LUNES, 2 de diciembre de 2024 (HealthDay News) -- El daño cerebral relacionado con las conmociones cerebrales puede combinarse con unos antecedentes familiares de enfermedad mental para hacer que algunos atletas y personal militar sean propensos a la agresión y la violencia en la mediana edad, señala un estudio reciente.
Las personas con encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés) tienen un mayor riesgo de cambios de humor y demencia, pero este estudio muestra que la agresión es otro riesgo que plantea la afección.
"Este parece ser un caso en el que estos factores de riesgo juntos se suman a un mayor riesgo de agresión que cada uno por separado, donde las personas con ETC y antecedentes familiares de enfermedad mental son mucho más propensas a tener un comportamiento agresivo que las que solo tienen ETC o solo antecedentes familiares", dijo el investigador , el Dr. Jesse Mez. un profesor asociado de neurología de la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la Universidad de Boston, señaló en un comunicado de prensa.
Algunos casos individuales ya han puesto de relieve el posible vínculo entre la encefalopatía traumática crónica y la violencia.
Por ejemplo, el ex ala cerrada de los New England Patriots, Aaron Hernández, se ahorcó en la cárcel a los 27 años tras ser condenado por el asesinato de un amigo. La autopsia de su cerebro reveló que estaba plagado de daños por encefalopatía traumática crónica, particularmente en las regiones asociadas con la toma de decisiones y el juicio.
En este estudio, los investigadores observaron a 845 hombres expuestos a impactos repetitivos en la cabeza a través de deportes de contacto o el servicio militar, incluidos 329 que jugaban fútbol profesional. Todos donaron sus cerebros a la investigación después de la muerte.
Alrededor de un 70 por ciento tenían encefalopatía traumática crónica, y un 45 por ciento tenían antecedentes familiares de enfermedad mental, apuntaron los investigadores.
El equipo de investigación entrevistó a la familia sobre el comportamiento agresivo de cada hombre y si algún pariente cercano había sido diagnosticado alguna vez con depresión mayor, trastorno bipolar, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo o cualquier otra enfermedad mental o del estado de ánimo.
Los resultados muestran que los hombres con encefalopatía traumática crónica y antecedentes familiares de enfermedades mentales eran más propensos a tener discusiones o peleas físicas con otras personas.
"Esta relación fue más sorprendente para los participantes que murieron entre los 40 y los 59 años", dijo Mez.
La asociación se mantuvo incluso después de tomar en cuenta otros factores de riesgo, como el total de años que practicaban deportes de contacto o servían en el ejército, apuntaron los investigadores.
Sin embargo, las personas sin encefalopatía traumática crónica no tenían un mayor riesgo de comportamiento agresivo, incluso si tenían antecedentes familiares de enfermedad mental.
"El vínculo entre los antecedentes familiares de enfermedad mental y la agresión podría ser a través de un trasfondo genético compartido, y también a través del ambiente compartido y las conductas comunes, como las experiencias de la niñez con los miembros de la familia", dijo Mez.
"Identificar a las personas que son más propensas a mostrar síntomas de agresión según los antecedentes familiares de enfermedad mental nos daría una forma de predecir las consecuencias de la encefalopatía traumática crónica e identificar quiénes podrían beneficiarse más de las opciones de tratamiento", añadió.
El nuevo estudio aparece en la edición del 27 de noviembre de la revista Neurology.
Más información
La Concussion Legacy Foundation ofrece más información sobre la CTE.
FUENTE: Academia Americana de Neurología (American Academy of Neurology), comunicado de prensa, 27 de noviembre de 2024