Día Mundial de la Ética Médica: cuáles son los dilemas en salud mental

Se trata de una guía de conducta para los profesionales que asegura principios fundamentales en el tratamiento y la investigación científica, con un enfoque en el bienestar y el respeto humano. Qué implica para los pacientes

Los principios de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia guían la ética en psiquiatría- (Imagen Ilustrativa Infobae)

El 18 de septiembre de cada año, se celebra el Día Mundial de la Ética Médica, una fecha conmemorativa en la que se rinde homenaje y se busca recordar algo fundamental en la práctica clínica en particular y que hace a los principios éticos que rigen la profesión médica.

La creación de esta efeméride fue por iniciativa de la Asociación Médica Mundial, (World Medical Association) durante la Asamblea General Nº 54, celebrada en la ciudad de Helsinki en el año 2003. Se escogió esta fecha debido a la creación de este organismo, que tuvo lugar el día 18 de septiembre de 1947. Fue fundado con la finalidad de tratar de manera central los temas vinculados con la ética médica como son: el trato respetuoso a los pacientes, la calidad de la atención y la confidencialidad por parte del personal médico, entre otros puntos.

En el lenguaje corriente es frecuente que se use la palabra “ético” como adjetivo que, en su negación (“no ético, antiético”) hace referencia a un comportamiento reprobable o, al menos observable, en alguien que a priori consideramos debe tener un comportamiento correcto.

La ética es una parte de la filosofía que reflexiona sobre el conjunto de normas que constituyen nuestra moral. Los conceptos de ética y moral están relacionados, pero son distintos, y a veces se confunden. Tienen diferencias que, en el campo de la aplicación en la práctica médica, son importantes.

La ética médica regula la práctica clínica y la investigación científica, buscando siempre el bienestar del paciente (Imagen ilustrativa Infobae)

Así, mientras que el ámbito de aplicación de la ética es universal y busca ser aplicable a todos, la moral puede variar según la cultura y la sociedad. Por otro lado, la ética es reflexiva y la moral es relativa a normas concretas. Incluso, la ética se modifica con su carácter reflexivo, con nuevos aportes, y la moral tiende a ser más estable dentro de un contexto cultural dado. Ese saber que evoluciona, en virtud de nuevas reflexiones y puntos de vista, tiene su aplicación en la medicina y es conocido como ética médica.

Qué es la ética médica

La ética médica es una rama de la ética que consiste en un sistema de principios éticos y morales, que rigen la práctica de la medicina clínica y la investigación científica, en la búsqueda de una correcta actuación de los profesionales de la salud.

Históricamente, se remonta a la antigüedad con, como ejemplo, Hipócrates considerado fundador de la medicina en la de Grecia antigua. A partir de él, se habla de “ética hipocrática” y el conocido “Juramento Hipocrático” con el llamado, entre otros, a “no llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos”.

Obtener consentimiento informado y mantener confidencialidad son retos éticos en psiquiatría - (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el siglo pasado, se comenzó a considerar de manera activa a los pacientes como sujetos con derechos y no como objetos de investigación. Anteriormente, hubo varios antecedentes, como el famoso caso de Pinel en Francia y la liberación de los enfermos mentales en 1793, aunque algunos consideran esto un mito.

Más cercanamente, en los años setenta se empieza a trabajar en un marco más amplio que es la bioética que, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito de la relación médico paciente, sino a todos los fenómenos relacionados con la vida.

Actualmente, el código que rige a los profesionales de la medicina es el Código Deontológico, Reglamento Ético o Código Internacional de Ética Médica.

Algunos de sus principios son: los médicos tienen el deber fundamental de servir por medio de la atención a pacientes, sin discriminación de raza, sexo, edad, religión, género, nacionalidad u origen, clase social, afiliación política, condición económica, situación legal o estado de salud.

La capacitación en ética para los profesionales de salud mental es esencial para una atención efectiva y compasiva (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por otra parte, los médicos deben garantizar la privacidad de los datos e información personal suministrados por el paciente en la elaboración de historias médicas y evaluación clínica.

Uno de los aspectos éticos que más quejas genera es la necesidad de una comunicación fluida en la relación médico-paciente, la cual debe tener como objetivo el restablecimiento de la salud del paciente. Dentro de este marco, los procedimientos, sus inconvenientes, ventajas y riesgos deben ser claramente explicados. De esta manera, el paciente estará en condiciones de dar su consentimiento de manera fundada y libre.

Principios éticos y psiquiatría

La ética médica adquiere una importancia especial y particular en el campo de la salud mental y la psiquiatría debido a la situación de vulnerabilidad en muchos de los pacientes y también a la complejidad de los tratamientos. La existencia del estigma que existe alrededor de las patologías neuropsiquiátricas agrega complejidad a la situación y hace más importante aún la observancia de principios éticos que, si bien son los fundamentales y comunes a la medicina general, tienen algunas consideraciones a las que se les debe prestar especial atención.

