El impacto de una polémica terapia en la salud mental de las personas LGBT+

Un reciente estudio publicado en The Lancet Psychiatry asegura que las denominadas “terapias de conversión” pueden incrementar los riesgos de sufrir trastornos mentales. Los detalles

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(Ernie Mundell - HealthDay News) - Además de ser inútiles para alterar la sexualidad o la identidad de género de una persona, la llamada “terapia de conversión” o “práctica de conversión” puede aumentar en gran medida las probabilidades de que una persona LGBT experimente problemas de salud mental, encuentra una investigación reciente.

Los cuestionarios completados por más de 4,400 estadounidenses LGBTQ+ encontraron que haberse sometido a estas intervenciones falsas estaba relacionado con tasas más altas de depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y pensamientos o intentos suicidas.

"Nuestros hallazgos se suman a un conjunto de evidencias que muestran que la práctica de la conversión no es ética y se vincula con una mala salud mental", señaló el autor principal del estudio, el Dr. Nguyen Tran, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

"Proteger a las personas LGBTQ+ de los impactos de estas prácticas dañinas requerirá una legislación múltiple, incluidas prohibiciones estatales y federales", añadió Tran. "También son vitales las medidas adicionales, como las redes de apoyo y el apoyo específico a la salud mental de los supervivientes".

Los hallazgos se publicaron en la edición del 30 de septiembre de la revista The Lancet Psychiatry.

La terapia de conversión es cualquier tipo de esfuerzo formal y estructurado para alterar la sexualidad o la identificación de género de una persona, a menudo empleando prácticas psicológicas, conductuales, físicas y basadas en la fe.

Las organizaciones médicas y de salud mental profesionales más respetadas se oponen a la práctica, aunque todavía se ofrece en sitios de todo Estados Unidos.

Entre un 4 y un 34 por ciento de los niños y adultos estadounidenses LGBTQ+ podrían haber sido objeto de prácticas de conversión, según un comunicado de prensa de la revista The Lancet.

Los datos utilizados en el nuevo estudio provienen del estudio PRIDE en curso, que ha estado rastreando la salud de las personas LGBTQ+ en todo Estados Unidos. Alrededor del 57% se identificó como cisgénero y el 43% se identificó como transgénero. Las edades oscilaban entre los 18 y los 34 años, con una edad media de 31 años.

En total, 149 (3.4 por ciento) de los encuestados habían experimentado una terapia de conversión centrada en alterar su orientación sexual, 43 (1 por ciento) se habían sometido a prácticas dirigidas a la identidad de género, y 42 (1 por ciento) reportaron ambas cosas, reportaron los investigadores.

Los factores de riesgo para haber sido sometido a prácticas de conversión incluyeron tener una educación religiosa y/o ser criado en una comunidad que no apoyaba cuestiones relacionadas con la identidad de género, pertenecer a un grupo minoritario y tener un nivel educativo más bajo.

La terapia de conversión dirigida a cambiar la orientación sexual de una persona fue administrada con mayor frecuencia por un líder o grupo religioso (52% de las veces) o un proveedor u organización de salud mental (29%). Se observaron tendencias similares para las prácticas de conversión dirigidas a la identidad de género.

"Los niveles más altos de ansiedad, depresión y síntomas de TEPT fueron reportados por los participantes que recordaban la práctica de conversión solo para la identidad de género", dijeron los investigadores.

Sin embargo, las personas que se habían sometido a prácticas de conversión tanto para su sexualidad como para su identidad de género tenían los niveles más altos de tendencias suicidas, reportó el equipo.

Las prácticas de conversión definitivamente no están en la corriente principal de la práctica médica, dijo el Dr.  Jack Drescher, profesor clínico de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

En un comentario acompañante, dijo que "las organizaciones convencionales de salud mental deben hacer un mejor trabajo al regular las actividades de esos médicos atípicos y con licencia que participan en prácticas de conversión".

Drescher agregó que "las directrices éticas de las organizaciones profesionales deben reflejar e integrar las creencias y valores culturales cambiantes del mundo en general con respecto a la creciente aceptación de diversas orientaciones sexuales e identidades de género".

Más información. Obtén más información sobre las trampas de las terapias de conversión en la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente.

FUENTE: The Lancet Psychiatry, comunicado de prensa, 30 de septiembre de 2024

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