Desde infecciones leves de garganta hasta afecciones severas, el Streptococcus dysgalactiae subsp. equisimilis (SDSE) provoca un amplio espectro de enfermedades en humanos. Un reciente estudio advirtió sobre un incremento en la incidencia de la presencia de esta bacteria, la cual puede, incluso, causar condiciones graves como la fascitis necrosante —una infección rápida y destructiva de los tejidos— y el síndrome de shock tóxico.
Según el trabajo, publicado en Clinical Microbiology Reviews y liderado por expertos del Instituto de Investigación Metodista de Houston, “el SDSE históricamente se describía como un patógeno que afectaba principalmente a los animales, pero esta percepción ha cambiado drásticamente con el aumento de los casos humanos”. En la investigación, se evidencia cómo la bacteria, que comparte características patogénicas con el Streptococcus pyogenes, evolucionó para provocar infecciones invasivas.
El SDSE puede colonizar diversas áreas del cuerpo, incluyendo la piel, la garganta y los tractos gastrointestinal y genital. Esta capacidad de instalarse en distintos tejidos aumenta el riesgo de infecciones agresivas, especialmente en personas con condiciones subyacentes como diabetes, cáncer o sistemas inmunológicos debilitados, quienes “presentan un riesgo elevado de complicaciones severas que pueden complicar el tratamiento y conducir a un pronóstico desfavorable”.
Pero a esta realidad se suma un aspecto aún más desafiante debido a la creciente resistencia que el SDSE ha desarrollado frente a los tratamientos convencionales. Es que, ya en abril de 2023, un estudio publicado en MDPI, observó un aumento significativo de las infecciones humanas por esta bacteria y destacó estos aspectos que en el trabajo recientemente publicado se dejan de manifiesto. Incluso, la investigación resalta la proliferación de subtipos específicos, como el stG62647.
El desafío de una bacteria en constante evolución y resistencia
El Streptococcus dysgalactiae subsp. equisimilis (SDSE) es un tipo de bacteria que pertenece al grupo de los estreptococos, conocidos por causar diversas infecciones en humanos. Este patógeno se clasifica como β-hemolítico debido a su capacidad para destruir glóbulos rojos, un fenómeno observable en pruebas de laboratorio. Además, el SDSE se identifica a través de los antígenos de Lancefield, que son moléculas presentes en su pared celular utilizadas para diferenciar las especies de estreptococos. En este caso, se asocia principalmente con los grupos C y G, lo cual ayuda a distinguirlo de otras bacterias dentro de su grupo.
“La familia Streptococcus es una familia donde hay muchos tipos de estreptococos. Este tipo, especialmente, es uno que se encuentra tanto en humanos como en distintos animales, que pueden ser domésticos o no. Cuando esta bacteria ingresa en el organismo, puede producir infecciones en la piel o una endocarditis en las válvulas del corazón, entre otras afecciones, que son realmente graves porque tienen un nivel de agresión alto”, explicó a Infobae el doctor Ricardo Teijeiro (MN 58065), infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Al tiempo que Lautaro de Vedia, médico infectólogo, especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva, y expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología, destacó en diálogo con Infobae que “el estreptococo es una de las bacterias más frecuentes, productora de faringitis, infecciones en la piel, por nombrar algunos. El Streptococcus pyogenes es el más común, pero ahora estos han empezado a crecer en los últimos años”. “Este estreptococo ha comenzado a crecer en los últimos años y se está viendo cada vez más. No hay una explicación clara de por qué, pero viene creciendo”, resaltó.
Lo cierto es que los investigadores advirtieron que las infecciones por SDSE representan un desafío clínico debido a su virulencia y creciente resistencia a los tratamientos antibióticos tradicionales. Un estudio, publicado en 2024, analizó 120 aislamientos del subtipo stG62647 recolectados en la región de Bretaña, Francia, entre 2010 y 2018. En su evaluación se demostró un notable aumento de las infecciones invasivas, ya que este subtipo está vinculado a “manifestaciones clínicas severas y una creciente resistencia a los antibióticos”. Hallazgos similares se reportaron en Alemania, donde un estudio de 2023 publicado en MDPI confirmó un patrón global de incremento en la incidencia de infecciones por este patógeno.
Los investigadores del Instituto de Investigación Metodista de Houston y la Universidad de Rennes destacaron que “este subtipo en particular ha mostrado una vinculación con manifestaciones severas y una resistencia creciente a los antibióticos, consolidándose como un factor clave en el incremento de infecciones invasivas”. Estos hallazgos reflejan una tendencia que, según la publicación, “se extiende más allá de Europa y resuena en otras regiones, donde también se ha reportado un aumento en los casos de SDSE”.
Aunque el SDSE comparte similitudes con el conocido Streptococcus pyogenes (GAS), responsable de faringitis y fiebre escarlatina, los factores que impulsan su patogenicidad siguen siendo poco comprendidos. Es por eso que investigaciones recientes lideradas, como la realizada por los expertos de Houston, señalan que “la comprensión de las diferencias genéticas y transcriptómicas podría arrojar luz sobre por qué ciertos subtipos, como el stG62647, demuestran una virulencia y resistencia al tratamiento superiores”.
