Dengue en Argentina: se detectó el primer caso autóctono en la Ciudad de Buenos Aires

Así lo precisó el Ministerio de Salud en el Boletín Epidemiológico Nacional. Esta clase de diagnóstico se produjo siete semanas antes que en 2023. Un repaso por la situación en las distintas jurisdicciones

En comparación con 2023, el primer caso autóctono de dengue en CABA se detectó siete semanas antes en 2024 (Imagen Ilustrativa Infobae)

El Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación informó sobre la detección del primer caso autóctono de dengue en la Ciudad de Buenos Aires. El reporte correspondió a la semana 43, a fines de octubre de 2024, y se trató de un paciente que residía en la comuna 3 y presentaba el serotipo 1 del virus.

En relación con lo detectado en la temporada pasada, esta clase de diagnóstico sin antecedente de viaje se produjo más de siete semanas antes: en 2023, los primeros casos autóctonos en CABA se consignaron a fines de diciembre.

El informe del Ministerio detalló que entre la semana 31 y la semana 43 de 2024, es decir, entre fines de julio y fines de octubre, se notificaron 467 casos de dengue. También se registraron 204 casos con diagnóstico sospechoso. Asimismo, el documento postuló que hubo otro caso de dengue en Capital Federal con antecedente de viaje a India y sin identificación de serotipo.

La situación del dengue en Argentina

El Boletín Epidemiológico precisó que en Argentina, entre la semana 1 y la semana 43 de 2024, se registraron 579.433 casos de dengue, sobre un total de 761.566 casos notificados investigados. Durante la temporada 2024/2025, que inició en la semana 31 de este año y abarca hasta la semana 43, se confirmaron 162 casos. De estos, 153 no presentaron antecedentes de viaje, mientras que el resto incluyó antecedentes de viaje, trasplante o vacunación.

El Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación también reportó un caso de dengue en CABA con antecedente de viaje a India y sin identificación del serotipo (Imagen ilustrativa Infobae)

La detección de casos se mantuvo constante en todas las semanas, con Chaco (63 casos sin identificación de serotipo) y Formosa (84 casos, de los cuales 44 correspondieron al serotipo DEN-2 y 6 al serotipo DEN-1, con residencia en los departamentos Capital, Patiño, Pilagás y Pilcomayo) como las provincias “que notificaron casos durante todas las semanas”.

Además, se informaron casos sin antecedentes de viaje en Córdoba (2 casos en la semana 42 con serotipo DEN-1), Mendoza (1 caso en la semana 42 sin identificación de serotipo), Tucumán (1 caso confirmado en la semana 43, correspondiente a la semana 34, con detección de anticuerpos neutralizantes para DEN-1 en el departamento Cruz Alta), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1 caso en la semana 43 en la comuna 3 con serotipo DEN-1) y la provincia de Buenos Aires (1 caso en la semana 43 asistido en CABA y con domicilio en La Matanza con identificación de DEN-1).

También se confirmaron 5 casos importados: 2 en la provincia de Buenos Aires (uno con antecedentes de viaje a Brasil con serotipo DEN-2 y otro a Cuba sin identificación de serotipo), 1 en Córdoba (con viaje a Cuba y serotipo DEN-4), 1 en CABA (con viaje a India sin identificación de serotipo) y 1 en Mendoza (con viaje a Perú sin serotipo identificado). Por último, se informaron 3 casos asociados a trasplantes de órganos y 1 caso con antecedente reciente de vacunación contra el dengue.

Las hembras del Aedes aegypti necesitan consumir sangre para producir huevos, lo que las convierte en las transmisoras del virus, un factor que complica el control del dengue (Getty)

La actividad del mosquito Aedes aegypti

El dengue, una enfermedad viral transmitida principalmente por el mosquito Aedes aegypti, se convirtió en un problema de salud pública en diversas partes del mundo, incluida Argentina. Su propagación en áreas urbanas se vincula con la acumulación de agua en recipientes y otros objetos, que generan entornos adecuados para la reproducción del mosquito. Además, el aumento sostenido de las temperaturas globales favorece la supervivencia del insecto en zonas del país donde anteriormente no estaba presente.

La cantidad de infecciones creció de manera significativa, con un brote importante que comenzó en 2023 y continuó en 2024. Este aumento estuvo impulsado por el cambio climático, que facilitó la proliferación del mosquito. Las autoridades sanitarias lanzaron campañas de prevención y control, centradas en la eliminación de criaderos y en la vacunación, aunque el desafío persiste. Con la llegada de los días cálidos y los meses de mayor actividad del Aedes aegypti, resulta fundamental conocer aspectos clave para evitar contagios y proteger la salud.

El Aedes aegypti suele volar a baja altura, lo que determina las áreas del cuerpo en las que pica con mayor frecuencia. Por su vuelo rasante, prefiere atacar partes expuestas y accesibles como brazos, piernas y abdomen. También puede picar en la parte posterior de las rodillas y en los tobillos, donde la piel es más delgada y la ropa ofrece menor protección. No obstante, estos mosquitos pueden volar hasta alturas mayores en busca de alimento o un sitio adecuado para depositar sus huevos.

Las hembras del mosquito, que son las que pican, necesitan consumir sangre para producir sus huevos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando el mosquito pica a una persona infectada, este se replica en el intestino medio del mosquito antes de diseminarse hacia tejidos secundarios, como las glándulas salivales. El tiempo que transcurre entre la ingestión del virus y la transmisión a un nuevo hospedador se denomina periodo de incubación extrínseco, y cuando la temperatura ambiente oscila entre 25 °C y 28 °C dura entre 8 y 12 días. Una vez que se ha vuelto infectante, el mosquito puede transmitir el agente patógeno durante toda su vida.