El Día Mundial del Sida es una oportunidad para reflexionar sobre los avances y desafíos en la respuesta ante el VIH. En la actualidad, no existe cura para la infección por VIH. Sin embargo, gracias al acceso a la prevención, diagnóstico, tratamiento y atención eficaces, la infección se convirtió en una enfermedad crónica controlable que permite a las personas que viven con él llevar una vida larga y saludable.
Vale destacar que VIH se refieren al virus inmunodeficiencia humana y a la infección que causa, mientras que SIDA significa síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Es decir, cuando se desarrolla la patología. Hoy, el tratamiento crónico evita que el virus se multiplique y destruya las defensas del cuerpo. Esto permite a las personas con VIH tener una calidad y expectativa de vida similar a quienes no tienen el virus.
Dentro de los muchos avances y adelantos que se han producido se encuentra un concepto que cambió el paradigma del VIH: indetectable=intransmisible.
¿Qué significa? Según explica la Fundación Huésped, organización argentina sin fines de lucro creada para luchar contra el VIH, si una persona adhiere al tratamiento de manera correcta y mantiene la carga de virus indetectable por más de 6 meses, no transmite el virus por vía sexual. Esto significa que la cantidad de patógenos en sangre es tan poca que los análisis no lo detectan. Por eso, “si es indetectable, es intransmisible”.
Asimismo, según los últimos datos emitidos por OnuSida, dependiente de las Naciones Unidas, en 2023, el 72 % de todas las personas que vivían con el VIH y recibían tratamiento antirretroviral lograron la supresión viral, lo que significa que su carga viral era indetectable y, por ende, no transmisible. Este porcentaje se eleva al 94 % entre los hombres adultos que tienen acceso al tratamiento y al 94 % entre las mujeres que reciben atención. En tanto, entre los niños de 0 a 14 años, solo el 84 % de quienes reciben tratamiento alcanzaron esta meta. Es más, se estima que alrededor de 13 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo no tuvieron acceso al tratamiento el mismo año, lo que impide alcanzar el potencial completo de la estrategia I=I a nivel global.
Sin embargo, la entidad advierte que si se suspende el tratamiento, esta condición se anula y no se aplica a la transmisión por sangre o leche materna, siendo que alcanzar esta denominación, para muchas personas que viven con el VIH, les ha cambiado la vida. De acuerdo a la entidad, entre 2007 y 2016 se llevaron a cabo tres amplios estudios sobre la transmisión sexual del VIH entre miles de parejas en las que uno de los componentes vivía con el VIH y el otro no.
“En dichos estudios no se produjo ni un solo caso de transmisión sexual del VIH de una persona que viviera con el VIH con supresión vírica a su pareja seronegativa. No obstante, la campaña informativa advierte de que la única forma de saber si se presenta supresión vírica es mediante la realización de una prueba de carga vírica”, señala OnuSida. La entidad resalta, además, que para muchas personas que viven con el VIH, la noticia de que ya no pueden transmitirlo les ha cambiado la vida.
“Además de poder elegir entre tener relaciones sexuales con o sin preservativo, muchas personas que viven con el VIH y tiene supresión vírica se sienten liberadas del estigma que conlleva vivir con el virus. Saber que ya no pueden transmitir el VIH en sus relaciones sexuales puede facilitar que muchas personas que viven con el virus se sientan comprometidas con la prevención a la hora de abordar sus relaciones”, detalló OnuSida.
Esta iniciativa, generada a partir de evidencia científica sólida, es respaldada por organizaciones de la sociedad civil y por entidades científicas internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro de Control de y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, del inglés Centers for Disease Control and Prevention), la Sociedad internacional de Sida (IAS, por sus siglas en inglés), la Asociación Internacional de Proveedores de Atención al Sida (IAPAC), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), entre otras.
Más allá de lo indetectable
El trasplante de médula ósea marcó un avance clave en la búsqueda de una cura para el VIH. Algunos pacientes alcanzaron una remisión completa, donde el virus no reaparece en el organismo y la medicación deja de ser necesaria. Este estado difiere de ser “indetectable”, que millones de personas logran con tratamientos antirretrovirales, ya que en estas personas el virus parece haber sido eliminado o reducido a niveles no funcionales, lo que representa un paso crucial en la lucha contra la enfermedad.
Estos casos, aunque esperanzadores, siguen siendo excepcionales. Los trasplantes de médula ósea solo son posibles en personas con enfermedades graves como leucemias. Además, requieren donantes compatibles con mutaciones genéticas específicas, como la mutación CCR5 Delta 32, que bloquea la entrada del VIH en las células. Estas limitaciones impiden que el procedimiento sea una solución para la mayoría de las personas con VIH. Es por eso que, hasta el momento, se han documentado 7 casos.