De acuerdo con un estudio publicado en MDPI, en 2023, sobre las características epidemiológicas del SDSE en Alemania, “este patógeno ha mostrado un aumento constante en la incidencia de infecciones humanas, llegando a superar en algunos casos al Streptococcus pyogenes en determinadas regiones”. Asimismo, la capacidad de este patógeno de causar infecciones recurrentes en algunos pacientes se debe a su diversidad antigénica (su capacidad para variar los antígenos que el sistema inmunológico reconoce), una diversidad que está potenciada por la variabilidad en la región N-terminal de la proteína M, parte inicial de dicha proteína que actúa como el principal mediador de su virulencia, es decir, la capacidad del patógeno para provocar enfermedad.
Hasta la fecha, se han identificado más de cien tipos diferentes de gen emm, el gen que codifica la proteína M en SDSE. La distribución de estos tipos varía según la región geográfica, y ciertos subtipos, como el stG62647, han mostrado un predominio creciente en infecciones humanas. Estudios recientes destacaron que esta clase es la “más frecuente en la mayoría de los casos invasivos de SDSE notificados” en Alemania, reflejando un brote impulsado por mutaciones que han incrementado su virulencia, es decir, su capacidad para causar enfermedad grave.
Este subtipo en particular ha sido objeto de numerosos estudios, ya que se ha asociado con brotes y un aumento en la incidencia de infecciones invasivas. Las investigaciones han revelado que el éxito de ciertos subtipos, incluidos aquellos como el stG62647, podría deberse a mutaciones en los reguladores de virulencia, que son genes que controlan la capacidad del patógeno para colonizar y propagarse en los huéspedes.
Incidencia global e impacto en grupos vulnerables
En los últimos años, las infecciones por Streptococcus dysgalactiae subsp. equisimilis (SDSE) muestran un incremento que preocupa a la comunidad médica internacional. Diversos estudios destacan que la incidencia de estas infecciones no solo aumenta, sino que afecta de manera significativa a ciertas poblaciones.
En el análisis en Francia, realizado por investigadores de la Universidad de Rennes y el Instituto de Investigación Metodista de Houston, se analizaron 120 aislamientos humanos del subtipo stG62647 entre 2010 y 2018. Según los investigadores, esta clase “se asocia con manifestaciones severas y una resistencia creciente a los antibióticos”, lo que resalta su rol en el aumento de las infecciones invasivas. Este patrón no se limita a Europa, pues estudios en Alemania y otras regiones confirman un crecimiento sostenido de casos.
“Hay dos subtipos, uno era más frecuente en animales y el otro más frecuente en seres humanos. Pero este es el que se ha visto que ha ido creciendo. Aunque tampoco están claras las razones”, analizó de Vedia a Infobae. Mientras que Teijeiro completó: “El contacto del ser humano con los animales es cada vez más frecuente, lo que también provoca la transmisión de este tipo de bacterias entre personas, animales y otros”.
De acuerdo a los trabajos, la población más afectada por las infecciones graves de SDSE incluye a personas de edad avanzada y a quienes tienen condiciones subyacentes que comprometen el sistema inmunológico. Al tiempo que el estudio de vigilancia nacional en Alemania reveló que “la incidencia de infecciones invasivas es mayor en pacientes de edad avanzada”.
“Indudablemente, las personas que puedan tener mayores complicaciones en su estado de salud, ya sea por edad avanzada o por enfermedades predisponentes como alguna patología de base o diabetes, van a tener más probabilidad de contraer esta bacteria. Este es el subtipo es más frecuente en adultos, especialmente en aquellos de mayor edad o con enfermedades predisponentes”, destacó de Vedia.
Mientras que Teijeiro agregó: “Una de las cosas más importantes es el diagnóstico oportuno e inmediato para iniciar rápidamente el tratamiento. Muchas veces, la bacteria produce patología de necrosis, que significa la muerte del tejido, y terminan siendo enfermedades infecciosas con gran riesgo, grandes complicaciones y secuelas importantes, pero todo esto se presenta en enfermedades que no son habituales”.
Otro desafío creciente es la resistencia antimicrobiana. Aunque la penicilina y otros antibióticos de primera línea siguen siendo efectivos contra la mayoría de las cepas de SDSE, ciertos subtipos han comenzado a mostrar patrones de resistencia que complican el tratamiento, sobre todo en casos graves. El estudio en Francia enfatiza la importancia de un “monitoreo constante y la actualización de las guías de tratamiento” para garantizar que las estrategias terapéuticas sigan siendo eficaces frente a este patógeno.
¿Cuáles son los síntomas? “Varían según la característica de la infección, ya que puede producir faringitis, infecciones en la piel e infecciones ginecológicas, e incluso puede tener cuadros más graves. Pero los signos varian de acuerdo a la localización de la infección. La mortalidad no es extremadamente alta, pero en algunos estudios se puede ver que varía entre el 5% y hasta el 10%, dependiendo de la localización de la infección y el grupo de pacientes que se esté analizando, ya que algunos trabajos muestran cifras variables”, resaltó de Vedia.
Y concluyó: “Hay que estar atentos y consultar a tiempo, porque se maneja adecuadamente con antibióticos. En general, es sensible a los antibióticos usuales. Es importante hacer un diagnóstico sin demoras, consultar rápidamente e instaurar un tratamiento adecuado en forma rápida. En algunos casos, puede requerirse soporte quirúrgico, como en las infecciones graves de la piel, pero con la consulta rápida y el tratamiento precoz son la clave”.