La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central y es, en la mayoría de los casos, letal una vez que aparecen los síntomas. A pesar de los avances en la medicina y la disponibilidad de una vacuna efectiva, la rabia continúa siendo una amenaza que está presente en todos los continentes, excepto en la Antártida.
Luego de conocerse hace unos días que en Argentina dos de cada diez mascotas no reciben las vacunas necesarias, entre ellas la antirrábica, quisiera detenerme en algunos datos esclarecedores sobre por qué es tan importante vacunar a nuestras mascotas contra esta enfermedad: se estima que en el mundo mueren alrededor de 60 mil personas por año a causa de la rabia y, el 40% de las muertes se dan en niños menores de 15 años. La rabia tiene una tasa de mortalidad del 99% en humanos y animales, pero la contracara es que es 100% prevenible gracias a la vacunación de perros y gatos. Por eso, realmente lo que da rabia es no vacunar.
La vacunación es la herramienta más poderosa que tenemos para combatir esta patología. Es preciso aclarar que en Argentina existen campañas de vacunación anual gestionadas por las autoridades sanitarias donde la dosis anual de vacunación antirrábica es de aplicación gratuita. La implementación de programas de inoculación en animales, especialmente en perros y gatos, ha demostrado ser efectiva para reducir el número de casos tanto en animales como en humanos. La vacunación de mascotas no solo los protege, sino que también actúa como un escudo para la salud humana al reducir el riesgo de transmisión del virus.
La vacunación de nuestras mascotas es esencial para llevar adelante una tenencia responsable. Es fundamental la colaboración entre profesionales y el abordaje de capacitaciones sobre buenas prácticas de vacunación para alcanzar las mejores estrategias sanitarias. El apoyo de los veterinarios es fundamental para comunicar a los tutores la importancia de cumplir con la vacunación antirrábica anual.
La eliminación de la rabia es un problema de salud pública y en muchos países se trata de una zoonosis presente en la población canina que está en la calle. La buena noticia es que cuando se diseñan estrategias sanitarias adecuadas y se utilizan vacunas de calidad, con la cooperación de los organismos oficiales, del veterinario y de la industria de salud animal, es una enfermedad que se puede controlar.
La OMS tiene como objetivo lograr “cero muertes humanas por rabia transmitida por perros para el año 2030″. El desafío es grande si tenemos en cuenta los datos que mencioné al principio, mantengo una mirada optimista y sobre todo activa, porque se trata de una meta que requiere la suma de las partes y hoy es posible ver acciones conjuntas de laboratorios, fundaciones y organismos como la Alianza Mundial para el Control de la Rabia, una iniciativa de FAO-OIE-OMS.
Todos los esfuerzos a gran escala son válidos y necesarios, pero es clave ser conscientes de que la lucha contra esta enfermedad mortal, de alcance global, comienza en cada individuo. Si bien es verdad que el 99% de los casos de rabia en humanos se deben a mordeduras de perros, también es cierto que el 100% de estos casos es prevenible a través de la vacunación. Por eso, reconocer que contamos con herramientas altamente efectivas para prevenir la rabia es fundamental para una tenencia responsable, cuidar la salud de todos y al final del día tener presente que: vacunar a nuestros perros y gatos salva vidas.
*Carol Galli es médica veterinaria