Más de 55 millones de personas en todo el mundo viven con alguna forma de demencia y las proyecciones indican que para el año 2050 los casos se duplicarán a medida que la población envejece, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En América Latina, en tanto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que esta patología afecta a más de 10 millones personas. Ahora, un reciente estudio descubrió que en un tipo específico de demencia, la frontotemporal, los pacientes pierden la capacidad de empatizar con los demás debido a que experimentan una atrofia progresiva en los lóbulos frontales del cerebro. Un signo que podría convertirse en una manifestación para un diagnóstico precoz.
Este tipo de demencia, que representa un porcentaje reducido de los casos globales y también se denomina degeneración lobular frontotemporal (FTLD) o enfermedad de Pick, tomó relevancia internacional luego de que el actor Bruce Willis fuera diagnosticado con esta patología neurodegenerativa, que se hizo pública en 2023. La enfermedad se distingue por su impacto directo en la capacidad de los pacientes para comprender y responder emocionalmente a los demás, lo que afecta sus relaciones sociales y familiares. La duración de la progresión varía de 2 a más de 20 años y la esperanza de vida promedio es de 7 a 13 años después del inicio de los síntomas.
El reciente hallazgo, que fue realizado por investigadores del Karolinska Institutet en Suecia, junto con colaboradores de la Universidad de Lund explora cómo las personas con demencia frontotemporal muestran una actividad cerebral significativamente diferente a la de personas sanas al presenciar el sufrimiento de otros. El estudio, que fue publicado en la revista JAMA Neurology, muestra que las áreas del cerebro responsables de la empatía no se activan en los pacientes con demencia frontotemporal, lo que refuerza la conexión entre los cambios cerebrales y la pérdida de empatía observada en el comportamiento de los pacientes.
El impacto de la actividad cerebral en la empatía de los pacientes con demencia frontotemporal
La demencia frontotemporal es responsable del 10 al 20% de los casos de demencia en personas menores de 65 años y se caracteriza principalmente por una pérdida de la capacidad de empatizar con los demás, junto con cambios profundos en la personalidad y el comportamiento, según Mayo Clinic. Los afectados pueden mostrar comportamientos socialmente inapropiados, como la pérdida de la inhibición y la falta de empatía hacia los sentimientos ajenos, los cuales son progresivos y suelen empeorar con el tiempo. Además, es común que presenten apatía, lo que se confunde a menudo con depresión.
Además, las personas con demencia frontotemporal también pueden desarrollar trastornos en el lenguaje, como dificultades para encontrar las palabras correctas o problemas con la estructura gramatical. Estos síntomas se presentan de manera diferente según el subtipo de la enfermedad, pero todos comparten una característica común: la pérdida progresiva de las habilidades que antes permitían una interacción social adecuada.
Uno de los descubrimientos más destacados de este estudio, que se realizó mediante resonancia magnética funcional (fMRI) para observar cómo se activa el cerebro de los pacientes al ver imágenes de personas atravesadas por agujas, es que las personas con demencia frontotemporal no activan las redes cerebrales responsables de la empatía y la compasión cuando se enfrentan a estímulos que generalmente provocan esta respuesta en personas sanas.
“No obtienen ninguna activación de las redes en las partes frontales del cerebro que se activan en el grupo de control con individuos sanos de la misma edad,” explicó en un comunicado de prensa Olof Lindberg, investigador principal del estudio. Este hallazgo es significativo porque confirma de manera científica lo que los familiares de los pacientes suelen observar: la pérdida de la capacidad de empatizar con otros.
En palabras de Lindberg, “lo que es particularmente interesante es que hemos podido correlacionar esta medida de la actividad cerebral de los pacientes con cómo los familiares evalúan su falta de empatía. Se encontró una fuerte correlación, y es importante. Esto demuestra que lo que sucede en el cerebro está realmente relacionado con el comportamiento de la persona”.
El estudio empleó tecnología de resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la actividad cerebral de los 28 pacientes participantes, quienes fueron comparados con un grupo control de individuos sanos de la misma edad. A través de esta técnica, se les mostró imágenes que representaban situaciones dolorosas, como manos atravesadas por agujas, lo que normalmente activa las áreas cerebrales relacionadas con el sufrimiento y la empatía. Sin embargo, mostraron una respuesta muy diferente.
“La falta de activación cerebral en estos pacientes es un claro indicio de la desconexión en las redes neuronales que normalmente se activan ante el sufrimiento ajeno,” afirmó Lindberg. Este hallazgo también tiene implicaciones prácticas en el tratamiento y cuidado de las personas con demencia frontotemporal, ya que “esto capta un síntoma clave en los pacientes y, con una falta de empatía, naturalmente se vuelve más difícil actuar socialmente. Por lo tanto, puede afectar a la evaluación de si uno debe recibir cuidados en casa, por ejemplo”.
Este aspecto tiene implicaciones tanto para los cuidadores como para los profesionales de la salud, que deben estar preparados para abordar los desafíos que surgen de esta desconexión emocional y social.
Actividad cerebral y empatía: un hallazgo determinante en la demencia frontotemporal
El reciente estudio, que reveló que los pacientes con DFT no muestran la misma activación cerebral que los individuos sanos, demostró una desconexión en las áreas cerebrales responsables de la empatía; pero también logró relacionar estas observaciones con la percepción de los familiares sobre el comportamiento de los pacientes.
En ese sentido, Lindberg afirmó que “lo que es particularmente interesante es que hemos podido relacionar esta medida de la actividad cerebral de los pacientes con cómo los familiares evalúan su falta de empatía. Se encontró una fuerte correlación, y es importante”.
Según se desprende de la palabra de los expertos, el trabajo liderado por Lindberg y Alexander Santillo, y realizado en colaboración con los hospitales Karolinska Huddinge, Lund y Umeå; podría tener derivaciones en el diagnóstico temprano de la enfermedad, además de que los profesionales de la salud podrían adaptar mejor los planes de cuidado, al identificar a los pacientes que se beneficiarían con un seguimiento más cercano.
“Esto capta un síntoma clave en los pacientes y, con una falta de empatía, naturalmente se vuelve más difícil actuar socialmente. Por lo tanto, puede afectar a la evaluación de si uno debe recibir cuidados en casa, por ejemplo”, resaltó Lindberg. Además, los hallazgos apuntan a que la evaluación de la actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional (fMRI) podría convertirse en una herramienta útil al momento de diagnosticar la enfermedad de manera más certera.
En ese sentido, desde Mayo Clinic destacan que los factores de riesgo se centran en contar con antecedentes familiares de demencia, aunque más de la mitad de las personas diagnosticadas con demencia frontotemporal no cuenta con ellos, por lo cual otros factores genéticos o ambientales también podrían estar involucrados.