Fortalecer la resiliencia y promover una vida plena es esencial para afrontar los desafíos de la salud mental. En el contexto global, es fundamental reconocer la importancia de cuidar nuestro bienestar emocional y generar redes de apoyo que impulsen un entorno saludable para todos.
La conducta suicida es un grave problema de salud mental a nivel global, y en América en particular se ha observado un aumento en los últimos años. Más de 93.000 personas en América murieron por suicidio anualmente entre 2015 y 2019. Cada año, el 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio.
El comportamiento suicida puede reflejar factores biológicos, socioambientales y psicológicos. Cada suicidio afecta a la persona que realiza la conducta, a su familia y a la comunidad en general. A través de la creación de entornos de apoyo y el cuidado integral de nuestra salud emocional, podemos impactar positivamente tanto en nuestras vidas como en la de nuestras comunidades.
Destacamos la importancia de factores protectores valiosos, como la convivencia familiar, especialmente con hijos, los vínculos familiares y los lazos sociales, las creencias religiosas, y la capacidad de desarrollar resiliencia. Esta es la habilidad para resolver situaciones problemáticas y recuperarse frente a la adversidad.
La existencia de amenazas o intentos de suicidio previos es uno de los factores de riesgo más importante. Cerca del 50% de las personas vuelven a realizar una tentativa autolítica. El período de mayor riesgo se produce durante los meses posteriores al intento, y, por lo tanto, es de suma importancia sostener los cuidados, así como luego del alta posterior a una internación por un intento de suicidio.
¿Qué debemos hacer si nos encontramos ante una persona en la que podemos detectar una conducta extrema como esta?
Es fundamental desmitificar algunas ideas erróneas sobre el suicidio:
- El suicidio no se puede prevenir porque la persona que se quiere matar lo hará. Falso.
- El suicidio es un acto cobarde o valiente. Falso.
- Las personas que intentan suicidarse lo hacen para llamar la atención. Falso.
- La persona que quiere quitarse la vida no lo dice. Falso.
- El suicidio ocurre por impulso y no puede ser prevenido. Falso.
Quienes han pasado por estas situaciones pueden dar cuenta de que no son estados irreversibles ni permanentes. A menudo, es una idea que surge como alternativa cuando no se encuentran soluciones a un momento de sufrimiento. Es posible salir de la oscuridad, superar la crisis y volver a encontrar motivos para vivir.
Dónde buscar ayuda
Si en algún momento de la vida se experimentan deseos suicidas, no dudar en consultar al sistema de salud, a personas del entorno escolar, laboral o afectivo. Llamar al 0800-333-1665, dirigirse a una guardia de Salud Mental en el hospital público más cercano, y/o comunicarse con el SAME (107).
Líneas de prevención del suicidio:
- 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires)
- (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país)
- Salud Mental Responde: 0800-333-1665 (línea telefónica de hospitales públicos CABA) y 4863-8888 / 4861-5586 / 4123-3120 (lunes a viernes de 8 a 20). Para fines de semana, feriados y por la noche: 4123-3100 internos 3484/3485.
- Hospital Bonaparte: 0800 999 0091 (urgencias Salud Mental 24 hs)
- Hospital Borda: 4360-6670
Atención para niños, niñas y adolescentes:
- Hospital Gutiérrez
- Hospital Pedro Elizalde
- Hospital Tobar García
- Hospital de Clínicas (también para adultos)
Atención para adultos: