Sustentabilidad, belleza y ciencia: cómo la industria cosmética reduce su impacto ambiental

En una entrevista exclusiva con Infobae, dos referentes científicas del sector revelaron las soluciones innovadoras que buscan minimizar los daños ecológicos. Qué avances ya son una realidad

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La industria cosmética se enfrenta al desafío del cambio climático mediante la implementación de prácticas sostenibles y la reducción del impacto ambiental
(Imagen Ilustrativa Infobae)
La industria cosmética se enfrenta al desafío del cambio climático mediante la implementación de prácticas sostenibles y la reducción del impacto ambiental (Imagen Ilustrativa Infobae)

El cambio climático es una realidad. Ya es palpable en todo el planeta. Con incendios, inundaciones, sequías y fenómenos extremos, el mundo está a merced de los efectos que la humanidad generó en su entorno. Y mientras otras industrias apenas empiezan a esbozar estrategias para reducir el impacto, la cosmética ya puso manos a la obra.

Es por eso que la sustentabilidad tomó un rol central y se impulsan transformaciones revolucionarias para que esta situación logre revertirse o, en el peor escenario, mitigarse. Y existen ejemplos en todo el globo de fábricas o centros de innovación que lograron reducir a su mínima expresión el impacto que generan en el medioambiente.

Distintas empresas llevan décadas con programas de reemplazo de ingredientes para abandonar los que son agresivos con el entorno. Pero también motivando a sus competidores a seguir en la misma dirección. El sistema EcoBeautyScore, que agrupa a más de 30 empresas de la industria cosmética a nivel global, es un ejemplo. Busca medir y comunicar el impacto ambiental de los productos a los consumidores

En el Congreso Internacional de la Federación de Sociedades de Químicos Cosméticos (IFSCC) 2024, realizado en Foz de Iguazú (Brasil), Isabelle Rollat, directora de Innovación Sostenible y EcoDiseño en L’Oréal R&I, explicó cómo la ciencia ha acelerado los procesos de sustentabilidad en la industria. En entrevista con Infobae, junto Cristina Garcia, directora científica de L’Oréal Brasil, analizaron la realidad de la sustentabilidad, los nuevos estándares y el futuro de la belleza.

El sistema EcoBeautyScore, que agrupa a más de 30 empresas del sector cosmético, busca medir y comunicar el impacto ambiental de los productos, fomentando una mayor transparencia hacia los consumidores.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
El sistema EcoBeautyScore, que agrupa a más de 30 empresas del sector cosmético, busca medir y comunicar el impacto ambiental de los productos, fomentando una mayor transparencia hacia los consumidores. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sustentabilidad: un futuro que ya llegó

Hoy, belleza, cosmética y sustentabilidad no solo pueden mencionarse juntas, sino que son un hecho. Hace unos 40 años se dejaron de realizar pruebas en animales y se desarrollaron tejidos para reemplazarlas. Ese fue solo el comienzo.

Es que, cuando se comenzó a hablar de sostenibilidad, pocos imaginaban que la industria cosmética jugaría un rol decisivo. Hoy, a medida que los consumidores se vuelven más conscientes del impacto ambiental de los productos, las expectativas aumentaron considerablemente.

Sin embargo, esta realidad presenta un reto importante: la sostenibilidad debe ir de la mano con el rendimiento y la seguridad, un aspecto que añade otra capa de complejidad. ¿La respuesta? La ciencia.

La lucha contra el cambio climático requiere de la colaboración entre empresas, académicos y científicos, el desarrollo de alianzas es fundamental para avanzar en sostenibilidad en la industria cosmética.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
La lucha contra el cambio climático requiere de la colaboración entre empresas, académicos y científicos, el desarrollo de alianzas es fundamental para avanzar en sostenibilidad en la industria cosmética. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Hablaré en nombre de aquellos que estuvieron desde el principio, porque es una carrera colaborativa y comenzó en los años 80 con la creación de un laboratorio ambiental. Todo era muy nuevo y fue una apuesta audaz. Grant Gilbert, junto con Mark Leonard, creían que la sostenibilidad era algo que debíamos tener en cuenta en la industria cosmética. Comenzó lentamente y las personas fueron adquiriendo experiencia y conocimiento”, explicó Rollat a Infobae.

En ese sentido, destacó que este inicio tuvo un nuevo impulso en 2013, de la mano del programa llamado Sharing Beauty with All, mediante el cual se aceleraron “las acciones que tomamos, la ciencia que respaldamos, la energía, los recursos y las personas que hemos dedicado a este proyecto”, relató.

“Personalmente, me uní en 2015 para traducir la visión y la ciencia en una implementación concreta dentro de nuestras actividades. Desde entonces, hemos acelerando constantemente. Cada año pienso: ‘Estoy a toda velocidad con el equipo, no podemos ir más rápido ni hacer más’, pero siempre logramos hacer más gracias a nuestra dedicación a la ciencia”, señaló la experta.

Isabelle Rollat, directora de Innovación Sostenible y EcoDiseño en L’Oréal, explicó cómo la ciencia está acelerando el proceso hacia la sostenibilidad en la industria
(Gentileza Beagle Imagens)
Isabelle Rollat, directora de Innovación Sostenible y EcoDiseño en L’Oréal, explicó cómo la ciencia está acelerando el proceso hacia la sostenibilidad en la industria (Gentileza Beagle Imagens)

- Pensar en el consumidor, innovar en cosmética de la mano de la ciencia. Pero, además, hacerlo de manera sustentable, es un desafío enorme.

Rollat: “No haría este trabajo si no fuera una persona muy optimista. Cuando trabajas en sostenibilidad, tenés que ser optimista, de lo contrario te hundís. Y tenemos mucha gente que cree que podemos hacerlo. Siempre me ha sorprendido ver a la gente, así como a mí misma, decir al principio ‘no, no es posible. No lo lograremos’. Y entonces decimos: ‘Ok, intentémoslo’. Finalmente, no todo es posible, pero muchas cosas lo son cuando ponés mucha energía. Así es como funcionamos. Realmente queremos acelerar, influenciar a los consumidores y al mercado por el bien del planeta, pero también del negocio porque no vamos a poder seguir si no somos sostenibles”.

Aunque este trabajo lleva décadas, avanzar en sostenibilidad requirió alianzas con competidores, startups, instituciones académicas y proveedores de diferentes tamaños. De esas colaboraciones nació el consorcio Eco Beauty Score, que mide la huella ambiental de los productos cosméticos.

La ciencia nos guía hacia dónde ir y qué mejorar, y después trazamos planes de acción. También involucramos a los consumidores para entender sus percepciones y demandas. Tenemos que ser sostenibles, con un alto rendimiento, asequibles y completamente seguros. Por eso necesitamos que el mundo externo nos ayude. No lo lograremos solos, necesitamos construir relaciones, asociaciones, y ciencia. Un ejemplo es Eco Beauty Score”, indicó Rollat.

La implementación de la ciencia en la cosmética va más allá de la producción, se trata de un compromiso con la sostenibilidad que impacta en el bienestar de los consumidores y del planeta.
La implementación de la ciencia en la cosmética va más allá de la producción, se trata de un compromiso con la sostenibilidad que impacta en el bienestar de los consumidores y del planeta.

En ese tono, García completó: “Lo que sostendrá a la industria será mejorar cada aspecto, con el objetivo de reducir el impacto en el medio ambiente y generar un cambio en la forma en que producimos. Nuestro propósito es seguir ofreciendo productos a las personas, y para lograrlo, necesitamos integrar la sostenibilidad en ellos. La ciencia permite que esto sea posible porque no queremos vender el producto solo por venderlo, tenemos que ayudar a la sociedad y a todo el ecosistema se une para funcionar”.

