El reciente trasplante de un riñón de cerdo modificado genéticamente a una mujer en Estados Unidos marcó un hito en el campo de los xenotrasplantes, ya que acerca esta tecnología a su posible uso en ensayos clínicos formales.
El procedimiento, realizado el 25 de noviembre en el hospital NYU Langone Health y dado a conocer hoy, refleja el potencial de esta alternativa para aliviar la crisis global de escasez de órganos.
La receptora, Towana Looney, una mujer de 53 años residente de Alabama, había estado en lista de espera para un trasplante de riñón desde 2017.
A fines de los años noventa, Looney había donado uno de sus riñones a su madre, pero con el tiempo, su único riñón comenzó a fallar debido a complicaciones derivadas de la hipertensión. La presencia de niveles altos de anticuerpos en su sangre redujo considerablemente las probabilidades de encontrar un donante humano compatible, lo que la llevó a optar por este procedimiento experimental.
“Estoy muy feliz. Me siento bendecida por haber recibido este regalo, una segunda oportunidad en la vida”, declaró Looney durante una conferencia de prensa en Nueva York. La paciente también destacó los cambios inmediatos en su bienestar: “Estoy llena de energía, tengo un apetito que nunca había tenido en ocho años. Es como si pudiera sentir la sangre bombeando por mis venas”.
El procedimiento y los avances genéticos
Este trasplante es el tercero en su tipo realizado con éxito en un ser humano vivo. El equipo de NYU Langone utilizó un riñón proveniente de un cerdo genéticamente modificado por la empresa biotecnológica Revivicor, la misma firma responsable de avances anteriores en el campo de los xenotrasplantes.
En este caso, el órgano tenía diez alteraciones genéticas, que incluyeron la eliminación de moléculas que activan el sistema inmunológico humano y el receptor de la hormona del crecimiento de los cerdos, que lo hace más compatible con el cuerpo humano.
El doctor Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes de NYU Langone, celebró el logro y destacó su importancia: “Realmente nos permite tener una mejor idea de qué esperar de los ensayos clínicos, que involucrarán a pacientes que tienen una mejor salud general”. La situación de Looney, aunque compleja, ofrece un panorama más estable para evaluar los resultados a largo plazo, incluyendo la posibilidad de rechazo, la durabilidad del órgano y las diferencias funcionales con respecto a un riñón humano.
El riñón trasplantado a Looney no solo funcionó de inmediato, sino que también eliminó la necesidad de diálisis por primera vez en más de ocho años. Fue dada de alta del hospital el 6 de diciembre y continúa siendo monitoreada con dispositivos portátiles que registran constantes vitales como la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Su recuperación rápida sorprendió incluso a su equipo médico.
El contexto de la escasez de órganos
Actualmente, más de 103.000 personas esperan un trasplante en Estados Unidos, de las cuales la mayoría necesita un riñón. Las estadísticas federales indican que 17 personas mueren cada día debido a la falta de órganos disponibles. Esta crisis ha llevado a los científicos a buscar alternativas innovadoras como los xenotrasplantes, es decir, el uso de órganos animales en seres humanos.
David Ayares, presidente y director científico de Revivicor, destacó el objetivo a largo plazo de la investigación: “El objetivo es un suministro ilimitado de órganos. Estamos tratando de resolver la crisis de escasez de órganos”. La visión de la empresa incluye la cría de cerdos modificados genéticamente en granjas especializadas para proporcionar órganos como riñones, corazones e hígados.
Sin embargo, la implementación de esta tecnología a gran escala enfrenta críticas y desafíos éticos. Los bioeticistas advierten que es fundamental evaluar rigurosamente la seguridad y eficacia de los xenotrasplantes antes de avanzar a ensayos clínicos formales. Michael Gusmano, de la Universidad de Lehigh, señaló que los procedimientos actuales bajo “usos compasivos” son útiles para la investigación, pero no generan resultados generalizables debido a las condiciones variables de cada paciente.
Por su parte, Karen Maschke, bioeticista del Hastings Center, advirtió que “es difícil sacar conclusiones sobre la seguridad y eficacia de los xenotrasplantes cuando se utilizan cerdos con diferentes modificaciones genéticas”. La estandarización será clave para el éxito de futuros ensayos clínicos.
Cuestiones de seguridad y ética
Uno de los principales desafíos de los xenotrasplantes es el riesgo de que los órganos animales transmitan virus a los seres humanos. Por ejemplo, un tipo de retrovirus conocido como PERV ha generado preocupación entre los expertos en salud pública. Ayares aseguró que Revivicor ha implementado pruebas exhaustivas para mitigar estos riesgos, incluyendo exámenes periódicos al personal quirúrgico.
Aunque la investigación sobre xenotrasplantes ha experimentado un renacimiento en los últimos años, los procedimientos siguen siendo experimentales y sólo están disponibles para pacientes demasiado enfermos como para ser elegibles para recibir un órgano humano.
Aun así, críticos como el bioeticista Dale Johnson, de la Universidad SUNY Upstate, sostienen que los riesgos no están completamente comprendidos: “Es imposible predecir cuáles podrían ser las consecuencias para la salud pública si se produce una transmisión de un virus porcino de persona a persona”.
Además, señala la preocupación por la posibilidad de que los cerdos se conviertan en hospederos de virus como el H5N1 (gripe aviar), lo que podría agravar el riesgo en pacientes inmunodeprimidos.
El bienestar animal también es objeto de debate. Johnson criticó el uso de cerdos modificados genéticamente: “La modificación genética es un intento de encajar una clavija cuadrada en un agujero redondo, pero, ¿qué efectos produce esto en el cerdo? ¿Cómo afecta a su salud?”.
Un cambio en la vida de Looney
A pesar de las interrogantes éticas y científicas, el progreso de Towana Looney representa una luz de esperanza para miles de pacientes en situación crítica. Su recuperación ha sido más rápida de lo esperado y, tras dejar el hospital, se encuentra en un apartamento cercano donde continuará bajo monitoreo diario durante tres meses.
“Me siento como una persona completamente nueva, como si hubiera tenido una segunda oportunidad en la vida”, expresó Looney. Los síntomas que la aquejaban antes de la operación, como la fatiga crónica y la hinchazón, han desaparecido. “No tengo debilidad, ni cansancio, ni fatiga… Puedo comer más, beber más, caminar distancias más largas. Es increíble”.
Tanto Revivicor como su rival eGenesis están trabajando para llevar sus órganos a ensayos clínicos formales. Revivicor podría iniciar pruebas en 2025 si recibe la aprobación de la FDA.
En septiembre, eGenesis recaudó 191 millones de dólares adicionales para avanzar con sus riñones de cerdo modificados con CRISPR hacia la fase de pruebas en humanos. El director ejecutivo Mike Curtis dijo a STAT que espera que la empresa solicite a la FDA permiso para iniciar un ensayo formal en la segunda mitad de 2025.
Se necesitarán años de ensayos clínicos para demostrar si el xenotrasplante realmente podría funcionar en los pacientes y ser una solución viable para la escasez de órganos del país. En este momento, más de 100.000 personas están en la lista de espera de trasplantes en Estados Unidos, la mayoría de las cuales necesitan un riñón.
Mientras tanto, Looney mira hacia el futuro con optimismo y entusiasmo. “Quiero ir a Disneyworld”, afirmó entre risas, mientras disfruta de las pequeñas victorias cotidianas que su nuevo riñón le ha permitido recuperar.