Mientras la ética busca normas universales y reflexivas, la moral varía culturalmente y es más estable; ambas son esenciales pero distintas en la práctica médica y su aplicación (Imagen Ilustrativa Infobae)
  1. Autonomía. Este principio se refiere al derecho de los pacientes a tomar decisiones informadas sobre su propio tratamiento. En psiquiatría, este aspecto es uno de los que mayores inconvenientes genera, ya que respetar la autonomía puede ser complicado en pacientes que tienen trastornos que afectan su capacidad de juicio y toma de decisiones.
  2. Beneficencia. Este principio radica en que los profesionales deben actuar por el mejor interés de sus pacientes, buscando maximizar los beneficios y minimizar los daños. Es de especial interés en áreas en la que ciertos tratamientos pueden no estar debidamente probados, o que los efectos secundarios sean de importancia. Proporcionar tratamientos efectivos y basados en evidencia, y teniendo como eje el bienestar general del paciente, es fundamental.
  3. No maleficencia. El famoso “Primun non nocere” (“antes que nada, no dañar”) de Hipócrates, aunque no figura en el juramento hipocrático, es el principio que señala la obligación de no causar daño. En psiquiatría implica evitar tratamientos que puedan tener efectos secundarios graves, o que no estén suficientemente probados, o que, si bien respondan a la demanda (que puede ser insistente por parte del paciente), no se justifiquen. Un ejemplo de esto, es el uso de antipsicóticos en caso de insomnio, que no han sido estudiados.
  4. Justicia. Este principio es más aplicable a estructuras o autoridades de salud, que busca garantizar que todos los pacientes tengan acceso equitativo a los tratamientos y recursos que le sean necesarios. Esto es particularmente importante en ciertas condiciones como las adicciones en medios desfavorecidos socioeconómicamente.
El conocido “Juramento Hipocrático” de los médicos insta a “No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos” (Imagen ilustrativa Infobae)

A su vez, la psiquiatría se encuentra con ciertos desafíos éticos particulares. Uno de ellos es la necesidad del consentimiento informado. Aquí, el dilema puede ser el obtener el acuerdo basado en la comprensión de la situación por parte del paciente. Personas con cuadros psicóticos, aún breves, o con adicciones, o aquellos que presentan un grado de anosognosia (desconocimiento de la enfermedad - en muchos casos de naturaleza orgánica-), torna difícil este objetivo. Comprender los riesgos y los beneficios, y lo que implica un tratamiento o la ausencia del mismo, no es fácil y en algunos casos requiere la intervención judicial.

Otro aspecto que puede ser difícil es mantener la confidencialidad dada la naturaleza sensible de la información. En este caso, equilibrarlo con la obligación de proteger a los pacientes puede ser muy complejo y presentarse como un dilema. Por esta razón, la capacitación en las normas actualizadas de ética médica es fundamental. Un paciente que atraviesa una situación de riesgo concreto puede generar que el principio de confidencialidad quede relegado.

En relación con lo anterior, está el caso de la oposición al tratamiento o los llamados tratamientos involuntarios, que pueden entrar en conflicto con el principio de autonomía. Priorizar la seguridad del paciente, si representa un peligro para sí mismo o para otros, es la base de dilemas a veces no resueltos, reflejados en ocasiones en la crónica policial por la falla de dichos tratamientos.

La educación continua en normas éticas es vital para profesionales de salud mental, asegurando una atención efectiva, compasiva y respetuosa en el tratamiento de trastornos psicológicos (Imagen ilustrativa Infobae)

Por último, otro desafío es combatir la estigmatización, ya que puede afectar su acceso a la atención y disposición a buscar ayuda. Este estigma puede provenir no solo de otros, sino también de la propia persona. El profesional de la salud mental tiene una responsabilidad ética particular en este proceso de combatir el estigma y debe ayudar a una comprensión más actual, real, compasiva y basada en la evidencia de los trastornos mentales.

Un área que también presenta desafíos es la investigación psiquiátrica. Además de ser crucial obtener el consentimiento pleno y claramente informado de los participantes y garantizar la confidencialidad de sus datos, no se deben proponer tratamientos potencialmente riesgosos, ni siquiera a modo experimental, ni aquellos que se sabe que pueden ser inútiles o peligrosos.

Estudios de fase clínica sin elaboración y pasaje por las fases previas implican una grave falla ética. En la historia reciente de la psiquiatría existen innumerables experimentos clásicos que hoy es imposible aceptar que sean realizados.

La comunicación debe tener como objetivo claro el restablecimiento de la salud del paciente, y dentro de este marco, los procedimientos, sus inconvenientes, ventajas y riesgos deben ser claramente explicados (Imagen Ilustrativa Infobae)

La ética médica en el campo de la salud mental y la psiquiatría es un área fascinante, compleja y que toca diversos aspectos. Es un área en intenso desarrollo y, más allá de la necesidad de capacitación e información constante, el profesional debe priorizar una atención efectiva y compasiva en el interés supremo del paciente.

En nuestro medio, existe la Ley 26.529, de los Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud, y en el ámbito internacional, la Declaración de Lisboa sobre los Derechos de los Pacientes, que establece este marco normativo. Quizás sea un área a la que se le dé poca importancia y aparezca como de menor interés que los estudios eruditos, pero toda la praxis médica finalmente reposa en la ética médica, el respeto y el amor por el paciente.

* El doctor Enrique De Rosa Alabaster se especializa en temas de salud mental. Es médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista