Se sabía que la posibilidad iba aparecer. La incógnita era cuándo. En tiempos donde los estudios genéticos y el análisis específico de la cadena de la ADN se pusieron a la vanguardia, era cuestión de esperar hasta que apareciera la opción de un auto-análisis. Y salió a la luz, su nombre es 23andme y ofrece la chance de que cualquier persona en el mundo posea un cuadro completo sobre su historia ancestral, su predisposición a enfermedades y otros factores variopintos respecto a la salud y al cuerpo humano.
El producto, cada vez más consolidado en EEUU, ya tiene armado su "packaging": consiste en un tubo descartable, en el que uno debe dejar una muestra de su saliva y reenviarlo por correo a los laboratorios de la empresa desarrolladora. Al cabo de unas semanas, el individuo podrá corroborrar mediante internet el mapa completo sobre su personalidad.
Así, cualquier persona será capaz, por unos 150 dólares, de conocer todos los detalles sobre sus genes: conocer cada detalle del origen de sus antepasados, el estatus ante enfermedades hereditarias, riesgos de condiciones específicas de salud y hasta datos aleatorios, como hasta indagar sobre la probabilidad de quedarse pelado antes de los 60 años.
"El contacto directo con el cliente en el sistema de salud está llegando para quedarse. ¿Cada vez que tengamos un problema tenemos que ir al médico clínico? ¿Hay que ir siempre a una clínica para hacerse un análisis de sangre? ¿Es necesario acudir a algún lugar para conseguir la información sobre nuestro ADN?", explicó Anne Wojcicki, CEO de la compañía y pionera del concepto de un estudio genético en la propia casa.
El prototipo, que en 2013 fue suspendido por la FDA de EEUU por la venta directa al consumidor sin cumplir los estándares del ente de control, identifica los marcadores genéticos conocidos como polimorfismos de nucleótido único. Estos, constituyen hasta el 90% de todas las variaciones genómicas humanas y pueden afectar a la respuesta del individuo a enfermedades, bacterias, virus o productos fármacos.
Los creadores del dispositivo aducen que mediante ese test, las personas podrán, por ejemplo, tomar medidas precautorias ante un riesgo presente de contraer enfermedades como la diabetes. En los resultados, el análisis refleja cuál es el porcentaje real de cada individuo y lo compara con el porcentaje medio en todo el mundo para alguien de su edad.
El debate
El test en cuestión no deja de ser polémico. Es que, si bien los datos ofrecidos pueden ser fidedignos, los expertos de la comunidad médica temen que un gran porcentaje de las personas no tenga la capacidad de interpretar con criterio la información adquirida. Ese cuadro puede conducir a un escenario de cantidades excesivas, inusuales e innecesarias de citas con determinados médicos específicos ante posibilidades ínfimas de contraer enfermedades. Eso no sólo provocaría una saturación en el sistema de salud sino que se podría llegar a ocupar el tiempo y la plaza de alguien que sí necesite alguna atención determinada.
"La medicina genómica estará cada vez más al alcance de los usuarios y los médicos tendrán que prepararse para eso", explicó la doctora británica Katherine Leask. Los enormes avances ya llevaron a varios centros de salud de Europa a crear departamento de ayuda a los usuarios, en los que se les proporciona información y a apoyo a aquellos que necesiten aprender a interpretar la información genómica.
El test de VIH al instante llegó a los barrios porteños https://t.co/n9D8i9Vfzb pic.twitter.com/5xU16Eaukh
— Tendencias (@InfobaeTrends) 15 de julio de 2016
¿Otro mecanismo de control?
La aparición de 23andme también generó controversia debido a su real fin en la humanidad. De hecho, la prestigiosa revista Scientific American publicó un artículo en el que denunció que su único objetivo no era proveer datos genéticos a los usuarios, sino "robarle" la información del ADN a la mayor cantidad de personas en el mundo: es decir, una variable científica de lo que también son acusadas plataformas como Google o Facebook.
Resultará paradójico que Wojcicki está casada con Sergei Brin, el fundador de Google. "Lo que el motor de búsqueda es a Google, el servicio personal de información genómica es a 23andme", rezó el artículo.
"Es mucho más que un consejo médico: es la puerta de entrada a un mundo en el que las grandes corporaciones tendrán acceso a los contenidos más relevantes sobre las células humanas y en el que las farmacéuticas, grandes laboratorios y las aseguradoras sabrán más sobre el organismo que el propio portador de ese cuerpo humano", añadió.