La dermatitis atópica es una enfermedad autoinmune de la piel que afecta a un porcentaje considerable de la población. Se caracteriza por una picazón intensa y persistente, acompañada de lesiones que pueden aparecer en diversas partes del cuerpo como la cara, el cuero cabelludo, las orejas, el dorso de las manos y las extremidades. Aunque su aparición suele ser más frecuente en la infancia, sobre todo en los primeros 6 meses de vida, también puede manifestarse en la adultez.
Según la doctora Débora Kaplan, presidenta de la Sociedad Argentina de Psoriasis (SOARPSO), “afecta aproximadamente del 15% al 25% de niños y adolescentes y del 3% al 5% de los adultos”. No siempre se presenta de la misma manera, ya que su gravedad y sintomatología varían entre los pacientes. La experta subrayó que, aunque no existe una cura, “un diagnóstico temprano y un tratamiento a tiempo puede ayudar a controlar los síntomas”.
En este contexto, el Día Mundial de la Dermatitis Atópica, que se celebra cada 14 de septiembre, es una efeméride que tiene como objetivo el visibilizar los problemas que enfrentan quienes transitan esta condición. Un relevamiento realizado por la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO) reveló datos preocupantes sobre las dificultades económicas y de salud mental que los pacientes sobrellevaron, especialmente, en los últimos meses.
Los síntomas de la afección pueden generar un impacto considerable en la vida diaria de los afectados, lo que incluye cambios en su rutina y dificultades para sobrellevar el día a día. Silvia Fernández Barrio, presidenta de AEPSO, describió la manera en la que la condición modifica la manera de vivir de los pacientes: “Es una enfermedad que atraviesa todos los ámbitos, el familiar, el laboral, el social. Muchas de las personas con esta enfermedad manifiestan aumento en el nivel de estrés, ansiedad, depresión y problemas para conciliar el sueño”.
¿Qué datos aportó la encuesta?
El estudio llevado a cabo entre el 12 y el 29 de julio de 2024, contó con 299 participantes con dermatitis atópica, de los cuales y 1 de cada 4 personas presentaba cuadros severos de la enfermedad. La edad promedio fue de 31,6 años y se trató en su gran mayoría de mujeres.
Según la encuesta, 2 de cada 10 pacientes dijeron que debieron cambiar su plan de salud por uno de menor cobertura debido a los altos costos. También mostró que un 44,8% tuvo que reducir o abandonar sus medicamentos, ya que no alcanzaban a cubrir el monto, mientras que el 67,2% recurrió a opciones más económicas o genéricas.
El relevamiento indicó que el 48% de los pacientes postergó o canceló consultas médicas por problemas financieros y el 57% tuvo dificultades para encontrar profesionales que aceptaran su plan de salud. Desde la AEPSO manifestaron que el 47,2% compró alguna vez medicamentos sin receta y 4 de cada 10 personas optaron por automedicarse, lo que demuestra la existencia de barreras económicas para acceder a un tratamiento adecuado, dijeron los autores del estudio.
Por otro lado, el 52,5% de los encuestados debió recurrir a tratamientos alternativos debido a que las terapias que realizaban eran caras. En cuanto a los estudios médicos, del 35% que recibió indicaciones de análisis de laboratorio o imágenes, el 16,2% no los realizó debido a que no pudieron cubrir los costos.
El estudio también reflejó el alto impacto emocional de la enfermedad. El 62,5% indicó que la evolución de la dermatitis atópica los obligó a realizar cambios importantes en su vida diaria. La doctora María Eugenia Abad, presidenta de la Sociedad de Dermatología Pediátrica para Latinoamérica (SDPL), señaló que es fundamental evitar que factores externos interfieran en el tratamiento, ya que esto retrasa el alivio de los síntomas y empeora el pronóstico en los casos más graves.
¿Cuáles son las características y dificultades de la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica se asocia con factores genéticos, ambientales, inmunológicos y problemas en la barrera cutánea. Es común que coexista con otras afecciones como la rinitis, el asma o alergias alimentarias. Los cuadros moderados y severos no controlados de manera adecuada pueden llevar a un riesgo mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares y obesidad. Debido a esto es que requiere de un enfoque multidisciplinario.
Según la gravedad de la sintomatología del paciente, puede lograrse una remisión en la infancia, por lo que es esencial un diagnóstico temprano. Para los casos moderados y severos, se utilizan tratamientos convencionales crónicos que incluyen cremas con y sin corticoides para disminuir la inflamación.
En los últimos años, surgieron nuevas terapias que mejoraron el pronóstico. Entre estas opciones innovadoras, se destacan los medicamentos biológicos, como los inhibidores de las interleuquinas 4 y 13, y los inhibidores de JAK, que son tratamientos orales. Ambos demostraron ser eficaces para controlar la picazón y las lesiones cutáneas. La doctora Abad explicó que es esencial que “el dermatólogo y el alergólogo trabajen de manera interdisciplinaria, beneficiando al paciente en el cuidado simultáneo de su piel y su alergia”.
Los individuos con dermatitis atópica tienen brotes a lo largo de su vida que pueden variar desde leves hasta graves, con lesiones cutáneas que cubren áreas extensas del cuerpo y pueden llegar a infectarse. Esto, además de generar malestar y molestias, afecta la apariencia y por ende la autoestima de la persona.
Fernández Barrios destacó la importancia de que quienes interactúan con pacientes con dermatitis atópica, desde su entorno hasta los responsables del sistema de salud, comprendan la magnitud de su impacto en la calidad de vida.
En línea con el objetivo de educar a la comunidad sobre esta enfermedad, AEPSO organizó el congreso virtual “Atopika: conociendo la profundidad de la dermatitis atópica”, el 11 de septiembre a partir de las 19. Durante este evento, especialistas locales y regionales abordarán los últimos avances terapéuticos y las características de esta afección, con el objetivo de mejorar el acceso a tratamientos y concientizar sobre su impacto.