- Timothy Ray Brown, el primer paciente de Berlín. Diagnosticado con VIH en 1995 y con leucemia mieloide aguda en 2006, recibió un trasplante de células madre en 2007 de un donante con dos copias de la mutación CCR5 Delta 32. En 2008 fue declarado curado, convirtiéndose en el primer caso registrado de remisión total del virus. Falleció en 2020 debido a una recaída de la leucemia, no relacionado con el VIH.
- Adam Castillejo, el paciente de Londres. Diagnosticado con VIH en 2003 y con linfoma de Hodgkin en 2012, recibió un trasplante de células madre en 2016 de un donante con la mutación CCR5 Delta 32. En 2019 se confirmó que estaba libre del virus, marcando el segundo caso documentado de remisión completa del VIH.
- El paciente de Düsseldorf. Diagnosticado con VIH y leucemia mieloide aguda, recibió un trasplante de células madre en 2013 de un donante con la mutación CCR5 Delta 32. En 2019 dejó la terapia antirretroviral y, en 2023, los médicos confirmaron que no presentaba rastros activos del virus. Este caso se considera una cura funcional.
- La paciente de Nueva York. Diagnosticada con VIH en 2013 y con leucemia mieloide aguda en 2017, recibió un trasplante de sangre de cordón umbilical con la mutación CCR5 Delta 32. En 2022 se reportó la ausencia del virus y de anticuerpos, convirtiéndose en la primera mujer en alcanzar este estado.
- El nuevo paciente de Berlín. Un hombre alemán de 60 años, diagnosticado con VIH en 2009 y con leucemia en 2015, recibió un trasplante en 2015 de un donante con una sola copia de la mutación CCR5 Delta 32. En 2018 dejó los antirretrovirales y, en 2023, no presenta carga viral detectable. Este caso ofrece esperanza, ya que se logró con una configuración genética más común.
- El paciente de Ginebra. Diagnosticado con VIH en 1990, recibió un trasplante de células madre en 2018 de un donante sin la mutación CCR5 Delta 32. Tras más de dos años sin medicación, en 2023 se informó que estaba libre del virus, siendo un caso único en el que la cura se alcanzó sin la mutación protectora.
- La paciente de Barcelona. Diagnosticada con VIH en 2006, logró controlar el virus de manera espontánea durante más de 15 años sin medicación y con carga viral indetectable. Este caso, que no incluyó trasplantes ni terapias experimentales, es único y se atribuye a características especiales de su sistema inmunológico. Aunque no se considera una “cura” en el sentido clásico, su control del virus ofrece claves para explorar nuevas estrategias terapéuticas.
Es importante destacar que los investigadores son cautelosos al utilizar la palabra “cura” porque no está claro cuánto tiempo se necesita para seguir estos casos. En ese tono, la presidenta de la Sociedad Internacional del SIDA, Sharon Lewin, señaló que “más de cinco años en remisión significan que el hombre estaría cerca de ser considerado curado”.
La remisión sostenida de la infección está siendo investigada por los investigadores científicos de diferentes países para comprender mejor la interacción entre el virus y el organismo humano, y para contribuir al desarrollo de mejores tratamientos. Pero que existan esos casos de pacientes en remisión sostenida no significa que las personas con VIH tengan que dejar el tratamiento.
Sin bajar la guardia
Más allá de esta buena noticia, el VIH sigue dando pelea. “El incremento de las nuevas infecciones por VIH desde 2010 en América Latina, especialmente en poblaciones clave como hombres que tienen sexo con hombres, mujeres trans y trabajadoras sexuales, nos muestra que no podemos bajar la guardia”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al subrayar la necesidad urgente de implementar estrategias de prevención más accesibles y efectivas.
El VIH sigue siendo un problema de salud pública mundial, que se ha cobrado aproximadamente 42,3 millones de vidas hasta la fecha. La transmisión continúa en todos los países del mundo. La campaña “Mejor con PrEP” busca aumentar la conciencia sobre la PrEP, un medicamento altamente eficaz para prevenir el VIH cuando se toma de forma consistente. Aunque esta intervención preventiva está demostrada ser crucial para el control del VIH en la región, su adopción sigue siendo limitada.
“Hoy, hacemos un llamado a todos los países de la región a transformar la realidad del VIH con políticas inclusivas y ampliadas de PrEP. La eliminación del VIH es posible, pero solo si actuamos con valentía y compromiso”, agregó el doctor Barbosa.
En tanto, Sylvain Aldighieri, Director del Departamento de Prevención, Control y Eliminación de Enfermedades Transmisibles de la OPS, destacó: “El VIH sigue siendo un problema de salud pública en nuestra región, pero podemos cambiar el curso de la epidemia si integramos la prevención en la atención primaria de salud. La PrEP es una herramienta clave en esta lucha, y debemos garantizar que todos, especialmente las poblaciones en mayor riesgo, tengan acceso a ella de manera equitativa y sin discriminación”. El VIH/Sida es una de las más de 30 enfermedades transmisibles y condiciones relacionadas que la OPS busca eliminar para 2030 como parte de su Iniciativa de Eliminación.