estos impactos ayudarían a entender las condiciones en la superficie de la Tierra hace más de 4 mil millones de años, cuando la misma, en sus primeros momentos, era objeto de un bombardeo constante. Y es que estos impactos, y las temperaturas que provocaban, podrían haber contribuido a mantener el hidrógeno, el carbono y el azufre en la atmósfera. Todos estos elementos son considerados esenciales para la vida; por ejemplo, sin hidrógeno y oxígeno no puede haber agua. Pero demasiado podría haber afectado el clima y la química del planeta, haciéndolo menos habitable.
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