¿Quisquilloso con la comida? Podría estar en los genes de tu hijo

Un estudio del University College London sugiere que la genética es la principal causante de estos hábitos y no el estilo de educación parental

La irritabilidad alimentaria es común entre los niños y puede ser una fuente importante de ansiedad para los padres

(*Dennis Thompson- HealthDay News) -- ¿Se tira de los pelos por la frustración con su hijo quisquilloso con la comida? No culpes a tu estilo de crianza: es probable que la genética haya jugado un papel importante en sus hábitos alimenticios, según un nuevo estudio de gemelos.

La alimentación quisquillosa está influenciada principalmente por los genes, según los hallazgos, que se publicaron en la edición del 19 de septiembre de la revista Journal of Child Psychology & Psychiatry. Además, la alimentación quisquillosa es un rasgo estable que dura desde la niñez hasta la adolescencia temprana, añadieron los investigadores.

Los niveles promedio de irritabilidad alimentaria se mantienen relativamente estables entre los 16 meses y los 13 años de edad, alcanzando su punto máximo alrededor de los 7 años y disminuyendo ligeramente después de eso, encontraron los investigadores.

Las diferencias genéticas explican el 60 por ciento de la variación en la irritabilidad alimentaria a los 16 meses, y su influencia aumentó a un 74 por ciento o más a medida que los niños pequeños se convertían en preadolescentes, mostraron los resultados.

Los científicos llegaron a la conclusión de que la genética explica setenta y cuatro por ciento o más de la irritabilidad alimentaria Imagen Ilustrativa Infobae

“La irritabilidad alimentaria es común entre los niños , y puede ser una fuente importante de ansiedad para los padres y cuidadores, que con frecuencia se culpan a sí mismos por este comportamiento o son culpados por otros”, señaló la investigadora principal, Zeynep Nas, investigadora postdoctoral del Colegio Universitario de Londres (UCL).

“Esperamos que nuestro hallazgo de que comer quisquilloso es en gran medida innato pueda ayudar a aliviar la culpa de los padres. Esta conducta no es el resultado de la paternidad”, añadió Nas en un comunicado de prensa de la UCL. “Nuestro estudio también muestra que comer quisquilloso no es necesariamente solo una ‘fase’, sino que puede seguir una trayectoria persistente”.

En el estudio, los investigadores siguieron a 2.400 pares de gemelos hasta los 13 años. Los padres llenaban regularmente cuestionarios sobre las conductas alimentarias de sus hijos. La alimentación quisquillosa se define como una tendencia a comer solo una pequeña variedad de alimentos debido a la aversión a ciertas texturas o sabores, y a la renuencia a probar nuevos alimentos.

Para ayudar a desentrañar las influencias genéticas, los investigadores compararon gemelos fraternos, que comparten el 50% de sus genes, con gemelos idénticos que comparten el 100% de sus genes.

Comparando gemelos fraternos e idénticos, los científicos encontraron que los segundos muestran similitudes mayores en sus hábitos alimenticios, explicando la influencia genética predominante (Freepik)

Resultó que los gemelos fraternos eran mucho menos similares en su alimentación quisquillosa que los gemelos idénticos, lo que apunta a una gran influencia genética en el comportamiento.

Los patrones de alimentación quisquillosos entre los gemelos idénticos también comenzaron a ser más diferentes a medida que los niños crecían, lo que indica que los factores ambientales comienzan a moldear las conductas alimentarias de los preadolescentes y adolescentes.

“Aunque los factores genéticos son la influencia predominante de la irritabilidad alimentaria, el ambiente también tiene un rol de apoyo”, señaló la investigadora sénior, Clare Lewellyn, profesora asociada de obesidad de la UCL. “Los factores ambientales compartidos, como sentarse juntos como familia para comer, pueden ser solo significativos en la niñez”.

“Esto sugiere que las intervenciones para ayudar a los niños a comer una gama más amplia de alimentos, como exponer repetidamente a los niños a los mismos alimentos con regularidad y ofrecer una variedad de frutas y verduras, podrían ser más efectivas en los primeros años”, añadió Lewellyn.

Aunque la genética es el componente principal, el ambiente, especialmente durante las comidas familiares, también juega un papel en moldear las conductas alimenticias en la infancia (Imagen ilustrativa Infobae)

Los factores ambientales explicaron alrededor de una cuarta parte de las diferencias individuales entre los niños en lo que respecta a la alimentación quisquillosa, estimaron los investigadores.

“Aunque la alimentación quisquillosa tiene un fuerte componente genético y puede extenderse más allá de la primera infancia, esto no significa que sea fija”, señaló la investigadora sénior, Alison Fildes, académica de la Universidad de Leeds. “Los padres pueden seguir apoyando a sus hijos para que coman una amplia variedad de alimentos durante la niñez y la adolescencia, pero los compañeros y amigos podrían convertirse en una influencia más importante en las dietas de los niños a medida que llegan a la adolescencia”.

Más información: El Children’s Hospital of Philadelphia ofrece más información sobre cómo alimentar a un niño quisquilloso con la comida.

FUENTE: University College London, comunicado de prensa, 19 de septiembre de 2024

*HealthDay Reporters © The New York Times 2024