La exposición a la bacteria Escherichia coli en aguas contaminadas puede causar infecciones intestinales, cuyos síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre.
En Brasil ya funciona un sistema que permite conocer cuál es el estado de “balneabilidad” de las playas, es decir, si son seguras para bañarse, regiones costeras como las de Florianópolis o el Balneario Camboriú.
Se trata de una herramienta que fue diseñada para dar seguridad sanitaria a los bañistas. Permite evaluar la calidad del agua en playas y otros cuerpos acuáticos y tomar decisiones informadas para evitar los lugares en los que los niveles de la bacteria sean altos.
El sistema fue implementado en varias regiones de Brasil y analiza periódicamente los niveles del patógeno para determinar si el agua es apta para actividades recreativas.
En Santa Catarina, el estado donde se encuentran las playas de Florianópolis y Balneario Camboriú, el Instituto del Medio Ambiente (IMA) se ocupa de hacer un monitoreo semanal desde octubre a marzo.
Los resultados se publican en informes que clasifican los puntos de monitoreo como “aptos” o “no aptos” para bañarse (en portugués, “propio” o “impróprio”).
Un punto es considerado apto si más del 80% de las muestras de las últimas cinco semanas presentan niveles aceptables de contaminación.
El sistema permite a las autoridades identificar áreas de riesgo y tomar medidas correctivas, como cerrar playas o mejorar la infraestructura de saneamiento.
También se advierte a los usuarios evitar playas después de lluvias intensas o cerca de desagües pluviales, donde el agua puede estar contaminada.
Qué se detectó en Florianópolis
En la última semana analizada, Florianópolis registró un descenso en el número de puntos aptos para bañarse. Según el informe del IMA, de los 87 puntos monitoreados, 56 fueron clasificados como aptos, lo que equivale al 64,37%.
Esto refleja una disminución respecto a la semana anterior, cuando el 71,26% de los puntos eran considerados aptos.
Además de los resultados sobre la calidad del agua, Florianópolis ha enfrentado un aumento significativo en los casos de virosis gastrointestinales.
Según la Secretaría Municipal de Salud, los registros recientes superan la media histórica de los últimos cinco años, una situación que se considera un brote debido al número de personas afectadas en un corto período.
El especialista en inmunología y microbiología Oscar Bruna-Romero, de la Universidad Federal de Santa Catarina, señaló a CNN Brasil que esas virosis son frecuentemente causadas por norovirus, un agente transmitido por vía oral-fecal.
La transmisión puede ocurrir al ingerir pequeñas cantidades de agua contaminada, alimentos inseguros o incluso hielo preparado con agua no tratada.
Entre los síntomas reportados figuran vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre, aunque la mayoría de los casos son leves y no requieren hospitalización.
Para evitar la propagación de esos brotes, las autoridades recomiendan reforzar la higiene de manos, consumir alimentos y bebidas de fuentes confiables y verificar las condiciones del agua antes de ingresar al mar.
Qué se detectó en otras playas
El último monitoreo del IMA, que fue publicado el 3 de enero pasado, evaluó 238 puntos del litoral catarinense. Indicó que solo 151 (63,45%) son aptos para el baño, una reducción respecto al 71,43% registrado la semana anterior.
Esta caída en la calidad del agua es atribuida en parte a las lluvias recientes, que arrastran contaminantes hacia el océano.
En Balneario Camboriú, una de las playas más populares de Santa Catarina, la situación varía significativamente según la ubicación.
Por ejemplo, la Praia Central cuenta con seis puntos clasificados como aptos, como los ubicados “frente a la Rua 51″ y “frente a la Rua 4000″. Sin embargo, otros cuatro puntos en la misma playa fueron considerados “no aptos” porque están afectados por problemas persistentes cerca de desagües pluviales.
En otros estados, como San Pablo, la situación es igualmente preocupante. En ciudades como Guarujá y Praia Grande, se reportaron casos de enfermedades gastrointestinales asociados al contacto con agua contaminada.
Se atribuye este fenómeno al aumento del flujo turístico durante el verano y al calor intenso, que favorecen la proliferación de microorganismos.
La Secretaría de Salud de San Paulo también señaló que, en muchas ocasiones, los casos de gastroenteritis son causados por el consumo de agua o alimentos contaminados.
Por este motivo, enfatizan la importancia de evitar playas con advertencias de calidad del agua y consultar reportes actualizados como los publicados por la Compañía Ambiental del Estado de San Pablo (Cetesb).