JUEVES, 19 de diciembre de 2024 (HealthDay News) -- Las personas preocupadas por estar desarrollando demencia tienen pocas opciones para detectar su declive cerebral antes de que sea demasiado tarde.
Pero un nuevo análisis de sangre podría ser capaz de detectar cambios tempranos que terminan conduciendo al deterioro cognitivo y la demencia.
La prueba analiza una proteína que parece desempeñar un papel en la capacidad de los medicamentos, los nutrientes, el agua y otras sustancias para pasar a través de las paredes de un vaso sanguíneo.
Los niveles más altos de esta proteína, el factor de crecimiento placentario (PlGF, por sus siglas en inglés), podrían ser una señal de advertencia de un posible declive en la función cerebral, reportaron los investigadores en la edición del 18 de diciembre de la revista Alzheimer's & Dementia.
"El PlGF podría usarse como una herramienta de detección rentable para identificar a los pacientes en riesgo de lesión cerebral vascular antes del inicio insidioso del deterioro cognitivo", señaló en un comunicado de prensa de la Universidad el investigador principal, el Dr. Kyle Kern, neurólogo vascular de la universidad.
"Como una simple prueba de sangre, esa herramienta sería valiosa no solo para los pacientes y los médicos, sino también para los investigadores que identifican a los pacientes para los ensayos clínicos", añadió Kern.
Los vasos sanguíneos permeables que permiten que el líquido y las bioquímicas inflamatorias se filtren en el tejido cerebral se han reconocido cada vez más como un impulsor clave del deterioro cognitivo y la demencia, señalaron los investigadores en las notas de respaldo.
Desafortunadamente, este problema de salud cerebral se diagnostica actualmente mediante IRM, que tienden a detectarlo después de que el daño se haya producido, añadieron los investigadores.
Para este estudio, los investigadores analizaron muestras de sangre y resonancias magnéticas de 370 adultos mayores con una edad promedio de 72 años.
Los resultados mostraron que los niveles más altos de PIGF se asociaron con más agua en el cerebro y más cambios en la materia blanca que se han asociado con un mayor envejecimiento cerebral.
La evidencia también sugiere que las personas con estos cambios cerebrales obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas.
La detección temprana de los cambios cerebrales relacionados con la demencia podría permitir a los médicos desarrollar o aplicar tratamientos que podrían proteger la salud del cerebro, apuntaron los investigadores.
"Idealmente, la PlGF podría usarse para evaluar a las poblaciones más jóvenes para quienes los tratamientos actualmente disponibles y las modificaciones en el estilo de vida podrían prevenir o revertir los efectos nocivos de la lesión vascular antes del inicio de la disfunción cognitiva", anotaron los investigadores.
Sin embargo, añadieron que se necesita más investigación para asegurarse de que el PIGF sea un medio sólido para predecir la demencia.
Más información
La Fundación Americana del Cerebro (American Brain Foundation) ofrece más información sobre la enfermedad de los vasos cerebrales pequeños.
FUENTE: UCLA, comunicado de prensa, 18 de diciembre de 2024