Un equipo multidisciplinario del Hospital Garrahan llevó a cabo un procedimiento histórico: un trasplante de hígado en un niño de dos años con un órgano proveniente de un donante pediátrico en asistolia, es decir, con cese irreversible de la actividad cardíaca. Este avance posiciona a la Argentina como pionera en Latinoamérica y marca un hito en la medicina pediátrica. El receptor, que se encontraba en grave estado y en lista de emergencia nacional, evoluciona favorablemente tras la cirugía.
La donación en asistolia amplía las opciones para la obtención de órganos, ya que tradicionalmente se autorizaban los provenientes de personas declaradas con muerte encefálica. Sin embargo, actualmente en el país los pacientes en asistolia controlados también pueden ser considerados candidatos para la donación, siempre bajo un protocolo que requiere la decisión conjunta entre el equipo médico y la familia del paciente. Este enfoque adquiere una relevancia especial en el ámbito pediátrico, donde el número de donantes vivos es limitado.
El procedimiento, que se realizó el pasado viernes 29, requirió la colaboración entre los hospitales Garrahan y Posadas, bajo la supervisión del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), y el trabajo simultáneo de más de 50 profesionales de distintas disciplinas. La ablación del órgano incluyó el uso de una bomba de circulación extracorpórea para evaluar la viabilidad del hígado y los riñones. Finalmente, el implante concluyó con éxito, dando esperanza a un paciente cuyo acceso a un donante vivo había sido inviable.
Donación en asistolia: qué es y por qué es clave que se haya logrado en pediatría
La donación en asistolia permite la obtención de órganos de donantes con paro cardíaco irreversible. A diferencia de la muerte encefálica, en este caso la pérdida de las funciones circulatorias se certifica como criterio de fallecimiento. Este procedimiento incluye:
- Definición del donante: en asistolia controlada, se decide el retiro de soporte vital tras consenso médico y familiar.
- Ablación de órganos: una vez certificada la muerte, se inicia la extracción mediante técnicas avanzadas como circulación extracorpórea.
- Evaluación y trasplante: los órganos se someten a pruebas de viabilidad antes de ser implantados.
Esta técnica no solo amplía el grupo de posibles donantes, sino que responde a la creciente demanda de órganos en pacientes pediátricos y adultos.
Cómo es el protocolo de donación en asistolia en Argentina
El Protocolo de Donación en Asistolia, implementado mediante la Resolución 327/2023 del Incucai, establece los lineamientos para la extracción de órganos bajo este criterio. Entre sus disposiciones destacan:
- Participación de especialistas: intensivistas, cirujanos, perfusionistas y otros profesionales garantizan un procedimiento ético y técnico.
- Marco regulatorio: el proceso está respaldado por la Ley 27.447, que define la certificación de muerte en casos de cese irreversible de funciones circulatorias o encefálicas.
- Colaboración institucional: organismos como la Comisión Federal de Trasplantes (COFETRA) y comités de bioética supervisan el cumplimiento del protocolo.
Este avance médico se logra gracias a la cooperación de instituciones como la Sociedad Argentina de Trasplante y la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, que contribuyeron con sus conocimientos especializados.
El rol del Incucai y los equipos médicos
El Incucai es el organismo responsable de la coordinación nacional de trasplantes en Argentina. Su misión principal es garantizar la equidad y transparencia en la distribución de órganos, tejidos y células, y en el marco de la donación en asistolia, tuvo un papel crucial en la implementación del protocolo y en la supervisión de los procedimientos.
Para el trasplante reciente, el Incucai no solo facilitó la coordinación entre los hospitales involucrados, sino que también garantizó que los estándares éticos y técnicos fueran rigurosamente cumplidos. El equipo de trabajo estuvo compuesto por más de 50 profesionales de distintas áreas, incluyendo intensivistas, cirujanos, perfusionistas y enfermeros, quienes trabajaron juntos en los hospitales Garrahan y Posadas. Este tipo de procedimientos requiere una sincronización meticulosa, dado que el tiempo es un factor crucial, especialmente en casos de donantes en asistolia.
Además, el Incucai supervisó la parte administrativa y regulatoria del proceso, asegurándose de que la Ley 27.447 de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células se cumplieran al pie de la letra. Esta ley establece, en su artículo 36, los criterios de muerte tanto encefálica como circulatoria, y regula las condiciones para la donación de órganos, lo que marca un precedente importante en la evolución de los trasplantes en Argentina.
Contexto del trasplante de órganos en Argentina
Argentina fue siempre pionera en Latinoamérica en muchos aspectos del trasplante de órganos, y el avance en la donación en asistolia es un paso más hacia la optimización de las posibilidades de acceso a órganos para quienes están en espera. La Ley 27.447, que regula la donación de órganos, tejidos y células, permitió que el país avance significativamente en este terreno. A través de esta ley, se establece un marco legal que define los procedimientos para la extracción y trasplante de órganos en casos de muerte encefálica y, más recientemente, en donantes con cese irreversible de la actividad cardíaca.
La introducción de la donación en asistolia amplía las opciones disponibles, ya que, habitualmente, los órganos solo podían ser extraídos de personas declaradas con muerte encefálica. Sin embargo, en muchos casos, los pacientes en asistolia controlados pueden ser candidatos a la donación, siempre bajo un protocolo que involucra la decisión conjunta entre el equipo médico y la familia del paciente. Este enfoque es particularmente valioso para los niños, ya que hay una creciente demanda de órganos pediátricos, pero la cantidad de donantes vivos es limitada.
Uno de los aspectos más innovadores es el protocolo de donación en asistolia controlada, aprobado por la Resolución 327/2023 del Incucai, que establece las pautas y procedimientos específicos para la extracción de órganos de donantes cuyo fallecimiento fue certificado por el cese irreversible de la función circulatoria. Este protocolo marca un avance crucial en la ampliación de las opciones para trasplantes, permitiendo que órganos que antes no podían ser aprovechados sean ahora viables para trasplante, lo que aumenta significativamente el número de donantes disponibles, especialmente en una población pediátrica con alta demanda.