Lo cierto es que la lista de este consorcio, que reúne a empresas de todo el planeta, comparte góndolas alrededor del globo. Sin embargo, pese a que compiten en el mercado, cuando se trata de sustentabilidad, buscan compartir sus avances científicos.

“La ciencia y los científicos son generosos para el beneficio del planeta y de los consumidores. También creo que, al igual que en la seguridad, no hay competitividad en este caso. No tiene lugar”, sentenció la experta. Es que durante el Congreso IFSCC 2024, que este año se centró en sostenibilidad, se dieron detalles de esta iniciativa que busca, incluso, crear una base de datos común para que las empresas puedan medir el ciclo de vida de sus productos, desde la producción de los ingredientes hasta su biodegradabilidad y el impacto en la calidad del agua.

La presentación de este programa contó con la participación de Iguatemi Costa, gerente científico de Ingredientes Naturales y Sostenibles en Natura, junto con Isabelle Rollat. El consorcio evalúa diversas categorías de impacto, normaliza los datos y ofrece una puntuación final que facilita las decisiones informadas. “No solo consideramos los ingredientes, sino también el impacto total del producto, desde el inicio hasta el fin de su uso”, dijo durante su participación junto a Rollat.

Las científicas han logrado avances cruciales en el desarrollo de nuevas tecnologías que buscan mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental, con un enfoque innovador y responsable.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
Las científicas han logrado avances cruciales en el desarrollo de nuevas tecnologías que buscan mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental, con un enfoque innovador y responsable. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Desde el principio queríamos construir algo con la industria. A veces se puede ver de otra manera, pero cuando creemos en algo, queremos impulsarlo. Es cierto que no fue fácil, porque tomas a 10 o 20 científicos, y cada uno tiene su propia forma de ver las cosas. Y la sostenibilidad evoluciona. Pero creo que todas las compañías realmente querían implementar esto y todas pusieron a sus especialistas a trabajar. Y aunque tuviéramos diferentes formas de ver las metodologías y los procesos, todos teníamos el mismo objetivo. No era un deseo exclusivo porque no habría funcionado si lo fuera. Es realmente el deseo de poner algo en marcha que ayude a la sostenibilidad. Es mucho más”, indicó la experta.

- En resumidas cuentas, se trata de un fuerte cambio de mentalidad.

Rollat: “Sí, es un nuevo tipo de mercado y de consumidor, más involucrado con la sostenibilidad y con el cambio climático.”.

“En sostenibilidad, todos coincidimos en áreas como abastecimiento sostenible, materias primas e impacto ambiental, con un acuerdo común en temas como la gestión del agua. Aunque hay diferencias, nuestra verdadera distinción es el enfoque holístico, como con el análisis del ciclo de vida y el respeto por los límites planetarios. Algunos se enfocan en una dirección y otros en otra, pero nosotros cubrimos todo. Es difícil, pero también sincero, y tratamos de impulsar a los demás a hacer lo mismo. En emisiones de carbono, todos queremos ser neutros para 2050, lo cual es genial porque nos impulsa a todos. Tenemos un rol ciudadano por el planeta que también mantiene nuestra competitividad. Es una situación de ganar-ganar.”

Las soluciones enfocadas en la producción sostenible están marcando un antes y un después, con resultados positivos en la disminución de la huella ambiental en distintas áreas de la industria.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
Las soluciones enfocadas en la producción sostenible están marcando un antes y un después, con resultados positivos en la disminución de la huella ambiental en distintas áreas de la industria. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Mucha gente trabaja en ciencia y sostenibilidad, llevándolo a la industria, y es clave conectarse con el mundo académico. Pero esto no vale nada sin transformación; lo que falta es cómo comunicarlo. Aunque muchos saben que la sostenibilidad es una ciencia, no todos lo han oído. Es peligroso pensar que es solo cuestión de convicción, ya que no se puede construir sobre convicciones. La verdad está en la ciencia, en la medición científica y en la visión crítica de las metodologías, que no son perfectas. Debemos desafiarnos al comunicar los datos y entender la ciencia detrás de ellos. Y estas acciones no valen nada si no se implementan en los productos, que no solo benefician a la industria, sino también al planeta. Comunicar es fácil cuando hablamos con una sola voz, como un sistema de clasificación de la A a la E”.

“Y no solo el sistema es importante, sino lo que se puede explicar con él. Además, no es algo que la industria haya creado para sí misma. Lo que hacemos no es para vender más productos, sino para vender los mejores en términos de sostenibilidad”.

García: “Para nosotros es evidente que debemos hacer el cambio. No hay futuro sin hacerlo, lo sentimos cada día. Es muy importante tener compromisos y presentar los resultados, porque tenemos que pensar en los impactos del cambio climático y cómo afectará a la industria. Todo está conectado y realmente trabajar en sostenibilidad hoy es como una licencia para operar en el futuro. Así que para nosotros no hay ninguna duda al respecto”.

“Al final del día, cada respuesta a cada pregunta que tenemos fue respondida por la ciencia y fue así desde el principio. Empezamos en la compañía desde la ciencia y no hay respuesta que no la tome en cuenta. Es fundamental reunir a todos en la mesa e involucrar a las personas, porque cuando hablamos de ciencia, nos referimos a medir indicadores clave de rendimiento (KPIs)y seguir los resultados, por ejemplo. Esto realmente une a las personas y las hace participar”.

Los programas que apoyan a las mujeres en la ciencia han permitido que las investigadoras lideren proyectos enfocados en la creación de soluciones sostenibles y tecnológicas de gran impacto.
(Imagen ilustrativa Infobae)
Los programas que apoyan a las mujeres en la ciencia han permitido que las investigadoras lideren proyectos enfocados en la creación de soluciones sostenibles y tecnológicas de gran impacto. (Imagen ilustrativa Infobae)

El rol de las mujeres en la ciencia

Desde hace años, el rol femenino en las ciencias (más aún en las STEM - términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics - Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), ganó espacio. Estas áreas, con una mayor participación masculina, comenzaron a ver como las mujeres sentaban diferencias y eran protagonistas de innovaciones extraordinarias.

Sin embargo, el “techo de cristal” aún persiste. En ese sentido, programas como “Mujeres en la Ciencia”, de L’Oréal, marcaron un antes y un después. En el caso de Rollat, pese a que sus inicios cientificos no se relacionaron con su especialización (es agronoma), su realidad sí lo es; ya que este punto es esencial en los procesos sustentables.

- Tu deseo de ser agrónoma se relacionó con salvar el mundo. ¿Sientes que lo estás haciendo ahora en tu rol en la industria cosmética?

Rollat: “Realmente quería ser agrónoma porque quería hacer cultivos sostenibles para ayudar a las personas, para salvar el mundo. Mi futuro esposo no podía ir a los países donde la agronomía significaba salvar el mundo, entonces tomé una decisión: amor. Me casé y entré en L’Oréal porque era una buena empresa y pensé: ‘Ok, voy a hacer química también, y voy a divertirme’. Me di cuenta de que la belleza no solo es diversión, es algo realmente esencial para muchas personas, especialmente para las mujeres. Después de varios años, escuché a Laurent Gilbert, que estaba lanzando el programa “Sharing Beauty with All”, y le dije: ‘Tu programa es excelente, tu visión es fantástica, pero nunca serás capaz de hacerlo porque no tienes a nadie en tu equipo que pueda traducir la ciencia a la realidad de los productos’. Y así, empecé a trabajar con él. Ahora estoy dirigiendo un equipo que hace ciencia y su implementación en la realidad de los productos. Estoy completamente alineada con lo que quería hacer desde el principio y trabajando en las tradiciones de cultivo y en nuevas formas de cultivar y alimentar al mundo. Es algo realmente genial. En mi punto de vista, con los cosméticos y la sostenibilidad, creo que estoy en el lugar correcto”.

La combinación de ciencia y sustentabilidad ha permitido que los procesos de producción sean más responsables, logrando avances concretos en la reducción del daño ambiental.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
La combinación de ciencia y sustentabilidad ha permitido que los procesos de producción sean más responsables, logrando avances concretos en la reducción del daño ambiental. (Imagen Ilustrativa Infobae)

- En el lugar correcto y ¿en el momento adecuado?

Rollat: “Probablemente. Cuando hice mis estudios, la sostenibilidad no era algo de lo que se hablara y no era algo para las mujeres, especialmente. Así que ahora estoy feliz de poder poner todo lo que he aprendido en cosméticos por el bien de la sostenibilidad”.

- Y para aquellas que están dando sus primeros pasos en la ciencia, qué mensaje les puedes dar

Rollat: “El primer mensaje es que es posible. Las mujeres tienen mucho que aportar a la ciencia, siempre es difícil hablar de generalidades, pero normalmente las mujeres tienen un poco más de generosidad en su forma de funcionar. No quiere decir que tengan menos ambición, puede ser que sea así para su ambición personal, pero no para el mundo. Definitivamente creo que las mujeres tienen su lugar en la ciencia. No significa que sea fácil, no es fácil ser mujer. Pero las mujeres necesitamos la ciencia y la ciencia necesita a las mujeres. Hay un movimiento en ese sentido y soy muy optimista. Es posible hacer ciencia siendo mujer, necesitamos mujeres haciendo ciencia”.

El crecimiento de la participación femenina en la ciencia ha permitido avances significativos, con investigadoras desarrollando soluciones innovadoras para problemas como el cambio climático.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
El crecimiento de la participación femenina en la ciencia ha permitido avances significativos, con investigadoras desarrollando soluciones innovadoras para problemas como el cambio climático. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hiperpigmentación y avances científicos

Lo cierto es que, además de sustentabilidad, también se dieron a conocer avances cientificos referidos a la cosmética. Un ejemplo de ello es una nueva molécula que regula la hiperpigmentación, un tema particularmente relevante en regiones como América Latina, donde más del 50% de la población presenta condiciones relacionadas con la pigmentación, como el melasma.

Esta molécula innovadora ayuda a tratar estos problemas sin interferir con la producción natural de melanina. “Desde la ciudad de São Paulo se presentó un estudio para entender las diferencias fisiológicas y biológicas entre las pieles claras y oscuras. Con más de 35 años de investigación, hoy tenemos un atlas global que clasifica los tonos de piel en grupos o clusters”, explicó García a Infobae.

La industria de la belleza impulsa la sustentabilidad al reducir el impacto ambiental y ofrecer productos de cuidado personal que respetan el entorno sin comprometer la calidad.
(Imagen Ilustrativa Infobae)
La industria de la belleza impulsa la sustentabilidad al reducir el impacto ambiental y ofrecer productos de cuidado personal que respetan el entorno sin comprometer la calidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“En Brasil, hemos desarrollado estudios sobre hiperpigmentación. Más del 50% de las personas sufren de melasma, manchas de la edad o hiperpigmentación postinflamatoria por acné, problemas que tienen un impacto significativo en su calidad de vida y es un tema particularmente relevante en América Latina, donde la prevalencia es alta”, señaló la experta.

Y agregó: “Hemos desarrollado una molécula con un nuevo mecanismo de acción que no bloquea la producción de melanina, ya que es importante que las personas mantengan su tono natural de piel, sino que elimina el exceso de melanina en las áreas donde se acumula y previene la formación de nuevas manchas. El primer producto con esta molécula tuvo resultados muy positivos. Aunque tiene un origen petroquímico, no presenta un impacto ambiental negativo y cumple con los estándares de sostenibilidad. Además, es adecuada para todos los tonos de piel. Pero es crucial combinar este tratamiento con una protección solar adecuada, especialmente contra los rayos UVA, que son los principales responsables de la hiperpigmentación”.

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